El País se ha convertido en un periódico muy divertido desde que lo dirige Antonio Caño. Sobre todo en su sección editorial. Dicen unas cosas que ni el cuñao de Albert Rivera. Sacaba ayer el diario de Prisa un editorial titulado Jueces independientes.
Analizaba el sesudo texto la negativa del juez Diego de Egea a procesar a una activista de los Comités de Defensa de la República catalanes por delitos de terrorismo y rebelión. Tamara Carrasco
solo será juzgada por desórdenes públicos, así que no pedirán para ella
cadena perpetua en la silla eléctrica, que es lo que solicitaban más o
menos los fiscales de la Audiencia Nacional.
El caso es que El País saca una bastante delirante
conclusión de esta decisión judicial. Resulta que es la prueba
definitiva, para el diario madrileño, de que hemos superado el
franquismo. “El caso de Tamara Carrasco indica, una vez más, que el
Estado de derecho español sí es plenamente homologable con el resto de
los socios europeos y que el franquismo […] hace mucho que quedó atrás”.
Esta excusatio non petita es, sin duda, un mensaje
hacia el exterior, hacia Europa, hacia el tribunal alemán de
Schleswig-Holstein que se niega a entregar a Carles Puigdemont
a España por delitos de rebelión, y hacia los muchos periódicos de todo
el mundo que olisquean tufillo franquista en las decisiones políticas
de Mariano Rajoy y en las desproporcionadas sentencias judiciales que apestan a tribunal de orden público. El País está intentando lavar la marca España en el extranjero. Noble misión si no hubiera contribuido antes a mancharla.
El periódico de Prisa, un párrafo más adelante, insiste en el rancio
guerracivilismo hablando del homenaje en el Parlament de Catalunya a las
víctimas del franquismo (al que no acudieron PSC, C's y PP): “Un acto
de homenaje a los republicanos españoles represaliados por Franco
demuestra […] también el interés de algunos por mantener viva una página
tan negra de la historia de España”.
La prueba de que persiste el franquismo es la cantidad de energía
económica e intelectual que se emplea en negárnoslo. La mejor
estrategia del diablo es convencernos de que no existe (ya os he citado
más veces esta hermosa frase de Baudelaire). Que el
primer periódico de España invite a sus lectores a no “mantener viva una
página tan negra de la historia de España”, o sea, a olvidar nuestro
pasado, a desculturizarnos hasta la desmemoria, es la mayor evidencia
que yo puedo encontrar de que sí persiste el franquismo en España.
Un
periódico recetando olvido, recetando Alzheimer a sus lectores.
Recordemos a los Reyes Católicos (versión televisiva) y a Cristóbal Colón.
Pero, por nuestra salud democrática, olvidemos el franquismo.
Lobotomicémonos para no reabrir heridas, nos pide Antonio Caño. No
estudiemos nuestra historia reciente, no sea que acabemos dejando de ser
sus esclavos.
Lo que no podemos negarle a El País es su honestidad: lleva
años intentando conducir al pueblo español a la ignorancia, y esta vez
lo ha escrito explícito: no hay que andar estudiando y analizando las
páginas más negras de nuestra historia, nos viene a decir.
Historiadores, dejad de estudiar los rincones oscuros del franquismo y
la Transición, y volved a memorizar reyes godos, que es lo serio. No os
metáis en política, como aconsejaba Franco a sus ministros.
Jamás hubiera sospechado leer nunca en un periódico tal promoción de
la estulticia y la ignorancia, amigo Sancho. Los que un día fueron
gigantes de la información, hoy se resignan a ser molinillos. Con tan
tristes adversarios, ya no vale la pena ser caballero andante.
(*) Periodista y escritor
http://blogs.publico.es/repartidor/2018/04/14/4649/
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