martes, 1 de octubre de 2019

El último caramelo de la costa está en Almería


MADRID.- Casi dos kilómetros de playa y 56 hectáreas, el equivalente a 56 campos de fútbol y sin construir. Un suelo con toda la gestión urbanística necesaria, listo para ser urbanizado y con capacidad para 1.600 viviendas. Es el último gran reducto 'virgen' existente en la costa española. Se encuentra en la Playa del Marqués —o Quitapellejos— la localidad almeriense de Palomares, pedanía de Cuevas de Almanzora. 

Estos terrenos se han convertido en un auténtico caramelo en primera línea de playa en un momento en el que el mercado inmobiliario de costa está en pleno auge, aunque con ciertos síntomas de saturación en localidades de la Costa del Sol como Estepona, Málaga o Marbella o de la Costa Blanca como Orihuela y Torrevieja.
El suelo pertenece desde hace cuarenta años al grupo Robert Hitchins Group, una de las grandes promotoras y grupo de inversión inmobiliario de Reino Unido. A través de su filial Grupo Almanzora, los hermanos Hitchins controlan el 70% de estos terrenos, mientras que un 20% pertenece a 56 familias de toda la vida de Palomares y el 10% ha sido ya cedido al Ayuntamiento de Palomares para usos de equipamiento dotacional.
El 70% del suelo pertenece a un grupo británico, el 20% a 56 familias de toda la vida de Palomares y el 10% restante ha sido cedido al Ayuntamiento
La idea del grupo, según ha podido saber El Confidencial, es iniciar cuanto antes las obras de urbanización y no descartan la entrada en el proyecto de socios internacionales con músculo y gran capacidad de comercialización en el extranjero. 
La futura llegada del AVE a Almería, prevista para dentro de tres años y con parada a apenas dos kilómetros de la Playa del Marqués, ha aumentado el apetito por estos terrenos ya que, tal y como explica a El Confidencial Fraser Prynne, director del desarrollo del Grupo Almanzora Bay, "permitirá que Almería se abra totalmente al mercado nacional. Además, no hay una extensión de terreno tan amplia en primera línea de playa para construir en toda España".
La historia de estos terrenos es muy larga. De hecho, hay que remontarse a los años 80 para conocer el origen de esta gran operación urbanística. Hace casi 40 años, los hermanos Hitchins llegaron a Almería tras recorrer Portugal, Grecia e Italia en busca de una ubicación en el Mediterráneo para levantar sus promociones y grandes proyectos residenciales.
"En 1985, Almanzora aún era una zona virgen de la costa que buscaba grupos de inversión privados tras la reciente incorporación de España a la Comunidad Europea. Esto posibilitó la creación de importantes proyectos de calidad", apunta Fraser Prynne, director de desarrollo del Grupo Almanzora Bay quien añade que la compañía de esta familia británica "tras muchos años, ha ayudado a resurgir la región del Almanzora gracias a unos conceptos de verdadera calidad de vida, estacionalidad los doce meses del año, respetuosos con el medio ambiente y creadores de empleo".
El clima, las playas, y los paisajes enamoraron a los hermanos Hitchins que comenzaron a levantar poco a poco su pequeño imperio inmobiliario en Cuevas de Almanzora, un municipio con un microclima muy poco común en el resto de España ya que es una de las zonas más soleadas de toda la costa —es el punto de Europa con más horas de sol— y donde, gracias a las montañas que la rodean completamente y al mar, nunca hay nubes.
Su aventura inmobiliaria arrancó con la compra de suelo para poner en marcha tres grandes sueños: un gran resort de Golf con apartamentos y villas de lujo en medio del desierto que bautizaron como Desert Spring, un proyecto en un pueblo pesquero en la localidad de Villaricos, y apartamentos y chalés frente al mar en la Playa del Marqués, donde ya han construido y vendido apartamentos y plurifamiliares de tres alturas y chalés individuales —algunos por más de un millón de euros— y donde se situará, precisamente, su futuro gran proyecto inmobiliaria en la costa española.
La aventura urbanística, no obstante, no ha sido fácil. Doce años de tramitación urbanística para conseguir todos los permisos urbanísticos necesarios para poner a punto la planificación y ordenación del ámbito que permitan arrancar los trabajos de urbanización. Doce años en los que los hermanos Hitchins soñaron y trabajaron incluso en un proyecto para levantar una pequeña Venecia en esta famosa playa de Palomares.
En los últimos 33 años, hemos conseguido tres planes parciales para tres proyectos y nunca se ha vendido suelo a terceros para evitar la especulación
Los enormes costes de aquel proyecto, pero sobre todo, la oposición administrativa al mismo, llevó a que la idea fuera completamente abandonada a principios del 2000, y se plantearan empezar de cero y poner en marcha un nuevo desarrollo urbanístico. 
Siete años después, en 2007, el plan parcial era aprobado por al Ayuntamiento de Palomares, también se validaba el informe medioambiental correspondiente que aseguraba que este nuevo desarrollo no suponía un peligro para sus más de 1.000 especies protegidas y la Junta de Andalucía certificaba que la zona no era inundable durante los próximos 500 años.
Sin embargo, la burbuja inmobiliaria estaba a punto de saltar por los aires y cuando lo hizo, al igual que sucedió en el resto del país, el tiempo —inmobiliariamente hablando— se paró, como puede comprobarse en estas dos tablas. Los visados en toda Almería, incluida Cuevas de Almanzora se desplomaron y todavía hoy no se han recuperado.
"En los últimos 33 años, el grupo ha conseguido tres planes parciales para tres proyectos que suman un total de 350 hectáreas. Nunca se ha vendido suelo a terceros para evitar la especulación", matiza Fraser Prynne.
Ahora, doce años después, en pleno auge del mercado inmobiliario en la costa y en una gran actividad en la compraventa de clientes extranjeros, ha resurgido el apetito por estos suelos. De hecho, ya ha habido varios grupos de inversión extranjeros que han llegado hasta Palomares para interesarse por ellos.
"Dependiendo del ritmo de ventas, el desarrollo puede estar completado en ocho o diez años", explica Prynne. "La urbanización llevará nueve meses, mientras que para la construcción de todas las viviendas se necesitarán cinco o seis años, dependiendo de los ritmos de venta. La ventaja de este desarrollo es que el plan especial recoge que se pueda construir en paralelo a la urbanización, lo que acorta los plazos de entrega. Además, hay demanda para primera línea de playa porque casi no hay producto".
Los comparables de la zona, invitan al optimismo. TM Grupo Inmobiliario, la promotora más potente de la Costa Blanca, arrancó una promoción hace cinco años y ya tienen todo vendido, mientras que Neinor Homes, tiene un proyecto en primera línea de playa en Mojácar —Cantal Homes— con 91 viviendas que se entregarán en el cuarto trimestre de 2020. Con precios desde 142.000 euros hasta 302.000, el 20% de las unidades ya están vendidas.
El negocio inmobiliario de los hermanos Hitchins se aglutina bajo el paraguas de Almanzora Bay Group, un 'holding' de empresas del que cuelgan a su vez Bahía del Almanzora, Desert Spring, Villaricos, y Playas del Almanzora. La primera de ellas es la promotora del concepto villa de playa en Playa Marqués, mientras que Villaricos es el promotor del concepto vida de pueblo en un existente y reformado pueblo costero de pesca, mientras que Desert Springs promueve el resort de golf.
Este último, Desert Spring, comenzó a desarrollarse en el año 2000. Se trata de un resort de golf en medio del desierto, el único de estas características en toda Europa y que, a pesar de los vaivenes de la crisis y a diferencia de otros grandes desarrollos —como Sotogrande o La Manga Club—, no ha cambiado de manos, aunque no descartan dar entrada a socios para compartir el desarrollo futuro del resort, que cuenta, entre otros, con el Premio Madera Verde de Responsabilidad Medioambiental, por su bajo consumo de agua, además del premio al mejor desarrollo de turismo de la Junta de Andalucía 2018.
Desert Spring abarca una superficie de 220 hectáreas con capacidad para 2.200 viviendas, que incluyen algunas de las mejores villas de lujo de toda la costa española, a los pies de un impresionante campo de golf Indiana, único en Europa por su estilo desértico y diseñado a imagen de los campos de Arizona, California y Colorado. 
Durante los últimos 25 años, se han construido 300 viviendas —casas solariegas, de estilo cortijo, casas de campo dúplex agrupadas en torno a piscinas y apartamentos de aire colonial— y numerosas instalaciones ya que además del campo de golf, cuenta con campo de criquet, campo de fútbol, pistas de tenis y pádel....
"A nivel urbanístico y técnico disponemos de suelo listo para poner en marcha otras 350-400 viviendas. Todas las parcelas y acometidas están listas y tenemos suelo tramitado pero no urbanizado para otras 1.200. Y todavía hay otras parcelas o suelo al que falta algo de tramitación para otras 500 viviendas más", añade Prynne quien explica que el proyecto de Dessert Spring contempla un segundo campo de golf cuando el que ya está en marcha esté a pleno rendimiento.
"Tiene capacidad para 35.000 salidas a campo, y ahora estamos en 17.000. Cuando estemos al 75% de su capacidad comenzaremos a construir un segundo campo de golf: El proyecto está presentado y aprobado. Está listo para ser construido. Vemos un fantástico futuro de calidad de vida, construcción y a precios razonables", explica a El Confidencial Fisher Prynne.

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