VALENCIA.- Hacer un ejercicio autocrítico de "memoria histórica" y poner el foco
en los porqués de la "religión basada en el neopopulismo" ideada por Eduardo Zaplana que aún "sigue viva" son los objetivos de 'Ciudadano Zaplana. La construcción de un régimen corrupto', obra del periodista valenciano Francesc Arabí.
El
libro, que acaba de publicar la editorial Akal y ya tiene en imprenta
la segunda edición, es "un manual de zaplanología, un vademécum" del
régimen que cimentó el expresident de la Generalitat, explica Arabí,
quien destaca que "antes de Gürtel, la corrupción no solo ya había nacido, sino que se había desarrollado" en la Comunidad Valenciana.
Escrito
en clave de crónica periodística y ensayo, a lo largo de más de
quinientas páginas el autor repasa los episodios de corrupción que
salpicaron a Zaplana -desde el caso Naseiro al caso Terra Mítica, el
caso IVEX-Julio Iglesias o sus "cameos" con los casos Púnica o Lezo-, de
todos los cuales se libró hasta que llegó el caso Erial.
"Zaplana ha tenido la suerte de que los que han ido cayendo no le han arrastrado en la caída, cosa que sí le ha pasado a Francisco Camps",
sostiene Arabí, quien lo atribuye a que el exministro "ha manejado muy
bien los billetes para tapar heridas y bocas: no ha dejado a nadie
herido en el camino".
Si Zaplana fue finalmente detenido e imputado en el caso Erial, en 2018, es, a juicio del periodista, porque su estado de salud "le forzó a tomar decisiones con demasiada prisa",
por la "sensación de impunidad" después de tres décadas y por unos
papeles olvidados en una mudanza que hacen caer su "mito de personaje
infalible".
Durante dos años, Arabí ha revisitado fuentes y
lugares y ha recopilado información para dar forma a un libro que tenía
"muy madurado en la cabeza" ante la "estupefacción de que nunca pasara
nada" con Zaplana, un personaje que a sus alumnos de la Facultad de
Periodismo les "suena a prehistoria".
En
su opinión, ante la "amnesia colectiva y el intento de blanquear el
pasado" había que hacer una reflexión de por qué fallaron la prensa, la
justicia, los controles administrativos y en último término los
ciudadanos, "la última trinchera de control, que en las urnas validaron"
un régimen "podrido de corrupción y expolio".
Una parte destacada del libro se centra en el caso IVEX-Julio Iglesias,
que según Arabí es "el gran paradigma, la plasmación de la sociedad
limitada Zaplana sin fronteras", donde se puede encontrar desde "abuso
de poder a falsificación de facturas" y pagos en paraísos fiscales en el
fichaje del cantante para promocionar los productos valencianos en el
exterior.
Asegura que este "no es un libro contra el PP", partido en el que gente "muy importante" ha permitido de manera anónima "exhumar la basura",
igual que funcionarios se la "jugaron" para que salieran a la luz las
actuaciones de un mandatario "obsesionado por el poder y el dinero" y
cuyo grado de ambición tiene "pocos equivalentes".
El título juega
con tres alegorías: la ironía de Zaplana como ciudadano, es decir,
persona comprometida con la sociedad; el guiño a la película de Orson Welles "Ciudadano
Kane", por su "obsesión mediática y de hombre de negocios sin
escrúpulos", y la "herencia" que Zaplana deja al partido Ciudadanos.
Así, Arabí destaca que la "puesta de largo" de Albert Rivera fue un acto en el que estuvo flanqueado por José Bono y
Eduardo Zaplana, y asegura que en la Comunitat Valenciana, Ciudadanos
no habría crecido "tanto ni tan deprisa" sin el zaplanismo, cuyo
"oportunismo y maquiavelismo político está muy vivo" en una serie de
personas del partido naranja.
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