jueves, 4 de enero de 2018

El futuro de la Generalitat en manos del Tribunal Supremo / José Oneto *

La Sala de recursos del Tribunal Supremo tendrá en cuenta la mayoría independentista que salió de las elecciones del pasado 21 de Diciembre para la decisión que tiene que tomar sobre la libertad provisional del líder de Esquerra Republicana de Cataluña, Oriol Junqueras. Esa mayoría sería un impedimento en contra de Junqueras ya que podría influir en la reiteración delictiva. La Sala de recursos la preside el magistrado Miguel Colmenero, que también hará de ponente en el recurso de apelación. Igualmente forman  parte de la Sala los magistrados Alberto Jorge Barreiro y Francisco Monterde.

Con la resolución que se conocerá este jueves, se decide, también, en cierto modo, el futuro del nuevo Gobierno de la Generalitat que comenzará a debatirse, a partir de la primera reunión del nuevo Parlament catalán el 13 de Enero, fecha fijada por el presidente del Gobierno español Mariano Rajoy, en virtud de la intervención, en su momento, de la Autonomía en aplicación del artículo 155 de la Constitución.

Ese futuro del Gobierno de la Generalitat depende de si este jueves la Sala que estudia el recurso  para la puesta en libertad de Oriol Junqueras, en prisión  desde hace dos meses en la cárcel de Estremeras, e imputado en delitos de rebelión, sedición y malversación de caudales públicos, según auto judicial del juez de la Sala Segunda del Supremo, Pablo Llarena, decide o no, la libertad provisional de quien fue vicepresidente de la Generalitat.

Horas antes de que se produzca la comparecencia judicial del líder de Esquerra, todas las informaciones indican que, de acuerdo con la petición del Fiscal, no se producirá la puesta en libertad de Junqueras ya que no se cree que el dirigente político catalán, que antes de la intervención de la Autonomía, se consideraba como el futuro Presidente de la Generalitat, esté dispuesto a acatar la Constitución, reconocer y aceptar el artículo 155, y rechazar la unilateralidad del llamado “Procés”, cuando durante la campaña electoral ha venido defendiendo la ilegal declaración de independencia de la República catalana.

La Fiscalía insiste en que hay riesgo de reiteración delictiva. Una reiteración que afecta a la unilateralidad y, también, a la posible realización de incidentes graves en la calle. Su puesta en libertad, insisten fuentes judiciales relacionadas con el Supremo, no garantiza que se puedan producir nuevos incidentes de orden público, como los que se produjeron durante el registro de la Consejería de Economía de Junqueras, por orden de la autoridad judicial, donde se encontraron papeles comprometedores sobre la tebelión, pero dónde también acciones de una gran gravedad contra miembros de la Guardia Civil, cercada durante horas por miles de manifestantes.

Si sigue en prisión se complica la situación del expresidente fugado Carles Puigdemont, y aumenta las diferencias entre Junqueras y Puigdemont, y entre Esquerra y Junts Pel Catalunya (la llamada “lista del Presidente”, la primera fuerza política independentista), por la actitud del expresidente de ser de nuevo investido, a pesar de que no quiere comparecer personalmente (requisito legal imprescindible) para defender su programa de investidura, por miedo a ser detenido. 

Puigdemont pretende que  el Govern cesado por Rajoy, recupere el poder, ya que legalmente él sigue considerándose Presidente de la República catalana en exilio, un delirio del que tiene que alejarse Oriol Junqueras, y  Esquerra, y aplaudido por la CUP, que pretende profundizar sobre esa declaración de independencia. Por otra parte, los  planes de Puigdemont, no han sido ni siquiera pactados con quienes están imputados por rebelión y que están en prisión o en libertad provisional, tras comprometerse a todo lo contrario de lo que está defendiendo Puigdemont.

La negativa del Supremo a la libertad del líder de Esquerra, rompería la única esperanza de volver de Puigdemont, que cree que si Junqueras es liberado el jueves, confía en no ingresar en prisión. A pesar de una prolongación de su estancia carcelaria, Junqueras, obtendría permiso para presentarse a la investidura, algo, que no puede hacer, ni siquiera telemáticamente, a menos que se cambie el Reglamento del Parlament, como pretende, el fugado Puigdemont.


Análisis urgente



A la espera de la decisión sobre la vista en la Sala de Recursos del Tribunal Supremo sobre la puesta en libertad o la permanencia en prisión del dirigente de Esquerra Republicana  de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, cuando acaban de cumplirse 61 días de su estancia en la cárcel de Estremera, a cincuenta  kilómetros de Madrid, ahora se ignora cuándo se conocerá. 
El día 11 de enero la misma Sala estudiará el recurso de los Jordis (Jordi Sanchez , Presidente de la Asamblea Nacional de Cataluña, ANC, y Jordi Ciuxart, Presidente de Òmnium Cultural) presos en la cárcel de Soto del Real.
Este jueves toda la clase política ha estado pendiente de la Sala de Recursos, que ha oído  las razones que el abogado defensor de Junqueras, Andreu Van den Eynde, ha esgrimido para su puesta en libertad (no hay posibilidad de reiteración delictiva, ni riesgo de destrucción de pruebas, ni por supuesto riesgo de fuga), y que ha escuchado a Javier Zaragoza, fiscal jefe de la Audiencia  Nacional, que ha  insistido en que el dirigente de Esquerra debe seguir en prisión, precisamente por posible  reiteración delictiva dado el ambiente nuevo,  proindependentista, reforzado el pasado 21 de diciembre en las elecciones autonómicas. La acusación particular ejercida por el partido político Vox se ha sumado a las tesis de la Fiscalía.
Según  la versión de su abogado, los miembros de la Sala del Supremo le han dado la palabra al preso y Junqueras ha solicitado su libertad con el objetivo de representar a la gente que le ha votado, estar con su familia y manejar esta situación que requiere cintura política. También ha reafirmado su compromiso con el acatamiento de la situación legal que se produjo con el artículo 155 y de las vías pacíficas,  basadas en un convencimiento personal y moral de las mismas. 
Igualmente  ha insistido en que es un hombre de paz, profundamente religioso que defiende el diálogo y que siempre ha rechazado cualquier relación de la lucha política con la  violencia.
Para el líder de Esquerra, él debería ejercer sus derechos políticos por lo que debería salir de prisión. 
Por último, el abogado de Junqueras ha asegurado que ha sido una vista “provechosa” en la que se ha discutido si el exvicepresidente “merece estar en libertad” y en la que se ha dejado de lado el “debate de fondo”, que se dará en el juicio. Ha señalado a los magistrados que no hay riesgo de reiteración delictiva porque es “altamente improbable” que su excarcelación propicie una “explosión violenta” en Cataluña.
Fuera, decenas de cargos de Esquerra apoyaban al Presidente del partido. Nadie del PDeCat, ni de la CUP,  hizo acto de presencia, clara muestra de las divisiones internas del independentismo en la lucha entre Puigdemont y Junqueras por la Presidencia de la Generalitat. 
En estos momentos, sea cual sea la decisión de la Sala de Recursos del Supremo, Junqueras está en mejor situación que Puigdemont para ser Presidente de la Generalitat. Si es puesto en libertad, puede ser investido ante la ausencia de Puigdemont que se niega a volver por la orden de detención que pesa sobre él. 
Si sigue en prisión, puede conseguir un permiso para hacer un discurso de investidura, algo que no puede hacer Puigdemont porque según el Reglamento de la Cámara la investidura tiene que ser presencial y no telemáticamente ni por Skype.
Además, dadas las circunstancias y el comportamiento mesiánico de Puigdemont,  Junqueras sería el mejor candidato para la Moncloa  y para la actual Presidenta en funciones de la Generalitat,  Soraya Saenz de Santamaria…


(*) Periodista y economista


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