MADRID.- A la larga lista de informes y documentos que ofrecen ideas para
renovar el sistema universitario español se le unió el decálogo de
la Fundación Cotec para la Innovación. Este escrito, que ve la luz tras
tres años de trabajo junto a expertos y representantes del mundo
universitario, recoge una decena de propuestas para dinamizar y
actualizar el sistema superior educativo, según relata Cinco Días.
“No hay fórmulas mágicas”,
explicó Jorge Barrero, director general de Cotec. Pero sí se
identifican, prosiguió, cosas que ya están pasando en algunas de las
facultades de España. “No tenemos que irnos únicamente a Corea o Estados
Unidos para poder ver buenas ideas”. Así, todas las propuestas
recogidas cuentan con al menos un caso previo de éxito de alguna
universidad pública del país o de alguna organización que trabaja en
este ámbito.
El primer punto recogido es la necesidad de contar con una mayor flexibilidad normativa,
una de las cuestiones más demandadas por el sector universitario desde
hace años, que busca dotar a los centros de mayor margen de actuación,
autonomía y desarrollo para poder incorporar con agilidad nuevas
titulaciones, contenidos y estructuras.
Otras demandas son la búsqueda
de nuevos formatos educativos y el impulso de la educación no formal y
el autoaprendizaje.
El decálogo, apuntó la directora de educación de Cotec, Ainara Zubillaga, cuenta con el aval de cuatro universidades:
la Autónoma de Barcelona, la Autónoma de Madrid, la Carlos III y la
Pompeu Fabra.
El objetivo final es reiniciar la universidad, “pero nos
conformamos con hacer un pequeño hackeo inoculando 10 virus benignos que
no alerten al sistema inmune que tiene toda organización para
defenderse de los cambios”, señaló Jorge Barrero.
Esta conversión,
apuntó el catedrático de Sociología y coordinador del doctorado en
Educación de la UCM, Mariano Fernández Enguita, es en cierta forma
urgente, ya que “vemos que si bien la universidad está todavía muy lejos
del derrumbe, sí crece la desafección hacia ella”.
Otra de las ideas que barajan los expertos es fijar la vista más allá
de la educación superior e inspirarse, por ejemplo, en las etapas más
tempranas, concretamente en la primaria y la secundaria.
“No es obligatorio que la innovación nazca de la universidad, pero los
campus sí están obligados a buscar dónde están surgiendo cosas nuevas”,
alego Fernández Enguita.
En este sentido, hay colegios e institutos que
han fomentado el desarrollo de grupos más grandes de alumnos con dos o
más profesores en la clase, la reorganización de los espacios y la
conversión en hiperaulas, el fin de los horarios férreos o el empleo de
nuevas tecnologías. Estas novedades que ya están desarrollándose en los
centros más punteros “podrían empezar a ser copiadas desde la
universidad”.
El decálogo también incluye otras propuestas, como el diseño de
nuevas experiencias en la docencia, el impulso de nuevos perfiles de
profesores, la conexión con la sociedad, la creación de comunidades de
aprendizaje o la innovación abierta.
Aterrizando estas propuestas a la
práctica, explicó Zubillaga, urge superar el sistema que se base
exclusivamente en leer, realizar ejercicios prácticos y entregar
trabajos, así como incorporar en las facultades a perfiles docentes
distintos al tradicional, más ligados al mundo profesional y menos al
académico.
Además, a la universidad no se le pide una apertura de miras
únicamente hacia la empresa, sino hacia otras ramas de la educación
terciaria que tradicionalmente han quedado fuera de su órbita.
“Nos referimos a la Formación Profesional.
Se está produciendo un desarrollo de esta disciplina, las cifras dicen
que hacen falta más titulados... Sin embargo, la universidad y la FP
siguen sin hablarse. Es uno de los retos que los campus tienen por
delante”, insistió Zubillaga. Los expertos tampoco exculpan a la
universidad de su estancamiento: “No debemos escudarnos en la
legislación cuando hay campus que con las mismas normas están haciendo
cosas. No podemos escondernos en la ley hasta que no lleguemos al límite
que nos da la ley”, recordó Jorge Barrero.
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