domingo, 9 de noviembre de 2008

Adios al catecismo Narbona

MURCIA.- Delante de los presidentes de todas las confederaciones hidrográficas de España, reunidos en Mérida el pasado da 14, el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara (en la imagen), enlazó un discurso que resume su posición sobre el agua y los trasvases, dice hoy "Abc".

Ofreció una visión diametralmente opuesta a la de sus compañeros socialistas que gobiernan en Aragón, Castilla-La Mancha y Cataluña, Marcelino Iglesias, José María Barreda y José Montilla, respectivamente. El líder extremeño rompió el catecismo hidráulico del PSOE, basado en la Nueva Cultura del Agua de la etapa de Cristina Narbona, y se mostró una vez más dispuesto a hablar de un trasvase desde Valdecañas (Cáceres) a Murcia.

Los puntos básicos ya los expuso en septiembre, al hilo de la noticia lanzada a mediados de agosto por "Abc", la cual pasó del desmentido inicial del Ministerio de Medio Ambiente al reconocimiento de que se trata de una opción «en un escenario no muy lejano».

El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino negar oficialmente que haya dado un giro a la política del agua. Puertas adentro se admite que sí, pero con matices. No hay que engañarse: el fondo sigue siendo el mismo. Lo que han cambiado son las formas, unidas a la oportunidad de revisar toda la planificación a través de los nuevos planes de cuenca.

El gobierno de Zapatero no fue tan antitrasvasista en la anterior legislatura como muy trasvasista en la actual. Digamos que los socialistas tenían compañeros de viaje que le ataban a unos compromisos de los cuales ahora se ven liberados.

Cuarenta y ocho horas después de que José María Barreda pronunciara en el Congreso de los Diputados su discurso contra el Trasvase Tajo-Segura, en el Pleno de toma en consideración del Estatuto de Autónoma de Castilla-La Mancha, el presidente extremeño Fernández Vara dejaba en evidencia esa cara del dogmatismo hidráulico y la carrera por blindar los ríos.

El otro dogmatismo, para sus detractores, lo ejercen los gobiernos del PP de Murcia y Valencia con sus exigencias trasvasistas. Junto con los socialistas murcianos, los populares se han embarcado en la estrategia de alabar la «valentía» y la dimensión de estadista de Fernández Vara, cuando tales halagos no le hace ningún favor ante Barreda, Marcelino Iglesias y José Montilla. Es más, con tantas muestras de cario pueden «quemar» el acueducto de Extremadura antes de que salga a la luz.

Como si fueran autovías, el tablero trasvasista puede ser más complejo en Castilla La Mancha si se tiene en cuenta el acueducto Tajo-Ciudad Real, en obras desde hace tres años y pensado para derivar 50 hectómetros anuales.

Puede darse el caso de que ambos canales se crucen duplicando, digamos que innecesariamente, los esfuerzos trasvasistas. Montilla intentó en junio el trasvase Ebro-Barcelona, mientras que ahora impulsa las obras del canal Xerta-Calig para llevar agua del Ebro a los regados del sur de Tarragona. No es un trasvase, pero sí una detracción de caudales de este río amparada por una decisión que se tomó en la época de Aznar.

Cataluña se niega a ceder caudales del Ebro a otras cuencas, pero no desaprovecha ninguna ocasión de llevar el agua a su molino.

Aznar, por su parte, organizó un revuelo en Zaragoza el viernes pasado apostando por el trasvase del Ebro y las obras del Pacto del Agua de Aragón. Recorrió el camino en el que se ha quedado a medias Rajoy.

El consejero murciano Antonio Cerdá considera «justo» que Extremadura reclame compensaciones a cambio del agua de Valdecañas. Hay que pagar una factura porque esto no es bucólico ni gratis total. Extremadura y Murcia tienen un común denominador histórico nacido del desarrollismo franquista: la primera recibí el man del Plan Badajoz, que en los años 50 puso en producción 100.000 de hectáreas de nuevos regadíos con aguas del Guadiana; y la segunda se ha beneficiado del acueducto Tajo-Segura, que ha permitido irrigar otras 75.000 hectáreas en el Sureste. Hay un lenguaje común.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y no solamente esto...

Las máquinas entran arrasando El Encín

Alcalá de Henares 4 de noviembre


Ecologistas en Acción ha denunciado ante el alcalde de Alcalá de Henares y la Dirección General de Urbanismo, el inicio de obras de los campos de golf de El Encín. Estas obras han comenzado sin contar con los instrumentos urbanísticos que lo legitiman. El proyecto supone la pérdida de puestos de trabajo cualificados del centro de investigación y requiere una inversión millonaria, en un proyecto elitista. Al mismo tiempo colegios públicos de Alcalá de Henares carecen de instalaciones deportivas adecuadas.

Ecologistas en Acción denunció ante el alcalde de Alcalá de Henares , Bartolomé González y la Dirección General de Urbanismo de la Comunidad de Madrid, el inicio de las obras de los campos de golf en la finca El Encín. El promotor de la actuación es la empresa pública Alcalá Natura 21 S.A, dependiente de la Consejería de Cultura y Turismo.

Desde el día 28 de octubre, fecha en la que se interpusieron las denuncias, hasta el día de hoy no hay paralización de la obra y se ha observado un aumento en la actividad de la maquinaria pesada actuando sobre la finca. Esta actuación urbanística no está amparada por ningún instrumento de planeamiento de desarrollo urbanístico (plan parcial, plan especial, etc), tal y como establece la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid, en su artículo 34.

Las obras carecen también de calificación urbanística, procedimiento que debe aprobarse con anterioridad a iniciar obras en suelo no urbanizable protegido, como es el caso de parte de los terrenos sobre se están realizando las obras.

Con estas actuaciones el Ayuntamiento de Alcalá de Henares y la Comunidad de Madrid incumplen la legislación vigente, apostando por una gestión del territorio destructora del medio ambiente. Pero además, destruye puestos de trabajo. Si el centro de investigación agroambiental estuviese funcionando a pleno rendimiento daría trabajo, al menos a 80 investigadores, además de personal administrativo, mantenimiento, etc. Actualmente, el número de investigadores ha descendido a apenas a la veintena.

Contrasta el despilfarro de dinero público, más de 12 millones de euros (1.996.632.000 pesetas), en plena crisis para un proyecto elitista e injustificado, mientras, colegios públicos de Alcalá de Henares no disponen de instalaciones adecuadas para que los niños puedan realizar adecuadamente sus actividades de Educación Física. Esto está ocurriendo en varios colegios, lo que ha motivado la movilización de los padres a los que no se les está escuchando.

También hay que indicar el derroche de un recurso limitado como es el agua. Según la legislación vigente el agua de las depuradoras puede tener un uso sanitario. Esto podría llevarse a cabo en la nueva urbanización de Espartales Norte en la que es fácil implantar un segundo sistema de abastecimiento exclusivamente sanitario, independiente del abastecimiento de agua potable y con un ahorro significativo de agua.

Es triste que se apueste por un proyecto destructor del medio ambiente, que derrocha recursos naturales y que no tiene ningún efecto social positivo sobre la ciudad de Alcalá de Henares.