sábado, 21 de septiembre de 2019

Los “secretos” de la catastrófica dana de septiembre de 2019

  Francisco Martín León Francisco Martín León *



Introducción

La dana del 9 al 16 de septiembre de 2019, o “dana de septiembre”, va a pasar a la historia como una de las borrascas en niveles altos más devastadoras y catastróficas de la España moderna. Seis muertos y un desaparecido es el balance de víctimas mortales. Lluvias torrenciales y persistentes han anegado a amplias zonas de Alicante, Murcia, Almería, Valencia y áreas de Baleares y zona centro peninsular. 
El desbordamiento de ríos, arroyos y ramblas han sido la tónica común en dichas zonas y han dejado destrucción, poblaciones anegadas, cortes de carreteras, puertos, aeropuertos y vías férreas, personas incomunicadas, calles transformadas en verdaderos ríos con impresionante caudal, inundaciones en campos y pueblos, etc.
Nos centraremos en algunos aspectos meteorológicos de la situación que se ha caracterizado por su persistencia, intensidad y virulencia de los sistemas sinópticos (Parte I) y mesoescalares (Parte II) que han intervenido. No se trataran los temas hidrológicos y urbanísticos.

El primer "culpable": una dana intensa, anómala y de lento movimiento

Los informativos generalistas y los especializados en el tiempo rápidamente culparon a una dana (o si lo prefieren, una gota fría) de estos hechos lamentables. Y en parte era así, pero con un gran “pero”.
La dana se desprendía de la circulación madre polar de niveles altos al pulsar un chorro muy intenso y orientado de norte a sur hacia nuestras latitudes. Algunos expertos apuntaban que dicha irrupción en altura del chorro polar, hacia latitudes peninsulares, se debió indirectamente a una pulsación inicial y anterior de sur-norte que el ex huracán Dorian habría sufrido al interaccionar con el chorro polar: una pulsación en altura cálida de sur a norte en niveles altos al este de la costa canadiense, y que era correspondida con otra norte-sur y de carácter frío hacia zonas de España, situada corriente abajo. 
De cualquier forma, al inicio de la formación de la dana, y en su fase de elongación de la vaguada en altura, el chorro en su parte occidental, y orientado de norte a sur, era, nada más y nada menos, de 140-150 kt en 300 hPa para un 9 de septiembre: un chorro muy intenso y anómalo para la época del año y nuestras latitudes, que marcaría la “intensidad de la dana.”

Otros actores de esta escena meteorológica y dramática veraniega fueron un Mediterráneo cálido y húmedo, junto con unas temperaturas aún veraniegas en el interior peninsular y balear.

Otros actores principales

Aunque la dana es la gran protagonista de este evento, a nivel sinóptico hay otros elementos o factores muy importantes en esta situación única.
Se observa la presencia de un potente anticiclón en el centro de Europa y una dorsal marcada alrededor de la dana durante parte de su ciclo de vida.
Estos hechos tienden a:
  • Aislar aún más a la dana de su región madre.
  • Evitar las posibles interacciones a nivel sinóptico con otras estructuras.
  • Reducir el desplazamiento de la dana, haciéndola más lenta y potencialmente más dañina.
La dana se situará estratégicamente sobre el 11 de septiembre de 2019, y días posteriores, en el norte de África y al sureste de las costas de Almería con chorros muy intensos del orden de 80-100 kt alrededor de ella en 300 hPa a su alrededor. El desplazamiento de la dana es muy lento y anómalo.
Con esta estructura sinóptica, un gran seno de altas presiones en capas bajas se sitúa en los países ribereños de Francia e Italia, mientras que otras tantas bajas se sitúan el norte de África y en las costas de Marruecos y Argelia. 
El resultado final es la presencia de un flujo intenso de viento en capas bajas de aire muy húmedo con alto contenido de agua precipitable que es transportado desde el Mediterráneo central hacia las costas españolas. Se establece claramente un río atmosférico mediterráneo de humedad (RAMH) con valores muy altos y muy anómalos de agua precipitable, preludio potencial de fuertes precipitaciones: un temporal en toda regla.
Con todo ello, la inestabilidad (altos valores del índice de inestabilidad CAPE, por poner un ejemplo) se incrementó por todos estos “actores” sinópticos.
La convección y tormentas estaban potencialmente latentes al estar todos los ingredientes para su desarrollo y mantenimiento: mecanismo de disparo, humedad e inestabilidad. Otro factor se sumaba de forma llamativa: la variación del viento con la altura o cizalladura (del este en capas bajas y del sur-sureste en capas altas) que tiende a organizar los focos tormentosos, cuando los otros tres primeros ya estaban actuando.

La virulencia de los eventos meteorológicos y escalas

Lógicamente, en una situación tan catastrófica e histórica no puede haber un elemento único y culpable de todo. Debe haber un conjunto se sistemas de presión a nivel sinóptico que maximicen y focalicen las precipitaciones intensas en una zona. La dana era el sistema conductor o rector principal, pero las bajas en superficie del norte de África, y el potente anticiclón o dorsal en capas bajas en centro Europa, jugaron su papel en conformar el flujo en niveles bajos sobre un Mediterráneo cálido y húmedo generando un RAMH en un entorno inestable que se dirigía hacia la zona más activa de la dana (su parte delantera) y que además chocaba sobre una zona terrestre con orografía compleja.
Todos estos sistemas sinópticos en si mismos no pueden generar de por si hechos tan violentos como son las lluvias torrenciales, intensas y persistentes en amplias zonas. Los hechos violentos (que generan y liberan de forma rápida mucha energía en cortos periodos de tiempo) en la atmósfera reinan y se generan dentro de una escala menor a la sinóptica, la mesoescala, y son, básicamente, “los fenómenos tormentosos asociados a convección profunda, húmeda y organizada”.
Los últimos causantes de las lluvias intensas, torrenciales y persistentes son las tormentas o focos convectivos profundos, húmedos y organizados que se desarrollan bajo una situación sinópticamente muy favorables.
 

II

Antecedentes

Se comentó en la Parte I los diferentes sistemas atmosféricos que intervinieron, a escala general o sinóptica, en los acontecimientos devastadores de la dana del 9-16 de septiembre de 2019. En esa escala sinóptica, la energía puesta en juego no es muy intensa y además se desarrolla y libera en varios días, por lo cual sus efectos se atenúan al promediarlos. Entre las conclusiones parciales se reseñaba que una dana por si sola no puede generar esta situación catastrófica, aunque su papel fue fundamental.

La escala regional inferior, llamada en meteorología la mesoescala, se caracteriza porque muchos de sus elementos que la conforman pueden poner en juego grandes cantidades de energía en poco tiempo, digamos en horas. Algunas de estas estructuras pueden causar, por su violencia y su intensidad, fenómenos en superficie muy adversos y severos (tornados, tormentas, supercélulas, tren de tormentas, sistemas convectivos de mesoescala, SCM, etc.).

Los verdaderos causantes últimos por precipitaciones adversas y severas

Los últimos causantes de las lluvias intensas, torrenciales y persistentes son las tormentas o focos convectivos profundos, “húmedos” y organizados que se desarrollan bajo una situación sinópticamente muy favorables, como así ocurrió. Por decirlo de una manera simple: la escala sinóptica pone el marco general favorable donde se desarrollan los acontecimientos adversos, pero los últimos ejecutores o elementos que inciden y generan los daños catastróficos en la población son los fenómenos locales de tipo mesoescalar.
Los causantes de las precipitaciones intensas y torrenciales del 9-16 de septiembre de 2019
Sería muy largo y exhaustivo señalar todas las estructuras tormentosas que han generado las inundaciones en las zonas españolas de la segunda decena de septiembre de 2019. Nos vamos a centrar y conceptualizar en dos de ellas que han tenido unos papeles destacados y devastadores: tren de tormentas y SCM. Resaltar que han sido muchas, de larga duración y persistencia, de aquí los pavorosos resultados.
Tren convectivos o de tormentas
El tren de tormentas o convectivo es una estructura potencialmente adversa. Por un mismo lugar o comarca pasa un conjunto de tormentas “ordinarias” que generan fuertes precipitaciones pero lo hacen de forma sucesiva, una detrás de otra. Es como si una misma tormenta estuviera quieta en un lugar durante horas. Si los focos convectivos generan precipitaciones intensas, el sistema de tren de tormentas es potencialmente muy adverso: horas y horas lloviendo sin parar en el mismo lugar.
Nota. En el tren de tormentas cada una de las células tormentosas no organiza o no aporta su “granito de arena” a la gran estructura para organizarla directamente. Como un tren normal, las tormentas (vagones) se ven obligados a pasar por el mismo lugar o vía impuesta a nivel sinóptico, a diferencia de las células convectivas en un SCM que sí se autoorganizan, como se verá después.
Pero no solo eso, en este episodio parece que el tren de tormentas se transformó en un gran convoy de trenes de tormentas. Esto es, una zona más amplia convectiva que afectaba a una amplia área (más allá de una población) con varios trenes de tormentas que de forma sucesiva pasan por a una gran y misma zona.
Para que se forme el tren o convoy de tormentas debe haber un flujo alimentador en niveles bajos, acompañado de un chorro húmedo en capas bajas que soporte a estas estructuras durante horas. A la vez el flujo en niveles medios-altos debe ser paralelo e intenso a dicha tren de tormentas. Estos hechos se generaron en un par de días en esta situación.
La fuente alimentadora de los trenes estaba en el mar Mediterráneo que con un temporal de levante e intenso soportaba a dichos trenes con aire calido y muy húmedo de largo recorrido marítimo.
SCM, Sistema Convectivo de Mesoescala
Cuando un conjunto de focos convectivos y tormentas se organizan y aportan todos, su grano de arena, en un entorno favorable, entonces se pueden generar estructuras mayores autoorganizadas, mucho mayores que una tormenta normal: son los llamados sistemas convectivos de mesoescala, SCM. En ellos se distinguen dos zonas en su fase madura: una zona convectiva de tormentas muy activas y adversas, y una zona estratiforme común de precipitación débil a moderada. Estos hechos se observan en las imágenes de satélite y radar.
Las lluvias torrenciales y persistentes se suelen dar en la parte activa de tormentas del SCM.
Para más detalles de trenes convectivos y SCM de esta situación vea este link https://www.tiempo.com/ram/dan...
Otras estructuras que podrían generar inundaciones son las supercélulas y sistemas de tormentas, e incluso los mayores SCM, que se denominan Complejos Convectivos de Mesoescala, CCM, de algunas horas hasta día de duración, que no son presentadas en este trabajo pero pudieron existir.

¿Por qué se desarrollaron tantas y tan intensas tormentas organizadas?

Una vez más debemos buscar el elemento que “organiza” la convección: la cizalladura o variación vertical del viento en dirección y / o intensidad.
Por un parte, esta dana llevó asociado fuertes vientos en altura, a nivel del chorro que varió del orden de los 140 kt (nudos) iniciales a los 60 kt, pasando por fases de 100 kt en 300 hPa alrededor de ella con componente sur: unas veces sureste y otras suroeste.
Por otra parte, en niveles bajos hubo vientos intensos de componente este en el temporal del Mediterráneo. En ciertos momentos se predijeron vientos de 25-30 kt en 850 hPa.
La intensa cizalladura en un ambiente inestable promueve entornos donde se pueden organizar la convección en trenes de tormentas, SCM, CCM, etc.
La cizalladura tan marcada persistió durante varios días, entre el 11 y 14 de septiembre en la zona afectada y en un ambiente inestable.

Conclusiones

Se ha tratado de mostrar brevemente que los culpables últimos de esta situación son las grandes tormentas organizadas, profundas y “húmedas”, con gran aporte de humedad en capas bajas, bajo un entorno favorable parcialmente dirigido por una dana situada estratégicamente, intensa y duradera.
Pero a pesar de todo esto, la sociedad actual requiere señalar a un culpable último de todo ello y los medios de comunicación e informadores del tiempo lo tienen: la dana (o a la mediática y generadora de titulares: la temida gota fría). Pero las cosas en la atmósfera son más complejas. Es labor de la comunidad científica y de los medios especializados del tiempo la de informar y divulgar estas estructuras con conocimiento de causas, como se ha hecho con el concepto de tren de tormentas o tren convectivo, que ha aparecido bien explicado en diversos medios del tiempo.
Ya no vale enseñar conceptualmente a la gente del siglo XXI que las precipitaciones torrenciales en el Mediterráneo ocurren porque “Una masa fría en altura CHOCA con una masa de aire cálida y húmeda del Mediterráneo”. Las cosas no son así de simples y se pueden decir con una realidad más clara y meridiana. De esa forma AEMET no avisa de la presencia de una dana o gota fría, por el contrario sus avisos se focalizan en las tormentas, precipitaciones y otros efectos en superficie generados por un temporal intenso y adverso en el área mediterránea.
Por lo tanto, no es la dana (ni la gota fría) la que genera precipitaciones súbitas y torrenciales. La dana sólo establece el entorno favorable para que se desarrollen y se mantengan las tormentas organizadas que son las responsables últimas de las lluvias torrenciales e intensas: trenes convectivos o de tormentas, SCM, CCM y otras estructuras.


(*) Licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Sevilla y Meteorólogo, he trabajado durante 36 años en INM/AEMET. En ese periodo de tiempo desarrollé herramientas y técnicas de predicción, coordinando un equipo de expertos meteorólogos en el desarrollo de herramientas y métodos de predicción. Participé como profesor asiduo en el Centro de Formación de AEMET/INM y he dado cursos de Masters y de divulgación en Meteorología. Soy asesor de la OMM en temas relacionados con fenómenos severos y alerta temprana, y coautor de varios libros relacionados con la meteorología y fenómenos severos, así como en artículos técnicos y de divulgación. También he dado apoyo técnico a National Geographic. Ahora soy coordinador de la RAM, la Revista del Aficionado a la Meteorología de Tiempo.com


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