sábado, 29 de febrero de 2020

El cobarde Puigdemont en guerra con Junqueras / Pablo Sebastián *

A las pocas horas de que el Parlamento catalán declarara la independencia de Cataluña el 27 de octubre de 2017 el entonces Presidente catalán Carles Puigdemont se daba a la fuga, abandonando a su pueblo y a su Gobierno. El que ha tenido que afrontar su fallido golpe de Estado ante la Justicia que les condenó por violentar la legalidad, el Estatuto y la Constitución. 

El cobarde Puigdemont se refugio en Bélgica y desde allí ha logrado un acta de eurodiputado que, de momento -se le ha pedido el suplicatorio- le otorga inmunidad y le ha permitido montar un mitin en Perpiñán donde este prófugo de la Ley anuncia la lucha final del independentismo.

Pero lo cierto es que esa pretendida batalla hace ya casi tres años que se acabó. Y la perdieron los golpistas independentistas tras haber engañado a sus seguidores catalanes, haber roto la convivencia en su país y provocado una profunda crisis económica y social que Cataluña tardará mucho tiempo en recuperar.

Y la única lucha o batalla que ahora libra Puigdemont es sobre todo contra Oriol Junqueras, el líder condenado y preso de ERC, y contra parte de su propio partido, JxCAT, que está roto en tres pedazos y en el que acaba de reaparecer Artur Mas. 

Y es contra los dirigentes disidentes del antiguo PDeCAT y de ERC contra los que Puigdemont ha organizado el mitin de Perpiñán, a sabiendas que el Parlamento Europeo pronto le puede retirar su inmunidad y entonces vería restringida su movilidad e incluso podría ser extraditado a España. 

Sin embargo, los golpistas siguen organizando actos públicos y logran su presencia en los medios de comunicación gracias sobre todo a que Pedro Sánchez los ha rehabilitado con su Mesa de Diálogo en La Moncloa plagada de delincuentes, presentes y representados (Puigdemont incluido), en pago al apoyo de ERC a su investidura y al techo de gasto de los Presupuestos de 2020, que aún están pendientes de la votación final en el mes de julio. 

Motivo por el que Sánchez tendrá que hacer otro gesto y concesiones de un mayor calado, como otorgarles los indultos a los golpistas para que Oriol Junqueras se pueda presentar a las elecciones catalanas, y de paso batir a las huestes de Puigdemont en un combate cainita que probablemente se va a librar en las elecciones catalanas del mes de mayo.

Hasta entonces JxCAT y ERC se mantendrán enfrentados y en tensión a la espera de los próximos movimientos de Sánchez en esa Mesa donde el jefe del Gobierno gana tiempo y no muy tarde deberá anunciar más concesiones a los golpistas como los citados indultos y una ‘consulta’ en Cataluña que será claramente inconstitucional, si es que Sánchez pretende aprobar los Presupuestos y ganar con ello dos años de estabilidad. 

Aunque para eso aún falta algún tiempo y mientras tanto Puigdemont se divierte y se pavonéa, el muy cobarde, en su romería de Perpiñán. 


(*) Periodista


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