Puede que de los ‘agujeros negros’ de la Transición española (el
golpe del 23-F, los GAL, el atentado del 11-M y el golpe catalán del
2017) el único sobre el que existe la plena certeza jurídica, policial,
política y moral sobre los hechos ocurridos es el del atentado
terrorista masivo (193 muertos y casi 2.000 heridos) de 11 de marzo de
2004 en la estación de Atocha de Madrid.
Un brutal atentado criminal realizado por varios comandos yihadistas y
que el gobierno de José María Aznar, mintiendo deliberadamente, quiso
atribuir a ETA porque temió, como ocurrió, que su apoyo a la segunda
Guerra de Irak (en las Azores con Blair y Bush) sería considerado el
móvil de los yihadistas para ejecutar del atentado del 11-M por el
conjunto de los españoles. Los que estaban convocados para votar en las
elecciones generales del 14 de marzo y que echaron al PP del Gobierno.
Y por ello, aún sabiendo que los yihadistas eran los autores
materiales del gran crimen del 11-M, Aznar y sus más destacados
colaboradores en el Gobierno, Ángel Acebes, Eduardo Zaplana, Ana Palacio
e Ignacio Astarloa urdieron la gran mentira de la conspiración que
nunca existió, con la ayuda de sus periodistas más afines, Pedro J.
Ramírez, Casimiro García Abadillo y Federico Jimenez Losantos.
Así lo ha vuelto a denunciar el que en aquel tiempo era el Comisario
Jefe de los Tedax (unidad de desactivación de explosivos), Juan Jesus
Sánchez Manzano en una entrevista en el diario El País donde de
manera minuciosa desmonta todas las mentiras de los conspiradores’. Los
que todavía siguen, por ‘lejanos desiertos y remotas montañas’
alentando semejantes patrañas para justificar su infamia y esconderse
tras una cortina de falsedades que a nadie engaña.
Como no pudieron engañar a los españoles en aquellas elecciones que
perdió Mariano Rajoy, por las mentiras de Aznar y después que cientos de
miles de madrileños desfilaran por el centro de la capital
preguntándole al Gobierno: ‘¿Quién ha sido?’.
La manipulación política e informativa del aznarismo fue tan brutal que el diario El Mundo
publicó en su portada una entrevista con Trashorras, el minero criminal
que desde una mina asturiana facilitó el explosivo Goma 2 ECO al
comando yihadista, diciendo que el atentado pretendía ‘un golpe de
Estado’.
No hubo explosivos Titadine de ETA en los atentados, el día 2 de
abril se impidió otro atentado yihadista contra un tren del AVE en
Mocejón, y el grueso del comando terrorista y yihadista murió en la auto
explosión de su guarida en Leganés con la que ellos pretendieron matar a
los GEOS que los tenían rodeados. El resto de los terroristas aún
siguen en prisión.
Y Aznar (que el 11-M no se dignó a visitar la estación de Atocha ni
convocó a la Oposición en La Moncloa) y los miembros de su gobierno que
mintieron a los españoles siguen sin disculparse y sin pedir perdón.
Pero no se atreven a participar en los actos conmemorativos de aquel
trágico y brutal atentado de hace ahora 15 años y que los españoles
jamás olvidarán.
(*) Periodista
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