SAN PEDRO DEL PINATAR.- "Aquel día me dieron ganas de llorar", cuenta Jesús Antonio Gómez
mientras señala a la playa de Villananitos, hoy despejada, pero hace dos
meses colapsada por las toneladas de peces y crustáceos fallecidos por
el episodio de anoxia. Fue la puntilla para la delicada situación
ambiental del Mar Menor y un mazazo para el sector pesquero, articulado
en torno a la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar.
Gómez
era entonces el patrón de esta cofradía, pero las diferencias internas
con algunos pescadores por el reparto de las ayudas, a su juicio poco
solidario, así como su enfrentamiento con el Gobierno regional, le ha
llevó a renunciar a este cargo.
"Los pescadores no se han sentido
respaldados para nada por la Comunidad Autónoma. Nos hemos sentido
ninguneados desde el primer momento", ha criticado este pescador
ya jubilado, pero vinculado al sector como armador.
"Los pescadores salieron a faenar obligados porque no tenían ayudas",
ha contado en la antena de la cadena Ser en Murcia sobre el paro que
decidieron llevar a cabo tras la anoxia y al que pusieron fin a mediados
de noviembre.
"La idea de la Consejería era romper la unidad de los
pescadores para que los pescadores volvieran a faenar" y por eso se
planteó un reparto de las ayudas que no entendía solidario, según ha
narrado.
"Ha sido un camino tortuoso porque la Consejería ha estado
echando balones fuera".
Ha respondido también al presidente regional Fernando López Miras,
tras la declaraciones en las que responsabilizaba al conjunto de la
sociedad murciana de la situación en el Mar Menor.
"No voy a emplear
palabras malsonantes", señala, antes de apuntar que "los pescadores
hemos respetado el Mar Menor, nosotros no hemos contaminado el Mar
Menor" y recuerda que su actividad se acoge al reglamento de pesca de
1910, posteriormente actualizado en 1986.
"Los precios no son los habituales para esta época, y eso no se
recupera en un día ni en un año", apunta sobre el futuro del sector en
la laguna, al que además de esta caída del consumo también le preocupa
los daños que pueden haber sufrido los fondos marinos y cómo influirá en
las capturas de futuras campañas. Cree que la DANA de septiembre
"agravó un problema que no viene de ahora, sino de hace 30 años".
"Esperan unos años malos para la pesca", concluye. Sin embargo, fuera
ya de su cargo al frente de la Cofradía, espera que sus compañeros no
se dejen manipular por las administraciones y que se marque una hoja de
ruta clara con los objetivos para la recuperación del Mar Menor.
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