viernes, 10 de mayo de 2019

'Anse' estudia en Isla Grosa cómo afecta el cambio climático a las aves

MURCIA.- Coincidiendo con el Día Mundial de las Aves Migradoras, Anse (Asociación de Naturalistas del Sureste) está estudiando la migración de las aves en Isla Grosa con la realización de una campaña de anillamiento científico que finalizará el próximo 15 de mayo.

Desde que comenzara el pasado 16 de marzo, varios anilladores y colaboradores han pasado por la isla, en el municipio de San Javier, para participar en esta campaña de forma voluntaria. Capturan y, posteriormente, liberan pequeñas aves en el viaje desde sus lugares de invernada en África hasta las zonas de reproducción en Europa.
"Isla Grosa es un lugar estratégico para estudiar este fenómeno ya que muchas de las aves que cruzan por el Mediterráneo se ven forzadas a parar en la isla para descansar y reponer fuerzas", explican desde Anse, que con esta suma ya doce campañas de anillamiento en primavera, "contribuyendo así a generar una base de datos a largo plazo muy valiosa".
"Por un lado, gracias a los resultados, podemos conocer mejor las rutas migratorias de estas especies, y, por otro lado, permiten detectar cambios en la fenología de las aves como consecuencia del cambio climático", como el adelanto o retraso en fechas de llegada, especialmente si los datos se analizan junto con los de otras estaciones de anillamiento.
La campaña de 2019 está siendo especialmente productiva en cuanto a capturas. Hasta la fecha se han capturado y liberado más de 1.800 aves de 43 especies distintas. La más capturada es el mosquitero musical, un pequeño insectívoro que pasa los inviernos en el África tropical y se reproduce en el norte y centro de Europa.
La campaña ha sido muy interesante en cuanto a aves anilladas fuera de España, ya que se han recuperado seis ejemplares. En concreto, se han capturado sendos mosquiteros musicales anillados en Reino Unido y Suecia, una curruca zarcera de Alemania, un petirrojo de República Checa, una curruca capirotada de Francia y, el más sorprendente de todos, un papamoscas cerrojillo de Finlandia. 
Hay que tener en cuenta que estas aves fueron anilladas por lo menos el año pasado durante la anterior época de reproducción y que, por lo tanto, ya habrán realizado al menos dos viajes migratorios en los que han cruzado el mar Mediterráneo y el desierto del Sáhara.
La campaña de esta primavera, como la mayoría de las realizadas desde hace más de 10 años, es totalmente voluntaria y no cuenta con financiación de ninguna institución ni administración.  
Anse cubre parcialmente los gastos de manutención en la isla y desplazamientos, y realiza los traslados de los anilladores y voluntarios con una embarcación y personal propio.

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