A partir de esa exitosa visita la fiscalía pidió hasta el archivo y dijo no ver delito entre los consejeros, dejando a los piés de los caballos al fiscal superior de Murcia, el casi neutralizado Manuel López Bernal.
Aparte de Valcárcel, los vencedores de este pulso a la ciudadanía han sido el susodicho Campos (nominado a continuación consejero 'in pectore' de Justicia e Interior) y aparentemente el presidente del TSJ, Juan Martínez Moya, el gran organizador previsto de las trasferencias de Justicia a la Comunidad de Murcia a partir del próximo 1 de enero y con casi 100 millones de euros de presupuesto, o sea 16.500 millones de las antiguas pesetas, ahora que San Esteban ya piensa en subirnos los impuestos autonómicos en el IRPF de 2010.
¿Por qué se ha ocultado pues ese viaje? Por cuestiones obvias aunque lo sea un tanto a imitación del que hizo en su día, pero sin esconderse, el presidente balear Jaume Matas, finalmente imputado pese a los frutos tranquilizadores inmediatos de aquella gestión a la desesperada.
¿Demostró alli mismo Valcárcel su inocencia? Pudiera ser ¿Quién gestionó desde Murcia ese viaje aparte de Campos, algún magistrado más? Puede que alguno de los tres que en ambientes de la judicatura llaman Julián 'el amigo', Enrique 'el agradecido' y Juan 'la promesa'. O puede que ninguno y sea algun otro lorquino mucho más cercano al presidente en apuros y menos cuidadoso con las formas confiado en su investidura con la toga.
Hay quien con Mazón piensa que la democracia murciana no para de estrellarse en el TSJ y la Audiencia Provincial y que estamos ante una gran impostura por parte ya de demasiada gente. Mi editor confía en que Campos, pese a este antecedente, aproveche para sanear o al menos lo intente.
Desde luego, dice que lo ve en Águilas todo el día pegado al móvil a la vez que toma el sol en la playa de Poniente, junto a familiares y amigos, preparándose y reponiendo fuerzas tras el gran favor procurado al presidente de un veraneo algo más sosegado del previsto.
Escribo ahora desde Los Alcázares después de pasar julio de vacaciones en el Cabezo de Torres y me llama poderosamente la atención que con la que está cayendo el inepto del consejero Sotoca no pueda dar respuesta a la demanda de enseñanzas de formación profesional a 14.000 jovenes murcianos que así quedarán mano sobre mano el curso próximo.
Su fama de incapaz me había llegado a Madrid pero no podía imaginar que lo fuese tanto con los recursos que posee su Consejería y el despilfarro grosero que sigue haciendo la Comunidad Autónoma con campañas turísticas de idiotas, gravosos alquileres de locales a los amigos, dietas de escalofrío a los altos cargos, y todo enmedio de masivos fraudes al desempleo desde la Construcción, la Hostelería y las contratas de Limpieza, también en manos de amigos adscritos a la CROEM.
Y nadie rechista. Somos ya casi millón y medio los murcianos censados pero parecen mayoría los borregos e ignorantes al albur de tanto rufián de cuello blanco como prolifera entre nosotros. La urbanización crece un 400% más que la población (el urbanismo depredador murciano en la costa no descansa con la crisis) y aquí casi nadie dice algo ni se pregunta por qué los inmigrantes han comenzado a largarse a toda prisa. ¿Será que no ven futuro ni siquiera presente?
Aquí lo poco que queda es para los amigos. Verán como La Generala (¿el Gürtel murciano?) saca tajada durante el mes de agosto y le cae algo nuevo desde el Ayuntamiento de Murcia aprovechando que la gente está en la playa pasando de todo.
Creo que ha sido Huermur quien ha alertado que durante agosto el señor Cámara y sus secuaces cometen habitualmente todo tipo de tropelías con apariencia de legalidad o al menos formalmente legales, desde que llegaron al poder municipal en 1995.
Vamos, que agosto es su mes preferido para sorprender a los bienpensantes pese a la virual quiebra de la mismisima Comunidad Autónoma y la gran mayoría de los 45 ayuntamientos a tenor de lo que vamos leyendo en la prensa y que la agencia internacional de calificación de deuda, 'Moody´s', nos haya puesto en nuestro verdadero sitio en cuanto a solvencia.
Y en solvencia es en lo que gana de calle la CAM a Caja Murcia (donde ya sobra toda la plantilla de sus servicios centrales, la más onerosa para la entidad) a tenor de las pruebas de estrés a la banca europea. Resulta que esa tontez de la eficiencia tan esgrimida por Egea al final no sirve para nada frente a una verdadera fortaleza financiera y la muy 'tocada' CAM resulta que ahora aparece destacada en el 'ranking' mundial (no manipulable ni comprable) de la prestigiosa revista británica 'The Banker' pese a esa falta de liquidez que le obliga a un SIP con una novia que no le pone.
Ambos SIP, el de CAM y el de Caja Murcia, todavía atravesarán problemas porque el presidido por Egea no va tan bien como parece. En septiembre aflorarán los de Caja Granada respecto a él y posiblemente los de Sa Nostra porque Caixa Penedés es una extraña incógnita que por cualquier lado puede salir todavía. Hasta el 31 de diciembre nadie será dichoso. Porque se pasa de la alegría al llanto en un satiamén.
Ahí está el lorquino más relevante de este tiempo, Francisco Ros Perán, hace unos días secretario de Estado para la Sociedad de la Información y hoy no sabemos qué le ha pasado, por qué lo han cesado de un día para otro. Todo está demasiado mutable e incierto como para confiarse en una pretendida estabilidad. La verdad es que Ros pasaba mucho del PSRM porque salió joven de Lorca y apenas viene los veranos a Águilas unos días.
Precisamente el PSRM tampoco atraviesa su mejor momento. Las escisiones se suceden en su seno y eso apunta a candidaturas independientes progresistas locales en un comprensible 'sálvese quien pueda' de su militancia de cara a los comicios de 2011 ante la ausencia de cualquier liderazgo. Con esas siglas y Saura de mascarón de proa la hecatombe electoral está servida.
Porque el incompetente de Pedro Saura ya se ha quedado solo del todo por falta de estructura de partido y lo que queda del PSRM está hecho unos zorros pese a los esfuerzos loables de Teresa Rosique y Begoña G. Retegui en la Asamblea Regional. Y es que el diputado y ex ministro de Justicia, el fiscal Bermejo, ni aparece por aquí, el senador Hurtado está de banquillo en banquillo por 'chorizo' y los dos diputados que restan a Cortes son un par de analfabetos políticos aparte de caraduras de su tiempo.
No es de extrañar con lo dicho que una Región de Murcia, a la cola en todo vista desde fuera o desde dentro, dé cada día mucha más pena: el paro crece acelerado, sectores punteros como el mueble andan a la desesperada, aquí no paga casi nadie, apenas se crean nuevas empresas o las nuevas no pueden sobrevivir más allá de unos meses, el sector turístico se nos ha hundido irremisiblemente por falta de gestión de calidad... el desastre sin posibilidad inmediata de retorno.
Y el puerto de Cartagena liderando en España la caída del tráfico de forma consecutiva y sin algún horizonte, mientras medios de comunicación de bajísima calidad, versus El Faro o La 7 Región de Murcia, se quedan sin audiencia y sin ingresos por la publicidad para poder pagar sus nóminas. No andan muy lejos La Opinión y La Verdad, todavía en el mercado gracias a las generosas subvenciones de San Esteban y Caja Murcia pero con las tiradas por los suelos y cientos de ejemplares virtualmente gratuitos al tener que regalarlos con cualquier excusa.
Lo único que parece positivo es que el Vaticano, tras la llegada del nuevo Nuncio a Madrid, haya decidido quitarse de encima a José Luis Mendoza definitivamente. En la web de la UCAM, dentro del fraude y la impostura que campan por sus respetos utilizando el nombre de la Iglesia Católica, aparece un analfabeto funcional y sin titulación universitaria encabezando el claustro de su MBA sin que el fiscal actúe de oficio contra impostores e intrusos por presuntos delincuentes.
Se llama Ángel Martínez y no es el autor real de los libros que dice haber escrito ni posee titulación superior universitaria, si es que fue capaz de aprobar el COU, algo que se duda en Alicante y Murcia por no decir en el Consejo Superior de Cámaras de Comercio y la CEOE.