domingo, 24 de diciembre de 2017

Un grupo de trabajo ve a la Región de Murcia en Castilla-La Mancha si se racionaliza el Estado de las Autonomías


MADRID.- Un oficioso grupo de trabajo 'ad hoc' ve a la Región de Murcia en Castilla-La Mancha si se racionaliza el Estado de las Autonomías y se suprimen, de entrada, las regiones uniprovinciales. En ese caso, Asturias y Cantabria, La Rioja y Aragón, Ceuta-Melilla y Andalucía se agruparían, persistiendo la duda en los casos de Navarra y Baleares. Si Cartagena llegase antes a ser provincia, extremo hoy bastante improbable, los murcianos podrían llegar a no ser manchegos, cuestión ni siquiera abordada por el grupo de expertos.

Ese grupo de expertos trabajando oficiosamente también en red desde hace unos meses a raíz de las tensiones con Cataluña no vería a Murcia en la Comunidad Valenciana por la cuestión lingüistica pero sí ha llegado a considerar la opción andaluza por la historia de Al-Andalus. La reconquista y la adscripción a Castilla del antiguo Reino de Murcia parecen haber pesado más, de momento, pese al contencioso interregional por los caudales del Tajo, según uno de sus integrantes.
El coste anual de 100.000 millones de euros del actual Estado de las Autonomías con el consiguiente endeudamiento crónico de las arcas públicas regionales sumado todo a la dinámica puesta en marcha por la Generalitat de Cataluña, parece indicar la necesidad de redimensionar la estructura de la Administración Pública al observarse que no cesa de crecer, año tras año en un contexto muy prolongado de crisis económica y de sistema, de forma claramente insostenible.
Caben las opciones, en el caso de La Rioja, de unirse a Castilla-León y menos probable de hacerlo a Navarra por la cuestión foral. Ni se contempla la de Navarra y País Vasco por lo mismo y por otras cuestiones de fondo más.
Parecidos problemas se dan con Baleares que si no fuese por el actual estado de la cuestión catalana podría acabar unido a cualquiera de los territorios de la antigua Corona de Aragón pegado al Mediterráneo.
En el caso de Madrid, su provincia actual se podría dividir entre las dos Castillas, quedando la ciudad con un estatuto especial de distrito federal pensando en la evolución del modelo.
Las conclusiones no vinculantes del grupo de trabajo se elevarán al Gobierno del momento si las Cortes llegasen a iniciar un procedimiento de reforma constitucional, que podría encerrar la primera reforma legal del Estado de las Autonomías para acabar con algunos 'reinos de taifas' que han protagonizado la perversión de ese modelo teórico diseñado en 1978.
Otro planteamiento más lejano pudiera ser, ya en un esquema federal, sumar a las nacionalidades históricas de Galicia, País Vasco, Navarra y Cataluña, un grupo de regiones con un mínimo de dimensión como para garantizar la viabilidad del sistema con fuerte apoyo del Gobierno federal en las cuestiones más onerosas como Educación y Sanidad más las actuales de Defensa y Asuntos Exteriores sin descartar alguna otra como la Justicia.
El objetivo es no pasar de diez territorios políticamente autónomos frente a los 17 actuales.

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