Este lunes, el mismo día en que los partidos políticos harán pública
la lista completa de sus candidaturas a las generales y las europeas,
'La Verdad' y el resto de medios del grupo Vocento publican un sondeo
electoral del 28 de abril con 7.500 encuestas realizadas en todo el
país.
Una muestra estadística que casi triplica a la del último
barómetro del CIS, lo que permite proyectar, con las lógicas cautelas
por la gran volatilidad del voto a falta de más de un mes, una posible
distribución de escaños por circunscripción.
Se trata de una foto fija
que refleja tendencias de voto por territorios para unas elecciones al
Gobierno de España que, con toda seguridad, dada la fragmentación
partidista, se decantarán en el esprint final hacia las urnas. Hoy, 'La
Verdad' anticipa los resultados regionales de esta encuesta nacional
acometida por la empresa demoscópica GAD3.
En base a 400 encuestas, esta
cata demoscópica en la Región de Murcia arroja un empate virtual entre
PP y PSOE en escaños, una notable dispersión del voto que hasta hace poco
dominaban los populares y una fuerte irrupción de Vox en el escenario
regional.
Todas las fuerzas salen a ganar y para ello han
reclutado para sus filas a muchas caras nuevas de la sociedad civil. En
su recomendable libro 'El retorno de los chamanes', Víctor Lapuente,
profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Gotemburgo, recuerda
que todos los políticos quieren conseguir el poder, «pero unos se
pueden considerar más 'policy seekers' (buscadores de políticas) y otros
más 'office seekers' (buscadores de cargos)».
Los Verdes, por ejemplo,
se han consolidado en los últimos años en Europa con una inequívoca
orientación a la búsqueda de políticas, no de cargos. De ahí que cuando
eran necesarios para formar coaliciones de gobierno, en Alemania o
Suecia, su colaboración siempre fue a cambio de implantar programas
medioambientales.
Hasta ahora podría decirse que Ciudadanos y su líder
Albert Rivera eran también buscadores de políticas. Condicionaban sus
apoyos a pactos en materia de regeneración democrática, no a la
consecución de sillones. En la Región de Murcia, por ejemplo, pudieron
reclamar su entrada en el Gobierno popular de Pedro Antonio Sánchez,
pero optaron, como en otras comunidades, por dar apoyo parlamentario a
cambio de un pacto anticorrupción y bajar impuestos.
En el caso opuesto
nos encontramos a Podemos y su asalto a los cielos. En 2016, como
contraprestación a un posible gobierno con Pedro Sánchez, Pablo Iglesias
pidió la vicepresidencia del Gobierno, la mitad de los ministerios, el
CIS, el CNI, RTVE... La gran novedad de estas próximas elecciones
generales, autonómicas y municipales es que todos los partidos aspiran
al bastón de mando.
La otra novedad es la gran cantidad de personas de
la sociedad civil que han decidido fichar por los distintos partidos en
el momento de peor consideración social de la actividad política.
Personalmente creo que es positivo que los partidos se nutran de
profesionales de distintos ámbitos, aunque debo confesar que llevo
semanas estupefacto ante el voluminoso desembarco de exentrenadores de
baloncesto, exmilitares de alta graduación, periodistas, empresarios,
ejecutivos, médicos... en las listas electorales.
Que tantos hayan
descubierto repentinamente su vocación de servicio público a través de
la política, en el más ingrato momento para ejercerla, no tiene fácil
explicación. Tampoco es que sean muy comprensibles los criterios
elegidos por las distintas fuerzas para efectuar estas incorporaciones y
diseñar sus alineaciones electorales.
En muchos casos, el exceso de
'marketing' político ha rozado la frivolidad. Ciudadanos buscaba mujeres
para sus listas, tuvieran o no proyecto. Vox se ha afanado en reclutar
exmilitares de alta graduación. De PP y PSOE lo más destacable es que
mientras fichaban fuera purgaban dentro, a 'marianistas' y 'susanistas'.
Solo Podemos ha sido más noticia por los que se le van que por los que
le llegan.
¿Cuántos desembarcan en los partidos buscando un cargo
público y cuántos vienen buscando aplicar políticas pensando en el
interés general? ¿Cómo distinguir a los que solo persiguen acomodo en un
confortable sillón para los próximos cuatro años de los que quieren
mejorar la vida de los demás?
Los periodistas somos personas curiosas
entrenadas para desconfiar. Algunos, con el paso de los años,
desarrollan incluso un olfato muy fino para detectar arribistas. Pero
como esta es una profesión que debe basarse en el análisis de los
hechos, lo obligado es guardarse las impresiones personales y dar un
voto de confianza a los recién llegados.
Aunque la savia nueva que llega
al ruedo político no parezca muy rutilante, a la vista de sus
trayectorias personales y profesionales, solo por sus obras en esta
nueva faceta pública los conoceremos. Quién sabe. Las serendipias a
veces también se dan en política.
(*) Periodista y director de La Verdad