domingo, 24 de diciembre de 2017

Registrado un terremoto de magnitud 3,6 en Almería


ALMERÍA/TOLEDO.-Un terremoto de magnitud 3,6 en la escala de Richter fue sentido la pasada noche en varios municipios de la provincia almeriense, sin que se hayan registrado daños personales o materiales.

El 112 de Andalucía ha informado de que sobre las 22:32 horas recibió varias llamadas que alertaban de un temblor que había sido sentido desde los municipios de Benahadux, Alhama de Almería y la capital almeriense.
El Instituto Geográfico Nacional (IGN) confirmó un movimiento sísmico a 11 kilómetros de profundidad, con zona epicentral al sureste de Pechina y a una latitud de 36.91 grados norte y una longitud a 2.43 grados oeste, según la última medición corregida del mismo.
El 112 realizó ronda con los operativos de la zona para conocer la situación y han confirmado que no se han registrado daños personales ni materiales a consecuencia del mismo.







 Bola de fuego sobre la costa murciano-almeriense

Por otra parte, una hermosa bola de fuego sobrevoló anoche lentamente el mar Mediterráneo frente a las costas de Almería y Murcia, según pudieron registrar los detectores que la Universidad de Huelva opera en el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo).
El fenómeno, que también detectaron los observatorios astronómicos de Calar Alto (Almería), La Sagra (Granada), Sierra Nevada (Granada) y Sevilla, se produjo a las 22:07 de la noche del 23 de diciembre, ha informado en una nota la Fundación Astrohita.
Estos detectores trabajan en el marco del proyecto SMART, cuya finalidad es monitorizar continuamente el cielo con el fin de registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar.
El análisis llevado a cabo por el profesor José María Madiedo (Universidad de Huelva), investigador responsable del Proyecto SMART, ha permitido establecer que la bola de fuego se produjo como consecuencia de la brusca entrada en la atmósfera terrestre de una roca procedente de un cometa.
La velocidad de dicha roca rondaba los 43.000 kilómetros por hora, lo cual dio lugar a que ésta se volviese incandescente, generando así el espectacular fenómeno luminoso.
El evento se inició a una altitud de unos 93 sobre el nivel del mar, finalizando a una altura de alrededor de 60 kilómetros.

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