MURCIA.- El volteo de campanas de la Catedral indicaba ayer el
inicio de la fiesta de la solemnidad de la Inmaculada Concepción. A las
11:45 horas comenzaba esta celebración con el rezo de la Hora
Intermedia y la Eucaristía, presididas por el obispo de Cartagena, Mons.
José Manuel Lorca Planes; acompañado de su obispo auxiliar, Mons.
Sebastián Chico; del arzobispo emérito de Burgos, Mons. Francisco Gil; y
del Cabildo de la Catedral.
Durante su homilía,
Mons. Lorca habló del dogma de la Inmaculada Concepción de María y de
cómo Dios preservó del pecado original a quien iba a ser “la Madre del
Salvador”, “criatura ideal”, “reflejo de la belleza del ser divino”, “la
nueva Eva”, “fiel colaboradora” y “llena de gracia”.
“Cuando el Padre
decidió enviar a su Hijo al mundo, quiso que naciera de una mujer, por
obra del Espíritu Santo, y que esa mujer fuese absolutamente pura, para
acoger en su seno, y luego en sus brazos maternos, al que es la santidad
perfecta”, explicó el obispo.
Una vez más, el prelado invitó a los
presentes a buscar en María la intercesión ante Dios para obtener
“misericordia y perdón”.
Tras la celebración, los
obispos y el Cabildo se desplazaron hasta la plaza de Santa Catalina
para participar en la tradicional ofrenda de flores a la Inmaculada
Concepción de María.
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