CARTAGENA.- Anse considera que las conclusiones del estudio sobre las aportaciones del Acuífero Cuaternario,
que cifra en 1.575 toneladas anuales la inyección de nitratos que
recibe el Mar Menor, permite atribuir a la entrada de nutrientes la
proliferación de algas que se está produciendo en la playa de
Villananitos y La Puntica, en el término municipal de San Pedro del
Pinatar.
El director de la organización ecologista, Pedro García, destaca que el estudio
encargado por la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) a la
empresa Tragsa concluye que la mayor entrada de nitratos que recibe la
laguna salada se produce en la zona norte, en los municipios de San
Pedro y San Javier, en los que asegura que se ha registrado la mayor
expansión del regadío ilegal en los últimos años.
El
informe titulado 'Cuantificación, control de la calidad y seguimiento
piezométrico de la descarga de agua subterránea del Acuífero Cuaternario
del Campo de Cartagena al Mar Menor' ha permitido conocer el volumen de
las descargas de agua del gran embalse subterráneo situado en el
subsuelo que van a parar a la laguna salada.
En
sus conclusiones destaca que la entrada de nitratos procedentes de la
agricultura del Campo de Cartagena se debe a que "la proximidad del
nivel freático a la superficie (sobre todo en el borde costero) hace que
cualquier vertido, como el retorno de riego, se infiltre en el terreno
alcanzando las aguas subterráneas y, a través de ellas, lleguen al Mar
Menor debido a la conexión hidráulica directa existente entre ambas
masas de agua".
En las
conclusiones del informe al que ha tenido acceso La Opinión se cifran
entre 11,6 y 8,5 hectómetros cúbicos el volumen de la entrada de agua
del Acuífero Cuaternario al Mar Menor durante el año hidrológico
2018-2019. El 70% de estas aportaciones se produce en la mitad norte del
borde costero, que se corresponde con los términos municipales de San Pedro y San Javier.
El
director de Anse entiende que el hecho de que la entrada de nitratos
sea mucho menor en la zona sur, más cercana a La Manga, donde las aguas
del Mar Menor están en mejor estado, se debe a la mayor expansión del
regadío que se ha producido en el norte de la cuenca, junto a las
sierras de Altaona y Escalona, en las que antes se cultivaba el olivo y
otras plantas de secano, mientras que en los últimos años "se han
extendido los invernaderos. Y esos cultivos bajo plástico drenan al Mar
Menor".
Pedro García defiende
que estos drenajes de la agricultura están provocando las algas que han
aparecido en zonas como la playa de Villananitos, aunque apunta que en
la degradación que existe en el área también influyen los puertos, "que
van confinando las aguas".
Defiende
que "en esta situación no se justifica que se mantengan los regadíos
ilegales en el Mar Menor" y advierte que la situación de crisis motivada
por el coronavirus no puede ser utilizada como excusa, porque no hay
desabastecimiento en España ni en Europa".
Según
sus estimaciones y las del Ministerio para la Transición Ecológica los
regadíos ilegales en la cuenca del Mar Menor ocupan unas 10.000
hectáreas.
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