Mientras Rivera sigue cazando moscas y haciendo recuentos de los
votos de sus primarias y Pablo Iglesias se prepara para disfrutar de
otros tres meses de vacaciones de paternidad -es un padrazo- porque su
Irene Montero del alma está embarazada y espera una niña, a Pablo Casado
se le ha ocurrido pedirle a Santiago Abascal que Vox no se presente
durante las elecciones generales en las provincias pequeñas, para así
favorecer al PP y no dividir los votos conservadores, porque según
Casado eso favorece al PSOE.
Y mientras tanto Pedro Sánchez dedicado a hundir España y salvar
Europa de la crisis del Brexit con un confuso artículo en su diario de
cabecera, El País, donde no es capaz de decirle a Theresa May que esto
son lentejas y que las toma o las deja. Que es lo que debería decirle
Juncker a los ingleses de una puñetera vez.
Pero regresemos a la petición de Casado porque imaginamos que el
líder de Vox, Abascal, le ha contestado con la misma medicina o
propuesta pidiéndole a Casado que el PP se retire de las pequeñas
provincias (las 25 que tienen menos de 6 escaños) para no dividir a la
derecha y permitir el ascenso de Vox porque es la verdadera y patriota
derecha.
Esto de Casado es como si Iglesias le pide a Errejón que se quede en
el chalé un par de meses con los mellizos porque él tiene que ocuparse
de la campaña electoral de Unidos Podemos dado que las últimas encuestas
los sitúan en quinto lugar por detrás de Vox. Y si eso sigue así y se
confirma al final Iglesias tendrá que dimitir e Irene será nombrada la
secretaria general de Podemos que es lo que lleva urdiendo desde tiempo
atrás.
Los políticos españoles son como niños. Y Casado el que más, porque
si de verdad quiere un pacto con Abascal lo que tiene que hacer es
ofrecerle una ‘coalición electoral’ y garantizarle a Vox un grupo
parlamentario de entre 20 y 30 escaños, que es lo que le prometen a Vox
las encuestas. Y las otras propuestas son, como dicen los franceses,
‘Castillos en España’.
O sea, que nuestros políticos son como niños. Y puede que mejor que
no crezcan y sigan así no vaya a ser que pronto veamos el Congreso de
los Diputados envuelto en una gran trifulca (‘La guerra de los botones’)
como la que hay en la Cámara de los Comunes de Westminster por causa
del Brexit.
Y al fondo de todo ello y como si nada fuera con él está Torra
deshojando una margarita de mil pétalos, si, no, si, no, a ver si se
decide a quitar los lazos amarillos de las instituciones catalanes o si,
como le dijo Marta Ferrusola a un periodista, Torra manda a la mierda a
la Junta Electoral.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés
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