viernes, 18 de octubre de 2019

El vuelco electoral del 11-M planea sobre el 10-N / Marcello *

Las mentiras del Gobierno de José María Aznar sobre los graves atentados terroristas islámicos del 11-M de 2004 en Madrid provocaron un vuelco en las elecciones generales de ese año y facilitaron la victoria inesperada de José Luis Rodríguez Zapatero.

Y algo parecido podría repetirse ahora por la constante violación del orden público con violencia y de la legalidad en Cataluña por causa del llamativo inmovilismo del presidente Pedro Sánchez que no hace absolutamente nada para impedir que ocurran los continuos desafueros.

Y en vez de impedirlos Sánchez se limita a decir que está preparado para actuar, pero no actúa, y que los autores responderán ante la Justicia con lo que el presidente está rehuyendo su responsabilidad ejecutiva y causando gran decepción e indignación en el conjunto de la ciudadanía española. Y, especialmente, entre los catalanes pacíficos y proconstitucionales que se sienten desamparados por el gobierno nacional.

Y siendo esto grave mucho peor es aún el que son motivos electorales los que aconsejan a Sánchez no adoptar medidas para impedir la violencia, el caos y el bloqueo que inunda calles, carreteras (solo ayer se cortaron 20), autovías, estaciones de ferrocarril y la movilidad en el aeropuerto de El Prat. Y todo esto en una jornada de huelga general ilegal, con amenazas y con agresiones a los comercios de las distintas poblaciones catalanas.

Sánchez teme que si su Gobierno toma medidas de control en Cataluña su partido el PSC perderá buena parte de los 12 escaños que tiene en Cataluña y ERC se podría negar a colaborar en la investidura del líder del PSOE. La que apoyó, con su abstención, en la votación fallida del 25 de julio de igual manera que ERC ya había apoyado en junio de 2018 la moción de censura de Sánchez contra Rajoy.

En estas circunstancias algunos expertos electorales no descartan un vuelco electoral en la jornada del 10-N si muchos votantes socialistas, a la vista de lo que ocurre en Cataluña y lo que va a seguir, se pasan a otros partidos o se quedan en una importante abstención.

Lo que de ocurrir podría (como ya pasó en 2004 cuando Rubalcaba dijo ‘queremos un Gobierno que no nos mienta’) repetirse en las elecciones del 10-N. Porque los españoles quieren un gobierno que tome decisiones en Cataluña en defensa del orden público y la legalidad. 

Y eso por ahora no ha ocurrido y ni siquiera la Fiscalía ha comenzado a actuar contra el sedicioso Torra, muy a pesar de las pruebas que confirman su colaboración con los CDR. 

Y todo ello porque Sánchez cree que así defiende su interés electoral aunque ese cálculo le puede salir muy mal porque la violencia, los disturbios y el caos catalán continuarán, probablemente hasta la jornada electoral que los violentos en Cataluña querrán alterar.


(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés


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