jueves, 28 de septiembre de 2017

Mayoría nítida / Patxi Andion *

La gente sabe que esta discusión que parece inacabable sobre lo que es legal, ilegal, legítimo e ilegítimo respecto a la situación en Cataluña no es mas que el humo del fuego. Discutimos hacia donde va y de donde viene pero no parecemos mirar con demasiado interés al centro de la hoguera: Porque tenemos un incendio. Allí y aquí. La gente sabe también que el debate entre quien tiene razón y quien no la tiene, tiene mucho que ver con quien cree tener razón y quien piensa que debe tener razón y desgraciadamente las cosas racionales parecen tener poco juego en este tablero. 

Claro, seguro que si hay dos posiciones enfrentadas la razón andará en un balancín de aquí para allá asomándose a ambas posiciones para inmediatamente separarse de ellas.  Para mas inri, el asunto ha dejado de ser lo que fuera para ser un tema judicial y ahí volvemos a debatir si la política se judicializa o si la justicia se politiza. Todos sabemos que España es un Estado democrático basado en la separación de poderes, pero muchos de nosotros hemos sufrido en nuestras propias carnes como el clientelismo alcanza los rincones mas recónditos de los despachos de los jueces. Seguramente de algunos jueces solo. Pero algunos jueces, seguro. 

Desde que entró en el asunto el Tribunal Constitucional la disyuntiva se posiciona entre legalidad e ilegalidad y ahí parece terminar la discusión. El Gobierno del Estado declara ilegal la convocatoria de un referéndum que cada vez parece mas un mal chiste peor organizado que un fiestón de monjas y el Gobierno de la Generalitat declara su ley de referéndum por encima de su propia Ley, del Estatut y por encima de la Constitución, la ley de leyes. 

Y todo el mundo se queda tan pancho esperando a que llegue el domingo 1-O y tengamos que ver como ante los ojos de los países desarrollados no quedamos como lo que cada vez mas parecemos. Un país no desarrollado. Parece que nos acercamos a la famosa frase sobre Argentina: “No somos un país subdesarrollado pero algún día lo seremos” No recuerdo quien me aseguraron que la pronunció.

“Por el humo se sabe donde está el fuego” se canta en la zarzuela Doña Francisquita. Por eso, independientemente de la legalidad de lo que está pasando, de la razón quien la tenga, de quien proponga mayor carga sentimental, de quien mienta mas y mejor y de quien vaya a ir a la cárcel o quien vaya a encarcelarlo, lo que se ve es claramente una Mayoría Nítida de gentes civilizadas catalanas que salen a la calle cada día pidiendo a gritos que se les deje votar sobre su independencia del Estado Español. Ya sabemos que los porcentajes de esa mayoría varían en función de quien maneje las cifras. 

También sabemos que determinadas minorías poseen una capacidad de movilización muy superior a su significado electoral y que el ruido es mucho mas impresionable que el silencio. Que mucha gente en Cataluña se ve coaccionada por la inercia social a su alrededor  y que mucha gente está propagandizada, como solo en los regímenes autoritarios lo puede estar y que las consignas derivadas de los valores adoptados al igual que estos, son aquello que se quiere oír y creer, por inverosímil que parezca tantas veces y por mucho que los datos, y los números lo desmientan. 

Esa mayoría que somos capaces de ver nítidamente, será el 48% o el 56% pero está en las calles y las colma y las hace resonar. Y a los que el nacionalismo nos parece una antigualla inventada por la burguesía regional para conservar sus privilegios y los que pensamos que debemos posar nuestra mirada e interés en otros asuntos mas acuciantes y de futuro, debemos avisar que esa mayoría con la que ideológicamente estamos en desacuerdo, es suficientemente nítida como para que quien tenga que arrimar la primera silla, lo haga. No seré yo quien impida a nadie disertar sobre su ombligo pero moriré por el derecho a que se lo mire. Nítidamente.


(*) Dr. en Sociología


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