Esta
tarde he sentido pena al ver al señor “Puch-demonio” o “Puch-demente”
declarar “en diferido” la supuesta independencia de Cataluña, después de
saltarse todas las leyes habidas y por haber. Tengo la sensación de que
unos poderes buitres extranjeros, ocultos en la sombra, intentan comerse un trozo muy valioso de mi patria.
Yo no sé lo que tiene la madre España que duele cuando la atacan
y se añora su ausencia. Ello explica la cantidad de españoles que han
dado la vida por su patria a lo largo de la historia. Es algo místico y
sobrenatural que no tiene explicación.
Estamos en un estado de insurrección permanente que va a provocar un estado de excepción. Este acto de locura colectiva,
de fanatismo futbolero llevado a la política, es algo que no beneficia a
nadie y perjudica a todos, por la fuga de capitales en Cataluña, hasta
el extremo de que muchos separatistas se han arrepentido ahora. ¡A
buenas horas mangas verdes!
Han
perpetrado un golpe de Estado contra la integridad territorial de
España y la soberanía nacional que es el derecho de todos los españoles a
decidir su vida en común de forma democrática.
Esta misma gente que ahora pide la independencia, pedirán la integración en el futuro cuando no tengan nada que comer.
Pero no creo que se salgan con la suya, porque la Ley y la razón están
en su contra, y España es un gigante dormido que está despertando ahora,
con banderas en los balcones, porque España está destinada a tener un
futuro glorioso pese a los esfuerzos de los miserables.
Ernest Renan, maestro de Ortega y Gasset, dijo que “una nación puede hacer todo menos suicidarse”. Ortega añadió que “España es un proyecto sugestivo de vida en común”. Pero España es mucho más que un proyecto común, es una identidad histórica que existe por sí misma.
Por su parte Carlos Marx dijo que “el derecho de autodeterminación regional no tiene cabida en las naciones europeas que organizaron su unidad territorial antes de la revolución francesa,” caso de España, al contrario de las colonias que ya se independizaron.
Una de las verdades más grandes del ser humano es que España
es nuestra única madre, no tenemos otra, y que las divisiones
territoriales son invenciones para repartirse como buitres el dinero de
los contribuyentes.
Vivimos un golpe de Estado “a plazos”, a ver si cuela, que nos va a poner a prueba a todos los españoles. Estoy seguro que vamos a estar a la altura de las graves circunstancias históricas que estamos viviendo.
(*) Periodista
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