MURCIA.- Un 32 por ciento de la población de la Región de Murcia se encuentra en situación de pobreza y exclusión social o en riesgo de padecerlas, un porcentaje que se eleva hasta el 36,3 por ciento en la comarca del Campo de Cartagena-Mar Menor y hasta el 35,6 por ciento en la ciudad de Lorca.
Así se desprende del estudio realizado por la Red de Lucha contra la Pobreza (EAPN) sobre
las condiciones de vida y bienestar social de la población en riesgo de
pobreza y exclusión de la Región de Murcia, que se ha presentado este
viernes en la Universidad de Murcia.
Para
la presidenta de EAPN en la comunidad autónoma, Rosa Cano, esta
investigación, que ha supuesto dos años de trabajo y está financiada por
la comunidad autónoma, ofrece los datos "más fiables y exhaustivos" de
cuantos hasta ahora se han publicado sobre pobreza y exclusión y aportan
una "oportunidad sin precedentes" para poner en marcha políticas que
reviertan esa situación a partir de un diagnóstico real de la misma.
El
estudio sitúa la denominada tasa AROPE, que mide el número de personas
en situación o riesgo de pobreza, en el 32 por ciento de la población,
un porcentaje muy superior a la media nacional y que EAPN quiere reducir al menos entre 6 y 8 puntos en esta legislatura.
Por comarcas, superan
esa tasa las de Campo de Cartagena-Mar Menor, con un 36,53 por ciento;
Vegas Alta y Media, con un 32,6 por ciento, y Noroeste-Río Mula, con un
32,3.
Mejor que la media
están las comarcas de la Huerta de Murcia, con una tasa del 29,6 por
ciento; Valle del Guadalentín, con 29,7, y Altiplano-Nordeste, con 31,9.
En
cuanto a las grandes ciudades, la que tiene mayor porcentaje de
exclusión, según este estudio, es Lorca, con una tasa AROPE del 35,3 por
ciento; mientras que en Cartagena es del 33,8; en Murcia, del 27,7 y en
Molina de Segura, del 26,9.
De esa manera, aunque entre 2015 y 2017 se ha frenado el deterioro surgido durante los años de la crisis,
en términos de pobreza la comunidad autónoma está peor que al inicio de
la misma, con unas 119.000 personas más en riesgo de exclusión de las
que había en 2008, advierte la ONG.
Además,
en torno al 2 por ciento de la población murciana (unas 30.000
personas) sufren una triple situación de exclusión al tener ingresos
inferiores a la mediana, privación material severa y baja densidad en el
empleo (trabajaron menos del 20 por ciento del tiempo total que podrían
haberlo hecho).
En cuanto a las personas que sufren una situación de exclusión social severa, son el 8,61 por ciento de la población regional, una tasa que EAPN tiene como objetivo rebajar en 5 puntos en los próximos cuatro años.
De nuevo la comarca de Cartagena-Mar Menor está por encima de esa media regional,
llegando al 10,98 por ciento, al igual que la Huerta de Murcia, que
llega al 9,36 por ciento, mientras que en las ciudades de Cartagena y
Murcia el porcentaje es del 9,95 y el 8,65 respectivamente.
El estudio advierte también de que la población menor de 29 años y la mayor de 65 son las más vulnerables
y con mayores tasas de pobreza y también es determinante el nivel de
formación, puesto que un 61,2 por ciento de las personas que no
concluyeron los estudios de primaria están en riesgo de pobreza, frente
al 10,9 por ciento de quienes concluyeron una educación superior.
En
cuanto a las privaciones materiales, la Unión Europea fija nueve ítems
que determinan la situación de los hogares (pagar la hipoteca o
alquiler, mantener la casa a temperatura adecuada, permitirse una semana
de vacaciones fuera de casa una vez al año, hacer una comida de carne,
pescado o proteína una vez cada dos días, poder afrontar gastos
inesperados, disponer de teléfono, de televisión a color, de lavadora y
de automóvil), y cuando una persona no puede hacer frente a cuatro de
ellos, se considera que está en situación de pobreza severa.
En
el caso de la Región de Murcia, el 6,4 por ciento de la población
estaba en esa situación, mientras que un 16,2 por ciento presentaba tres
de las nueve carencias, y un 31,4 por ciento, dos.
La
carencia más extendida es la de no poder salir de vacaciones una semana
al año, algo que no pueden permitirse el 35,2 por ciento de los
hogares, mientras que un 33,5 por ciento dijo no tener capacidad para
afrontar gastos imprevistos, y un 14,2 por ciento reconoció dificultades
para pagar la hipoteca, el alquiler o las facturas.
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