jueves, 27 de junio de 2019

De Niro, la enlutada y el colectivo LGTBI / Ángel Montiel *

Trata bien a tu mayordomo. Si algún día te arruinas, ocupará las principales estancias de tu mansión, te verás obligado a pedirle un préstamo y no podrás olvidar que dispone de una copia de las llaves. Al PP murciano, tras perder las elecciones, solo le faltaba para mayor humillación tener que negociar con Luis Gestoso, a quien siempre menospreciaron: «Cosas de Gestoso».

A Gestoso, soy testigo, lo estimaba más el historiador Fernando García de Cortázar (compartí con ambos hace muchos años unas cervezas en la terraza del Papá Juan) que los compañeros de su partido entonces, que lo tenían en el 112 para que satisfaciera sus fantasías pseudomilitares, hasta que los terremotos de Lorca de 2011 demostraron que gracias a él (y sólo gracias a él) los lorquinos pudieron sentirse verdaderamente protegidos en las primeras horas, mientras sus jefes se daban codazos para hacerse fotos con el recién aterrizado Príncipe Felipe.

Algo similar ocurrió cuando se inundó la colonia británica de Camposol, en Mazarrón: Gestoso estuvo allí, en primera línea, metido hasta el cuello en el barro, y dando aliento a los afectados. Si ocurre una tragedia, todo el mundo percibe el desamparo, pues la Administración es un estamento burocrático que queda muy lejos, pero si tienes a tu lado a un director general levantando cascotes como cualquier voluntario, tal vez recuperes la confianza. Como el día de aquel accidente de autobús, en que Gestoso regresó a casa con las botas manchadas de sangre humana.

No voy a blanquear a Gestoso. Al final ha encontrado su zona de confort en Vox, un partido con una ideología perfectamente descriptible. Sólo pretendo señalar que, aunque ahora esté en labores estrictamente políticas, sigue siendo un hombre de acción. No le van las componendas, y menos las que provienen de sus excolegas del PP, a quienes tan bien conoce. El planchazo que debió llevarse Teodoro García cuando llamó a Espinosa de los Monteros (esto de Murcia lo resolvemos desde las alturas de una patada) debió ser de aurora boreal: lo remitieron a que negociara con el mayordomo.

Gestoso, por si fuera necesaria una imagen se retrató para la portada de La Opinión del pasado martes, en su domicilio, frente a un espejo veneciano del XVIII (para que se sepa de qué estamos hablando), en el que se reflejaba provisto de una mochila de camuflaje militar con la banderita de España, dispuesto a dar guerra, una pose cuya intención, sea o no voluntaria, remite irremediablemente a la famosa escena de Taxi Driver en que Robert de Niro se reta a sí mismo en la figura doblada antes de salir a la calle a cambiar el mundo a su manera.

Santiago Segura parodió esa imagen en su primer Torrente, y es que puede ser graciosa, pero para quien la interpreta, que es a lo que vamos, resulta muy seria. Gestoso es uno de esos soldados con una misión, y en la batalla, el último que se retira. No es fácil reconducirlo a otros objetivos.

Si seguimos con las iconografías políticas, conviene reparar también en el vestuario elegido por la líder electoral de Ciudadanos, Isabel Franco, para ir a firmar el pacto de Gobierno con Fernando López Miras. En el archivo de este periódico, que recoge durante años su actividad pública profesional, y desde hace bien poco, la política, no hay una sola foto con indumentaria tan solemne como la que usó para ese evento.

Al revés: suele exhibir colores intensos y floreados al borde de la discreción. Pues bien, para firmar el pacto de Gobierno se vistió de luto integral en un día de verano en que los termómetros marcaban cuarenta grados a la sombra. Lo hizo el mismo día en que su colega de Castilla y León, Francisco Igea, cambiaba en el perfil de sus redes sociales su propia foto por la de Toni Roldán, dimitido de la dirección de Ciudadanos por discrepancias sobre el color de los pactos.

 ¿Era el luto de Isabel Franco una discreta e íntima señal, a sabiendas de que el día de la boda las novias suelen vestir de blanco? Si le preguntan por este detalle, lo desmentirá, pero aquí mantengo que ese negro es luto.

Y un tercer apunte. Hace un par de semanas publicamos un artículo del colectivo LGTBI en el que se advertía a Isabel Franco, que les había dado su apoyo en reuniones previas a la campaña electoral, la incompatibilidad de mantener ese compromiso en un Gobierno surgido con el beneplácito de Vox. Y así parece, por lo que expresa el 'documento programático' de este partido para ofrecer su plácet a un pacto PP-Cs.

Quédense con la copla: si al final hubiera un Gobierno de verdadero cambio en esta Región sería gracias al colectivo LGTBI. Qué orgullo.


(*) Columnista





https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2019/06/27/niro-enlutada-colectivo-lgtbi/1033617.html 

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