MURCIA.- Un compuesto obtenido de la hoja de olivo, el ácido
oleanólico, es capaz de activar rutas moleculares importantes para la
migración de las células del borde de una herida y acelerar su cierre, tal y como concluye un estudio reciente, publicado en Plos One y llevado a cabo por científicos del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB)-Arrixaca.
Uno
de los miembros del equipo y actualmente el decano de la Facultad de
Enfermería de la Universidad de Murcia (UMU), David Armero, ha recordado
que el aceite de oliva "se usa desde hace mucho tiempo con fines medicinales"
pero esta investigación ha permitido averiguar exactamente en qué lugar
hay que aplicar exactamente el ácido oleanólico dentro de la célula
para que ejerza su acción, algo que no se había descrito hasta ahora.
Conocer este lugar exacto permite a los investigadores "conocer la forma química para que el producto surta más efecto", según explicó Armero.
De
esta forma, estos expertos murcianos han descrito por primera vez el
mecanismo por el cual algunos extractos de plantas son capaces de
promover y mejorar la cicatrización de heridas, según
fuentes del Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) del
Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.
Los investigadores han descrito cómo "el ácido oleanólico es capaz de activar rutas moleculares importantes para la migración de las células del borde de una herida y acelerar su cierre", explica Armero.
El
trabajo optimizará el cierre de heridas cutáneas, como el pie diabético
o las úlceras por presión, que afectan al 1% de la población. Los
resultados obtenidos, publicados en la revista Plos One, son claves para
desarrollar nuevos fármacos y estrategias para optimizar el cierre de
heridas cutáneas en general y heridas crónicas en particular, como el
pie diabético o las úlceras por presión.
Estas lesiones representan un problema destacado de salud pública pues
afectan al 1% de la población, representando su tratamiento y el de sus
complicaciones hasta un 3% del gasto sanitario total.
El
equipo, coordinado por Francisco J. Nicolás, está compuesto por los
profesores de la UMU María Ruzafa, Antonio Jesús Ramos y David Armero, y
los investigadores Ángel Bernabé y Sergio Liarte del IMIB-Hospital
Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca.
En este sentido, Armero ha señalado que él es enfermero y su participación en el proyecto emana de su tesis doctoral,
que realizó sobre productos naturales, entre los que se encontraba el
olivo. Esta aportación se sumó como una nueva línea de investigación al
proyecto global de Nicolás, que llevaba años trabajando con membranas
amnióticas en la cicatrización de heridas.
El objetivo es
conjugar la experiencia científica del equipo de Nicolás en el ámbito
de la aplicación de membrana amniótica con las aportaciones sobre el
efecto del aceite de oliva.
Necesidad de financiación
En
este sentido, Armero señaló que, de momento, se trata de investigación
"básica" e "in vitro", con cultivos celulares, y que todavía queda mucho
tiempo para su aplicación práctica en forma de fármaco. Y es que una célula humana, según este investigador "no es lo mismo que trabajar con una célula en laboratorio".
Antes
de llegar a comercializarse, el fármaco deberá probarse 'in vitro' y,
posteriormente, en animales. Finalmente, el producto se probaría en
seres humanos, lo que requiere "medidas de seguridad muy altas" a pesar de ser un producto "natural".
Sin embargo, los investigadores explican que hace falta "mucha financiación" para desarrollar todo este proceso, y necesitan el respaldo de empresas que aporten el dinero y pasar todos los filtros que establece el Gobierno central para desarrollar el proyecto.
En caso de encontrar financiación, Armero señaló que el producto se podría desarrollar en "muy pocos años" pero, de momento, los participantes en el proyecto han tanteado diversas empresas y no han obtenido respuesta.
Los
investigadores han trabajado hasta ahora con un proyecto competitivo
concedido por el Gobierno central, que les acaba de conceder financiación para otro nuevo proyecto de estas características y estima que el trabajo con células animales comenzará muy pronto, a principios de 2018.
Los
investigadores no han trabajado directamente con la planta del olivo
para extraer el ácido oleanólico, sino que han obtenido los productos
para el proyecto de una empresa radicada en Alcantarilla y que es referente en la extracción de productos de plantas como el tomillo, el romero y el olivo.
Esta
empresa ha facilitado gratuitamente la materia prima con la que han
trabajado los investigadores, un producto "liofilizado" y en polvo con
una gran pureza, del 95 por ciento. "Ellos compran toneladas de plantas y hacen extractos vegetales muy puros que luego venden a empresas cosméticas o para alimentación de animales", ha señalado.
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