MADRID.- La repetición de las elecciones generales beneficiaría claramente al bipartidismo, que subiría con fuerza a costa de Ciudadanos, Vox y, en menor medida, Unidas Podemos.
Apenas dos meses después del 28-A, los españoles comienzan a buscar
refugio en los dos grandes partidos. La partida de póquer de los pactos
postelectorales y la amenaza cierta de un nuevo bloqueo gubernamental
han terminado de transmitir al electorado el vértigo de la
fragmentación, así que las expectativas demoscópicas basculan hacia el
utilitarismo que representan el PSOE y el PP.
El panorama que dibuja el sondeo de Sigma Dos para El Mundo
se resume en una palabra: hartazgo. Cunde la desazón entre los
encuestados, después de un largo periodo electoral y de que el arranque
de la legislatura no haya bajado el suflé de la crispación política.
Antes al contrario, los primeros movimientos para investir a Pedro Sánchez han desembocado en un déjà vu de los meses sin Gobierno de 2016. Por eso, los electores apuestan mayoritariamente por priorizar el desbloqueo a los intereses partidistas.
El
gran favorecido por esta incertidumbre es, sobre el papel, el PSOE, que
dispara su intención de voto en 3,9 puntos con respecto a abril, desde
el 28,7% hasta el 32,6%. Se trata de unos niveles de apoyo inéditos para
los socialistas desde la época de José Luis Rodríguez Zapatero. Sólo en febrero el CIS de José Félix Tezanos le auguró un resultado mejor (33,3%), pero sin cocinar.
El PP, por su parte, sube 2,7 puntos, desde el 16,7% hasta el 19,4%. La encuesta se realizó el 21 de junio, cuando los populares ya habían amarrado algunas de las principales alcaldías, como Madrid y Zaragoza, y habían dejado más o menos encarrilados los pactos autonómicos de la Región de Murcia, Castilla y León y la Comunidad de Madrid.
La sensación de que el PP salió mejor parado de las negociaciones que Cs se traslada a la intención de voto. La formación naranja cae con fuerza tras pactar preferentemente con los populares
y entenderse con Vox. Pasa del 15,9% al 13,1%. Ese retroceso le hace
perder, por sólo una décima, el tercer puesto ante Unidas Podemos, que
cae 1,1 puntos y queda en el 13,2%. Vox, por su parte, se deja 2,3
puntos, del 10,3% al 8% de los votantes, un porcentaje en el que pondría
en juego muchos escaños al perder la barrera del 10%.
La tendencia bajista añade en cualquier caso más presión a Pablo Iglesias, que se ha plantado ante Sánchez
a cuenta de la investidura: o la formación cuenta con ministerios o no
apoyará su candidatura a la Presidencia. El 49,7%, sin embargo, cree que
volver a las urnas perjudicaría a Podemos, mientras que el 36,7% lo ve beneficioso para los socialistas.
En
todo caso, el bloque de izquierdas mejora sus expectativas hasta el
45,8%, 2,8 puntos más que hace dos meses y cerca de la mayoría absoluta
en términos relativos. Por el contrario, el bloque de centroderecha cae
2,4 puntos, desde el 42,9% al 40,5%.
Desde este punto de vista, a los
partidos de la foto de Colón
no les conviene presionar hacia una repetición electoral. No en vano,
el 46% de los encuestados considera que a Cs le perjudicaría la
celebración de nuevos comicios, un porcentaje idéntico al de Vox (45,9%)
y mayor que el del PP (35,3%).
Aunque les gustaría una solución rápida y con altura de miras, los
españoles dudan mucho de la capacidad de los dirigentes políticos
actuales para desbloquear la parálisis. Hay división entre quienes
piensan que Sánchez formará un Gobierno estable (49,1%) y quienes creen
que habrá otras elecciones (41,3%).
Estos últimos se subdividen en dos:
un 17,7% cree que se constituirá un Gobierno, pero que será tan frágil
que Sánchez tendrá que convocar elecciones en unos meses; y un 23,6% ha
perdido toda esperanza y cree que los comicios se repetirán a bocajarro.
Y
es que la mayoría de los españoles (el 58,7%) cree que la situación
política que alumbraron las elecciones generales del 28 de abril es
objetivamente "mala" o "muy mala".
Por último, cabe destacar que ERC,
que creció desde nueve a 15 diputados en los pasados comicios, subiría
aún más, desde el 3,9% hasta el 4,2% de los sufragios, mientras que su
rival en el independentismo, la Junts per Catalunya de Carles Puigdemont, seguiría en franco descenso: pasaría del 1,9% al 1,7%.
Los
nacionalistas vascos quedarían exactamente igual, con el 1,5% de los
votos. Si hay un partido al que nunca le vienen mal los periodos de
subasta de apoyos, ése es el PNV.
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