MURCIA.- La Región de Murcia lidera la producción nacional de plántulas o
plantones de hortícolas con una producción aproximada a los 5.000
millones, entre las que destacan la lechuga, con 2.000 millones de
plantas, seguidas del bróculi, con 1.000 millones, hasta completar más
de 20 especies.
Esta producción se realiza en invernaderos, conocidos como
semilleros, altamente tecnificados donde se produce la siembra,
germinación de la semilla y crecimiento de las plántulas en bandejas, en
unas condiciones de atmosfera controlada y con un máximo
aprovechamiento del agua empleada.
En la Región existen 60 empresas que se dedican a esta actividad, la
mayoría de ellas instaladas en el Campo de Cartagena, con un volumen de
negocio superior a los 80 millones de euros y que generan más de 7.000
puestos de trabajo. Esta producción no solamente se emplea para realizar
plantaciones en la Región, sino que también se envía a otras
comunidades autónomas.
El consejero de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Francisco
Jódar, visitó hoy las instalaciones de la empresa Semilleros La Sala,
pionera en la Región en la producción de plantas hortícolas, fundada en
1989 y que cuenta con 14.000 metros cuadrados de invernaderos, que
pueden albergar hasta 160.000 bandejas, con una capacidad para sembrar
1.500 bandejas por hora y lograr una producción diaria de 2 millones de
plantas.
La Sala está especializada en planta injerta, con una
producción de 20 millones.
Francisco Jódar destacó "el alto nivel de tecnificación de este
sector que nos convierte en un referente nacional y mundial".
Al
respecto, explicó que "la Región de Murcia ha sido pionera en la
producción de planta injerta de sandía, melón y pimiento, utilizando una
porción de una planta resistente de gran vigor, que contiene las raíces
en la que personal altamente cualificado inserta con precisión
quirúrgica una pequeñísima porción de otra variedad de la que saldrán
los frutos a recolectar.
Así, producimos actualmente más de 200 millones
de plantas".
La Consejería de Agricultura, de la mano del sector productor, y
especialmente de los semilleristas, ha ido trabajando e investigando en
los problemas fitosanitarios, fisiológicos o, incluso, relacionados con
la falta de agua, para la adecuación de sus instalaciones y procesos
productivos.
Paralelamente, la administración tiene establecido un sistema de
inspecciones y control para asegurar que el material vegetal producido
llega a los agricultores en perfectas condiciones sanitarias y
fisiológicas, para asegurar el crecimiento durante las primeras fases de
cultivo. Jódar señaló que "de esta manera se ahorra en el empleo de
agua y fertilizantes respecto a las prácticas tradicionales de cultivo
en las que se realizaba una siembra directa en campo, que no aseguraba
la viabilidad de las plantaciones".
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