lunes, 23 de noviembre de 2009

Regreso a los años 50 del siglo XX / Ángel Montiel

La singularidad del hallazgo arqueológico de San Esteban es que no se trata de monumentos separados o de piezas, sino de una trama urbana integral, en la que se dispersaban pobres y ricos. Ese fragmento de vida es lo que habría que conservar en su conjunto, tal y como era y tal y donde estaba.

Concluí mi anterior artículo sobre la cuestión del parking de San Esteban sugiriendo que se dieran soluciones sensatas... pero sin trampas. Pues nada, es imposible. La solución viene preñada de trucos, baratos por lo demás. Los técnicos han resuelto muy en la línea previsible que cabía deducir del escaso entusiasmo con que las autoridades se habían manifestado previamente acerca de la conservación de los restos arqueológicos encontrados. Todo muy decepcionante,

Primer truco. El informe arqueológico no es un informe arqueológico. Ofrece una 'solución' sobre lo que ha de hacerse, cosa que en modo alguno corresponde a los arqueólogos. Éstos están para desvelar los restos, datarlos y contextualizar su importancia. Uno: Si se han de conservar o no, en su totalidad o en parte, es una decisión política, pero no sólo de los políticos con mando en plaza, sino en el sentido de que éstos atiendan a la opinión de los ciudadanos. Hay cuestiones como el patrimonio histórico o el medio ambiente que no pueden depender sólo del arbitrio de los concejales, por muchos votos que los asistan. No se puede irrumpir con actuaciones preestablecidas en asuntos que afectan a las generaciones pasadas y a las por venir. Dos: Y el cómo han de conservarse los restos tampoco es una competencia de los arqueólogos, por mucho que haya que contar con su asesoramiento. Un ejemplo: el Teatro Romano de Cartagena fue desenterrado y datado por los arqueólogos, pero su tratamiento posterior vino de la mano de un arquitecto, Moneo por más señas.

Segundo truco. Se nos traslada la importancia del hallazgo como un conjunto de piezas, algunas más valiosas que otras. Así, por ejemplo, dicen de conservar las huellas de los palacios, pero desprecian los de las casas sin relevancia. Parece extraño que estos arqueólogos tengan un sentido tan fetichista de su propio oficio. Lo que ha aparecido ahí es un barrio completo, situado en el exterior de la muralla árabe. Y eso y no otra cosa es su singularidad: el conjunto, la composición de ese barrio, en el por lo que los propios arqueólogos informan convivían pobres y ricos, como en cualquier ciudad. Pues bien, lo interesante es el panel completo, la visualización de aquella sociología y de cómo se componía urbanísticamente, cómo vivían los ricos y cómo los pobres: la casa del pobre es un documento histórico tan relevante como el palacio de un rico. Lo emocionante, como ocurre con la Casa Fortuna de Cartagena, no es la pinturita de una pared o algún objeto decorativo, sino la composición toda de la casa, su distribución, y el que nos esté permitido pisar con nuestros pies una calzada romana por la que transitaron nuestros antepasados hace miles de años. Si algo nos informa sobre el pasado más que un ánfora, una espada o una escultura es comprobar cómo eran las ciudades y poder pasear hoy por ellas. Pues bien, esta maravilla ha aparecido de pronto ante nosotros, en el centro de la ciudad del siglo XXI. Está ahí, como un regalo. Un barrio entero tal y como era en el siglo XIII. ¿Hay que cambiar esta revelación por un parking? ¿Esta es la política del siglo XXI o la de los años 50 del XX?

Tercer truco. Encima, para conservar una parte del conjunto del hallazgo, hay que levantar los muros, meterlos en paquetes y volver a colocarlos en una cota superior de donde están situados para permitir las cinco plantas del subterráneo. No hay ser arqueólogo para deducir que eso es un disparate, no sólo por la naturaleza de los materiales, sino porque, si ya está ahí, ¿por qué habría que cambiarlo de lugar? Tenemos una ciudad histórica real y la queremos convertir en una ciudad histórica virtual. A nadie se le ocurrió llevarse el Teatro Romano a otro emplazamiento porque estorbara para algún proyecto privado o municipal. Hablan del templo de Debod, que se disfruta en Madrid, aunque su lugar natural es Egipto. En ese y en otros casos se trata de piezas. Nadie pretende que los objetos que aparecen en los museos arqueológicos regresen a su lugar de origen. Pero en este caso no hablamos de elementos, sino de un conjunto urbano que debe estar donde estaba. Trasladar las ruinas de un barrio entero es un absurdo estructural. Una cosa son los objetos y hasta los monumentos, y otra muy distinta las ciudades. El valor de ese hallazgo, insisto, es que nos ofrece información sobre la ciudad, y no hay en nuestro entorno un conjunto parecido, y menos en Murcia, carente de referencias históricas de esa etapa diferentes a la monótona muralla.

¿Qué clase de 'ciudad sostenible' puede ser la que destruye y descoloca restos de su origen, que celebra en fiestas y exposiciones con un orgullo que no pasa la prueba del nueve, para crear almacenes de coches? ¿Cómo se puede aspirar al título de Ciudad Cultural con este tipo de apaños, cuando si verdaderamente existiera un espíritu que lo mereciera la voluntad política de los rectores municipales se habría adelantado a parar el parking incluso a los informes arqueológicos predeterminados?

Trucos, trucos, trucos. Todo esto es triste y desolador.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Magnífico artículo que cambia la opinión que yo tenía sobre Ángel Montiel hasta ayer mismo. Enhorabuena y muchas gracias por mojarte tanto. Comienza tu redención.

Anónimo dijo...

A Camara y a los suyos les importa tres pimientos su propio pasado historico y, por ende, el de los murcianos. Todo debe estar segun el supeditado al dinero y a los negocios. ¿Pero que dice Valcarcel del tema? ¿No es profesor de Hsitoria del Arte? Pues ahi tiene una gran leccion de Historia y de Arte¡ ¿Que va a hacer ante ella?
Tendremos que aprobarle o suspenderle
Desde Águilas esperamos con impaciencia que tercie en el tema y decida lo que debe decidir. De lo contrario, en las urnas nos veremos...

Anónimo dijo...

Que el Sr. Angel Montiel escriba desde la licertad este artículo es una buena señal de que algo se está moviendo en esta región en pro de la cultura y el medio ambiente y contra el pelotazo urbanístico y las mentiras del PP.
Siento no decir lo mismo de los anteriores artículos de este periodista.

Anónimo dijo...

Cámara, vuelve a Orihuela y no vuelvas a Murcia. Angel Montiel parece que despierta. Se puede ser de derechas, izquierdas o centro. Pero además de dialogar con todas las ideologías, el sentido común y en norte de pasado, presente y futuro no ha de perderse. Y en lo del parking se pierde por el vil metal. Aaaay mi Generalaaa...!!

Anónimo dijo...

Y en otra NOTICIA de la opinión recuperan restos islámicos.Claramente el problema no es la calidad de los restos, sino el conflicto con intereses privados y no generales, sino GENERALAS...

http://www.laopiniondemurcia.es/murcia/2009/11/24/islam-cristianismo-conviviran-iglesia-san-juan-dios/213047.html

Anónimo dijo...

Los argumentos son reales pero escritos por este chico con una pobreza que da pena y espanto. Por ejemplo, creerse el chorvo descendiente de los cartagineses o romanos de los primeros siglos. ¿Y si lo fuera de unos holandeses que desembarcaron en el siglo XVII? Qué importa cuáles fueron los ascendientes de este analfabeto. Qué disparate más hortera. Pero es que el gachó no pasó de la Secundaria y no se pueden pedir peras al olmo. Si este es el heraldo de Murcia, no es extraño que Murcia sea la cloaca de España y de Europa. Más seriedad con la Historia.

chemablog dijo...

100% de acuerdo Angel...sería estúpido destruir o trasladar esta joya

Anónimo dijo...

Don Angel, es usted de lo mejor como periodista, lo creia vendido al poder, ya veo que no, continue asi por favor.

Anónimo dijo...

Excelente artículo.

Anónimo dijo...

Hablando de parkings. Hace tiempo que un familiar solicitó una plaza de garaje en el parking(concesión municipal al presidente de la Cámara de Comercio)de la calle Simón García y todavía está esperando...La oposición podría investigar que ha pasado con dicha concesión.

Anónimo dijo...

Cámara, que ha pasado con el parking de la calle Simón Garcia?. Es una auténtica vergüenza lo que se ha permitido allí. Hay que aclarar que ha ocurrido con esa concesión municipal

Anónimo dijo...

¿El hijo pródigo vuelve al redil? ¿Se le encendió la lucecita que llevaba apagada? ¡Milagro! El estilo de la crónica rosa llevada a la política desbarra cuando es traida a la arqueología y a la historia.

Anónimo dijo...

¿Tendría el Sr. Camara el mismo comportamiento con el patrimonio cultural de su ciudad natal, Orihuela?. Y este quiere ser califa en lugar del califa. Apañados vamos con los tíos estos.

Anónimo dijo...

restos arqueológicos para todas