En contra de lo que dijo Pedro Sánchez en la ‘amable’ entrevista que
le hizo el pasado jueves Antonio Ferreras en ‘La Sexta TV’, lo que de
verdad le quita el sueño a Sánchez no es la presencia de Podemos en su
Gobierno sino lo que ocurrirá a partir de la noche del 10-N cuando
Sánchez tenga que volver a llamar a Pablo Iglesias, Pablo Casado y
Albert Rivera para intentar formar Gobierno y lograr su investidura.
Porque este Sánchez, que miente sin cesar y ha agredido y
descalificado sin límite alguno a todos los dirigentes de la Oposición,
cree, y se equivoca, que ganar las elecciones ya es suficiente para
imponerse a todos los demás, lo que no es verdad porque ha dejado
profundas heridas políticas y personales en sus adversarios.
Los que si se unen en el ‘no’ a Sánchez para pedir al PSOE que les
presente otro candidato a la investidura porque consideran (como ya
dicen y como lo decía Susana Díaz en 2017) que Sánchez se ha convertido
en ‘el primero de los problemas de España’, entonces ya veremos qué
ocurre con Sánchez y si el presidente en funciones logra conciliar el
sueño.
No vaya a ser que Sánchez, en ese momento, tenga que llamar a Macron y
Merkel para que le permitan intercambiar su puesto con Josep Borrell,
que sería el candidato ideal del PSOE a la investidura y con clara
posibilidad de llegar a un acuerdo con Cs y PP, mientras Sánchez emigra a
la Comisión de la UE porque en España es incapaz de gobernar.
Ferreras no importunó a Sánchez con los indultos, el pacto con Otegi
en Navarra, el relator de Torra, los muchos favores a los presos
golpistas, o con la moción de censura que le llevó al poder gracias a
Pablo Iglesias, lo que Sánchez olvida con facilidad.
Pero sobre todo Ferreras no le preguntó a Sánchez qué pasará el 11-N y
qué le dirá a Iglesias, Casado y Rivera para que, después de las
elecciones y haberlos agredidos a todos ellos, le permitan gobernar. Y
eso es lo que a partir de ahora le va a quitar el sueño a Sánchez.
Porque está claro que para llegar al poder con la moción de censura
de censura contra Rajoy no le importó lo más mínimo pactar con
Puigdemont, Juanqueras, Otegi, Ortuzar e Iglesias. Y dormía a pierna
suelta y del tirón a pesar de que con ello, y tras el golpe catalán y la
continua negativa de Bildu a condenar a ETA, Sánchez ponía al PSOE
fuera del marco constitucional.
Y ahora nos viene este empedernido dormilón y obseso de poder
diciendo que Podemos le quita el sueño y que a la primera de cambio está
dispuesto a aplicar en Cataluña el artículo 155 de la Constitución.
Naturalmente ya estamos en la campaña electoral y Sánchez cree que vale
todo y que el 11-N cuando Iglesias y Rivera reciban el castigo que les
anuncian las encuestas Cs y Podemos se postrarán a sus pies y se
rendirán.
O preferirán ‘morir matando’ para que Pedro Sánchez nunca más vuelva a gobernar.
(*) Periodista
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