CARTAGENA.- La alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, ha
solicitado a la Dirección General de Bienes Culturales de la Comunidad
Autónoma, la adopción de medidas urgentes de protección para Villa
Calamari, al tiempo que ha remitido un informe al Ministerio de Cultura
en el que se señala el avanzado deterioro que sufre la edificación y su
entorno, declarado bien de interés cultural.
En el
escrito remitido a la Comunidad Autónoma el pasado 23 abril, la
alcaldesa daba cuenta del informe emitido por la Coordinación de
Patrimonio del Ayuntamiento de Cartagena, sobre el deterioro actual de
Villa Calamari, también conocido como Palecete Versalles.
El
informe se basaba en la visita de inspección realizada el 16 de abril
de 2019, acompañados por el guarda de la empresa propietaria
Inmobiliaria Vano S.L., e incluía documentación gráfica de la caída a
causa de la lluvia y el viento el 22 de abril de unos 70 metros del muro
perimetral, por lo que se solicitaba que se adoptara de modo inmediato
las medidas oportunas para evitar el continuo deterioro y expolio tanto
de las edificaciones, como de los jardines de dicho monumento.
En
el informe también se recordaba que tras continuas denuncias por su
lamentable conservación, el 17 de julio de 2015, la Dirección General de
Bienes Culturales había emitido una resolución con una serie de medidas
urgentes entre las que encontraban el cierre de huecos, la colocación
de puntales en la zona de servicio, la reparación de vallado perimetral,
y la limpieza del jardín para evitar la acumulación de plantas secas
que favoreciesen los incendios, que no han sido suficientes para frenar
su deterioro; ya que desde entonces se han seguido produciendo entradas
incontroladas al recinto y el expolio y destrucción de sus elementos
ornamentales, como se ha podido comprobar desde entonces por los
técnicos municipales en sucesivas visitas de inspección.
Informe al Ministerio de Cultura
Por
otro lado el pasado 17 de abril el Ayuntamiento remitió al Ministerio
de Cultura un detallado informe sobre este bien de interés cultural
declarado en mayo de 2012 y realizado por el arquitecto Víctor Beltrí
en 1900.
En él se pormenorizaba con abundante
material gráfico el lamentable estado actual del inmueble, sometido a
continuos incendios, actos vandálicos y expolios desde hace años.
Igualmente
se señalaba que las medidas propuestas tanto por la Dirección General
de Bienes Culturales como por la propiedad no se han cumplido, ya que el
vallado perimetral tiene zonas destruidas lo que permite el paso al
interior del recinto con suma facilidad; la puerta del inmueble está
abierta facilitando el acceso al interior y el jardín acumula maleza
seca por doquier.
Todo ello hace concluir que el
deterioro del edificio protegido es manifiesto y las medidas
implementadas en 2015 por la DGBC, así como las esporádicas que se hayan
realizado con posterioridad por los propietarios, son claramente
insuficientes para detener el expolio sistemático al que está sometido
el inmueble.
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