Lo ejemplar que hubiera sido que los partidos políticos hubieran reconocido al menos parte de su culpabilidad. Los ciudadanos hubiéramos sido capaces de perdonarles. Pero no. La culpa siempre la tiene el otro. Por tanto, tendremos que volver a aguantar otros dos meses de insultos y de “tú más”.
Si al menos renunciaran a hacer campaña electoral y a no gastar en propaganda inútil esos millones que tan urgentemente se necesitan para tantísimas otras cosas. O ¿es que nos tratan de idiotas a los ciudadanos y piensan que no sabemos ya a quién votar. Pues que sepan que la mayoría de los ciudadanos no votaríamos a ningún partido, ya que ninguno goza de nuestra confianza.
Votamos, porque no nos queda otro remedio y porque creemos en la democracia. Creemos en la democracia, pero no en los partidos. Votamos al partido que consideramos el menos malo, pero, si hubiera otra posibilidad, no lo votaríamos.
Y lo mismo que pienso de los políticos nacionales, pienso de los europarlamentarios. Ayer votaron una resolución culpando exclusivamente a Gran Bretaña en caso de que haya un Bréxit sin acuerdo (544 votos a favor, 126 en contra y 38 abstenciones). El Bréxit, vaya acompañado de un acuerdo o no, es ya un fracaso.
Y ese fracaso lo ha permitido el Parlamento Europeo, que en su día dio el visto bueno al Tratado de Lisboa (2009), pues anteriormente ni siquiera estaba prevista una salida de ningún país. “Qué fariseísmo”. Al introducir en los tratados esta posibilidad de salida de un Estado, se ha rebajado el proyecto de integración europea a un simple mercadeo de intereses políticos, cuando en realidad se trataba de un proyecto de solidaridad entre los ciudadanos.
Los españoles, sin complejos de superioridad ni de inferioridad, y los europeos también, tenemos todavía muchas reservas de solidaridad y de trabajo en equipo. El mejor ejemplo lo hemos visto en nuestros jóvenes de baloncesto. No es hora de lamentarse, sino de actuar.
Los españoles, sin complejos de superioridad ni de inferioridad, y los europeos también, tenemos todavía muchas reservas de solidaridad y de trabajo en equipo. El mejor ejemplo lo hemos visto en nuestros jóvenes de baloncesto. No es hora de lamentarse, sino de actuar.
Los políticos ya nos han demostrado hasta la saciedad que no tienen ningún interés en sacarnos del atolladero. Apelo a esos millones de jubilados que salen a la calle todas las semanas reclamando unas pensiones dignas. Que no se dejen manipular por ningún partido político.
No habrá unas pensiones dignas. y quién sabe si nuestros hijos tendrán siquiera unas pensiones, si no les arrebatamos democráticamente el poder a los partidos políticos, a través de plataformas de ciudadanos altruistas, que prescindan de sus propias orientaciones políticas y sean capaces de dialogar y ponerse de acuerdo sobre los problemas que tiene España y Europa, presentándose a las elecciones como plataformas de electores.
Quiero quedarme con las palabras de Joan Baldoví” Un político que no es capaz de dialogar, tampoco lo es de gobernar”. No queremos más crispación. Cambiemos de canal cada vez que haya un debate político. No aceptemos propaganda electoral y, si nos llega, pongámonos de acuerdo con nuestros vecinos para hacer con ella -y la autorización previa- una hoguera pública.
(*) Ex funcionario del Parlamento Europeo y Abogado
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