martes, 29 de agosto de 2017

Parar el intento de golpe / Luis de Velasco *

En mi columna del pasado 12 de enero de 2016, hace ya año y medio, con el  título  El procès como intento de golpe afirmé que estábamos en presencia de un intento de “golpe blando o por secretaría” con el mismo objetivo de un golpe clásico solo que esta vez no causado por un levantamiento militar, algo obviamente imposible aquí y  ahora. En síntesis, mediante una serie de trucos ilegales e ilegítimos, se trata de establecer ese “doble poder” estudiado por los clásicos, sustituir una legalidad por otra y cambiar la institucionalidad.

Por disparatado que parezca, en este año y medio hemos asistido a ese proceso que enfrenta ahora sus momentos decisivos. Todo ello ha causado y va a seguir causando un notable aumento de las tensiones sociales y políticas, sobre todo en Cataluña. Ese es precisamente uno de los objetivos y  medios buscados por los independentistas. Agudizar las contradicciones, tema también estudiado por los clásicos. 

Una muestra de esa agudización del conflicto  se pudo presenciar en la  reciente manifestación de Barcelona donde una minoría muy activa pretendió transformar, y lo logró en parte, una concentración condenatoria de ese brutal atentado en condenatoria de los símbolos e instituciones españolas. De acuerdo, son una minoría pero  la historia muestra el poder de las minorías frente al abstencionismo o activismo insuficiente de las mayorías.

Hasta ahora ese intento de golpe ha seguido avanzando aunque el gran problema es hacia adonde. Según el gobierno  de la  nación hacia el fracaso, hacia la nada. Según los “termocéfalos” independentistas hacia  la república independiente de Cataluña (perdón, “Catalunya”) como miembro  de pleno derecho y por derecho propio  de la UE, edén de riqueza, paradigma de libertad y de justicia  y libre  de corrupción. O sea, la leche.

La última provocación ha sido la presentación ante el Parlamento catalán de un “proyecto de ley de transitoriedad jurídica y fundacional  de  la república”. Ahí queda eso. Como dirían los hermanos Marx “Y dos huevos duros”. El  gobierno  Rajoy volverá a hacer lo mismo que ha hecho hasta  ahora o sea ir al Constitucional que hará lo  mismo que ha  hecho hasta ahora: invalidar esa decisión anticonstitucional. Lo saben los independentistas pero  seguirán. Saben que no prevalecerán pero  se trata de causar el mayor  daño posible.

Abrochémonos los cinturones, llegan los momentos decisivos en esta triste historia. No está todo dicho ni mucho menos. Ampliar el respaldo político y  social  al gobierno Rajoy en este momento  y en este tema a pesar de su trayectoria es imprescindible.  Bienvenido  sea el respaldo del PSOE, esperemos que sincero y leal.

Una reflexión final. En esta apuesta el independentismo fracasará pero el problema, mucho más  agudo que hace un par de años, seguirá  ahí y no podrá ignorarse.


(*) Economista del Estado


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