A la misma hora que el rey Felipe VI pronunciaba su discurso
navideño, que ya ha sido destacado estas últimas horas por su
advertencia al independentismo catalán y su negativa a cualquier
rectificación de fondo a su intervención del pasado mes de octubre, una
frase de aquellas de relleno para una intervención de esta naturaleza
adquiría, en esta ocasión, vida propia: "Os agradezco que en esta noche
de encuentro de familias y de seres queridos...". Rápidamente, la red se
llenó de imágenes de comedores familiares con sillas vacías con lazos
amarillos y diferente simbología, que pretendían destacar que en muchos
hogares de Catalunya no era una Navidad normal.
Es la Navidad, ciertamente, un momento de reencuentro de familias,
tanto de aquellas que se quieren mucho como de aquellas que no se ven en
todo el año. Son días especiales en que las ausencias acaban siendo más
importantes que las presencias. Estar alrededor de una mesa navideña es
la situación normal. Decía el exjuez Elpidio José Silva para denunciar
la injusticia que no era necesario argumentar mucho la inocencia de los
Jordis, Junqueras y Quim Forn. Que era mucho más sencillo y que, igual
que en España están en prisión, en Bélgica gozarían de libertad. Es muy
bestia pero es así: por eso España retiró la euroorden de extradición
del president en funciones, Carles Puigdemont, y los otros cuatro
miembros de su Govern.
Nadie les devolverá a los Jordis, Junqueras y Forn la Navidad perdida
de 2017 junto a sus familias y sus amigos. Ni aquel abrazo, ni aquella
sonrisa de un hijo, de una esposa o de una madre. Se tendrán que
conformar con las estrellas del firmamento que se puedan ver desde las
prisiones de Estremera y de Alcalá Meco, como recordaba el
vicepresident. Un escaso consuelo para quienes no deberían haber entrado
en prisión.
El independentismo ha ganado el 21-D en unas condiciones extremas y
ha demostrado en las urnas su fortaleza y su capacidad de resistencia.
Lo ha hecho, además, con sus líderes en el exilio o en la prisión y
entre amenazas y advertencias a nuevos nombres que se incorporan a los
sumarios judiciales que están en marcha, y de los cuales vamos
recibiendo cumplida cuenta informativa a través de los medios de Madrid.
Y mientras, cada lunes, incluso el día de Navidad,
hay manifestaciones en las plazas de ciudades y pueblos de Catalunya
pidiendo la libertad de los Jordis, Junqueras y Forn.
Es la Catalunya que recuerda, aquella que a lo largo de la historia no ha dejado de representar el nervio central del país.
(*) Periodista y ex director de La Vanguardia
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