Las mentiras del Gobierno de José María Aznar sobre los graves
atentados terroristas islámicos del 11-M de 2004 en Madrid provocaron un
vuelco en las elecciones generales de ese año y facilitaron la victoria
inesperada de José Luis Rodríguez Zapatero.
Y algo parecido podría repetirse ahora por la constante violación del
orden público con violencia y de la legalidad en Cataluña por causa del
llamativo inmovilismo del presidente Pedro Sánchez que no hace
absolutamente nada para impedir que ocurran los continuos desafueros.
Y en vez de impedirlos Sánchez se limita a decir que está preparado
para actuar, pero no actúa, y que los autores responderán ante la
Justicia con lo que el presidente está rehuyendo su responsabilidad
ejecutiva y causando gran decepción e indignación en el conjunto de la
ciudadanía española. Y, especialmente, entre los catalanes pacíficos y
proconstitucionales que se sienten desamparados por el gobierno
nacional.
Y siendo esto grave mucho peor es aún el que son motivos electorales
los que aconsejan a Sánchez no adoptar medidas para impedir la
violencia, el caos y el bloqueo que inunda calles, carreteras (solo ayer
se cortaron 20), autovías, estaciones de ferrocarril y la movilidad en
el aeropuerto de El Prat. Y todo esto en una jornada de huelga general
ilegal, con amenazas y con agresiones a los comercios de las distintas
poblaciones catalanas.
Sánchez teme que si su Gobierno toma medidas de control en Cataluña
su partido el PSC perderá buena parte de los 12 escaños que tiene en
Cataluña y ERC se podría negar a colaborar en la investidura del líder
del PSOE. La que apoyó, con su abstención, en la votación fallida del 25
de julio de igual manera que ERC ya había apoyado en junio de 2018 la
moción de censura de Sánchez contra Rajoy.
En estas circunstancias algunos expertos electorales no descartan un
vuelco electoral en la jornada del 10-N si muchos votantes socialistas, a
la vista de lo que ocurre en Cataluña y lo que va a seguir, se pasan a
otros partidos o se quedan en una importante abstención.
Lo que de ocurrir podría (como ya pasó en 2004 cuando Rubalcaba dijo
‘queremos un Gobierno que no nos mienta’) repetirse en las elecciones
del 10-N. Porque los españoles quieren un gobierno que tome decisiones
en Cataluña en defensa del orden público y la legalidad.
Y eso por ahora
no ha ocurrido y ni siquiera la Fiscalía ha comenzado a actuar contra
el sedicioso Torra, muy a pesar de las pruebas que confirman su
colaboración con los CDR.
Y todo ello porque Sánchez cree que así
defiende su interés electoral aunque ese cálculo le puede salir muy mal
porque la violencia, los disturbios y el caos catalán continuarán,
probablemente hasta la jornada electoral que los violentos en Cataluña
querrán alterar.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés
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