jueves, 9 de octubre de 2008

La crisis, sí pasa / Santiago Delgado

Resulta que algunos de estos escritos míos son reproducidos en páginas web de muy reconocido prestigio. Gracias. Uno de ellos fue el titulado: La crisis pasa. Y no veas cómo me han puesto los comentaristas. Como chupa de dómine. Como la cultura logse campa por sus respetos, aclararé que las chupas o babis de los maestros del Siglo de Oro no se lavaban nunca, e iban siempre llenas de lamparones, sucísimas.

Bueno, pues así me han puesto porque dejé escrito que la crisis pasa. Pues yo insisto en la tesis. Lo que si haré es evidenciar mejor. 300 palabras obligan a sintetizar.

Primero, intenté dejar constancia de que el Capitalismo-liberalismo-estado del bienestar sufre crisis, no colapsos. El sistema es para siempre. Y él mismo encuentra los mecanismos para sobrevivir. El sistema que sí muere es el comunismo-socialismo real y colectivismos varios, utopías incluidas.

Segundo, desde el momento en que el gobierno Bush, con Obama y McCain, firmaba ayudar a los bancos con virus subprime, ya estaba escrito el final del episodio. Ojo, un episodio, incluido el final, puede durar. Un gobierno con posibles para inyectar dinero y garantizar depósitos es un mecanismo más del sistema. No así un gobierno soviético. Los agentes económicos buscaron nueva mejora, y la tuvieron; segundo plan Bush.

Luego, en Europa, los gobiernos salieron a garantizar depósitos. Y, por último, bajan los tipos de interés. Ya no hay más que dar. O sí, conseguir que Obama gane las elecciones; si consiguen tensionar hasta las elecciones, gana Obama. Mientras tanto, acciones a la baja, y títulos de saldo.

Hasta aquí, la crisis financiera: la madre de todas las crisis. La crisis económica es distinta: paro y precios. Esa durará año y medio, hasta que se sustituyan la Construcción como motor.

www.elfarodemurcia.info

4 comentarios:

Álvaro dijo...

Es increíble que alguien piense que la crisis es pasajera y no sistémica y permanente (al menos durante varios lustros). Es increíble que los periodistas no tengan ni idea de economía y física. No volveré a leer este blog ante tamañana desinformación.

Anónimo dijo...

Eso de que la crisis ya ha pasado....no se....yo creo que lo peor está por venir.
Fuentes solventes ya analizan el colchón que ha creado el gobierno (aumento de las garantías de los depósitos, inyección de liquidez al sistema, etc.) para que sirva de paracaidas a lo que viene.

Anónimo dijo...

Sin crisis no hay cambios. En ese sentido puede entenderse que la crisis es el comienzo de lo que viene a continuación, recesión, hambre o incluso caos social. Sí la crisis pasará y vendrán otros que buena la harán... .;-(

Anónimo dijo...

Con mis respetos a su opinión, señor Delgado, lamento disentir:

Que la crisis pasa es algo evidente en toda crisis, en la medida en que, si no fuese así perdería su propio nombre para tener que redenominarse.

Otra cosa distinta es la huella psicológica que las crisis dejan y, sobre todo, la disposición de amplias capas sociales a permitir el retorno de viejos efectos.

Le recuerdo que estamos ante la primera gran crisis de la globalización, motivada -aparte de problemas nacionales, que tendremos que llamar "particularismos"- por un afan desmesurado de una minúscula minoría de abusar del propio mercado -en el que dicen creer- en beneficio propio o muy particular.

Pero nadie serio apedrea a su propio Dios y, a veces, tales conductas que pueden calificarse de nímias a nivel global, son atrapadas por el efecto mariposa y generan un hartazgo general del que ya tenemos previas noticias.

Así cabe rememorar la caída del Comunismo URSS y satélites. Falta de libertad, existencia de un mundo distinto que sirve de contrapunto al nuestro y otras grandes razones y teorías avalaron lo que, en el fondo, fue hartazgo de muchos y revolución de unos pocos.

Yo, que soy una persona más, sin importancia especial, entiendo que las grandes crisis guardan pequeñas motivaciones y que el bloque comunista cayó de la mano de pequeños y grandes abusos de unos pocos, de los llamados privilegios de los líderes de los Partidos Comunistas, materializados en cosas aparentemente intrascendentes, como el tú andando y yo en coche, o en cosas más graves, tu igual pero yo corrupto, rico y poderoso.

Pues este concepto sigue su pauta en la actual crisis, con dos efectos singularmente importantes a mi juicio:

1º. Nos hemos dado cuenta de que todos somos esclavos de un sistema que nos desborda, al igual que ocurrió en el bloque comunista.

2º. Nos hemos dado cuenta de que unos son mileuristas o mildolaristas, mientras otros celebran, no ya son triunfos, que sería legítimo, sino sus fracasos y el perjuicio de los demás, con cantidades imposibles de soñar por el común de los mortales.

De forma que ni liberalismo transgresor, ni capitalismo transgresor, ni comunismo transgresor, ni socialismo transgresor.

Será lo que sea, pero si lo que sea no pierde el adjetivo transgresor -o lo que es lo mismo si transgredir el propio sistema no encuentra repudio y castigo- algo en la psicología del hombre medio estará cambiando. ¿Con qué resultado? No lo se, señor Delgado, tendrá que esperar a que compre una bola de cristal.