lunes, 12 de marzo de 2018

Don Mariano y las pensiones / Adrián Ángel Viudes *

A pesar del tiempo transcurrido, más de sesenta años, aun recuerdo con cariño la figura de Don Valentín Andrés Álvarez catedrático de Teoría Económica en la Facultad de Económicas de Madrid, sita en el viejo caserón de San Bernardo.

El hemiciclo donde se sientan los alumnos de primer año está repleto. Don Valentín pregunta al auditorio. “¿Quién me puede definir el concepto de necesidad?”. Se hace un silencio y el catedrático alzando la voz recita: “Necesidad es la carencia de un bien unido al deseo de conseguirlo”, y a continuación desarrolla con elegancia la enunciación llegando a la conclusión que tienen que darse los dos supuestos: carencia y deseo, para que exista la necesidad. Podemos tener carencia de una isla privada, de un jet, de un megayate, pero si no lo deseamos no podemos hablar de necesidad.

Nuestros mayores carecen de una pensión digna y la desean luego tienen necesidad. Han llegado a su límite de aguante. Escarnecidos por el insulto de la subida del 0.25%; hartos de pagar impuesto sobre su exigua paga como si fueran trabajadores en activo, amenazados por
la supervivencia de su pensión, escandalizados por los continuos asaltos a la hucha que garantiza el futuro de la prestación, han decidido manifestarse provocando un pánico tal en el Gobierno que don Mariano está dispuesto a aceptar los condicionantes que puedan presentar Ciudadanos y PNV para poder aprobar antes de verano los presupuestos. Sin estos, y con la calle revuelta, el presidente se vería obligado a hacer algo, incluso a convocar elecciones y ambas cosas le aterran.

En esta demanda de los pensionistas encontramos la completa definición de necesidad. Toda su vida laboral cotizando para tener una pensión que les permita vivir con dignidad sus últimos años y resulta que, al parecer, les han engañado y lo cotizado no asegura sus pensiones, y lo que es peor el sistema no garantiza las futuras.

¿Recuerdan mis lectores cuando el partido hoy en el gobierno aterraba a los pensionistas presentes y futuros bramando que si la izquierda tomaba el poder peligraban las pensiones?. Pues esos miles y miles de pensionistas han salido a la calle para decirle a Don Mariano y a su partido que con quien peligran es con ellos y que no los van a votar. 

Y eso sí que no, ese caladero de ocho millones de posibles votos no lo pueden perder, pero son tan inútiles que no saben qué hacer, solo recordar que fue el infecundo de Zapatero el que congeló la subida de las pensiones con el voto favorable del señor Sánchez. Pero eso ahora no importa, lo que les grita la calle es que, si no saben, como arreglar el entuerto que se vayan a sus casas, donde si podrán disfrutar del retiro dorado que ellos mismos se han preparado.

“Ahorren más” dice don Mariano, y “háganse con un plan privado de pensiones que les pueda garantizar el futuro.” Y resulta que el español ahorra y bastante, pero todo el ahorro se lo lleva el gran “aflegior” el ministro Montoro. Más de un sesenta por ciento de nuestros ingresos son para el voraz, el insaciable recaudador. Sumen al IRPF los impuestos de la luz, el gas, el agua, la vivienda, la gasolina, el automóvil, el IVA, el teléfono, hasta el del sol, e incluso quizás del aire que respiramos.

Asegurar unas pensiones dignas no solamente es responsabilidad de empresarios y trabajadores que ya cumplen con unas cotizaciones disparatadas, es responsabilidad de todos, y por tanto el mantener una hucha suficiente tendrá que venir por dos caminos, por la vía de los impuestos, o por transferencia de otros capítulos de gasto innecesarios, acabando con subvenciones perniciosas, rescates escandalosos; recortando número y privilegios de los políticos, adelgazando una administración elefantiásica que nos
está devorando.

¿Ha pensado Montoro que las pensiones sujetas a tributación podían subir simplemente dándoles un tratamiento fiscal justo? ¿Y a las que no cotizan ¿subiéndolas en el mismo porcentaje? Los hemos seguido votando aunque nos hayan desplumado sin piedad. Ahora toca decirles: “Nos va a costar mucho prescindir de ustedes, de los que ahora mandan, pero a partir de las próximas elecciones vamos a intentarlo”.



(*) Ex presidente de la CHS y de la Autoridad Portuaria de Cartagena

(Publicado en La Verdad)

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