domingo, 17 de febrero de 2019

Tozudamente alzados / José Antich *

Estamos aquí, tozudamente alzados. Como dice la canción de Lluís Llach, este sábado inusualmente ausente de la manifestación recuperándose de una gripe, el independentismo ha vuelto a dar muestras de una salud de hierro. 

Unas 200.000 personas, según la Guardia Urbana, y 500.000, según los organizadores, volvieron a salir masivamente a la calle después de varios meses, al finalizar la primera semana del juicio del 1-O, detrás de una pancarta que decía "la autodeterminación no es delito" y pidiendo la libertad de los presos políticos.

A estos dos lemas oficiales, los manifestantes añadieron repetidamente el de unidad, en señal crítica a las constantes diferencias entre partidos y entidades. Quizás también a una sorprendente frialdad de los partidos a la hora de apostar fuerte por una manifestación que cargaron sobre sus hombros, en buena medida, las entidades soberanistas, Òmnium y la Assemblea Nacional Catalana. 

La solidez y la enorme capacidad de movilización del independentismo es aún más importante si se compara, por ejemplo, con los 45.000 manifestantes en la plaza de Colón de Madrid el pasado domingo para protestar contra el diálogo con Catalunya. "Las fuerzas independentistas demuestran su fuerza", dice The New York Times, el diario global del planeta ―el global de verdad, no el que así se proclama en su cabecera y es cada vez más un diario local― al explicar la movilización de Barcelona.

Con la manifestación de este sábado se inicia el nuevo ciclo de movilizaciones del independentismo coincidiendo con el juicio en el Tribunal Supremo. Este jueves, día 21, está convocada una aturada de país y el 16 de marzo, exactamente dentro de un mes y también en sábado, una manifestación en Madrid. 

 Las dos jornadas son todo un reto para el independentismo por razones diferentes. Se dan de sobra las razones para estas dos convocatorias pero el reto es gigante. En el caso de Madrid, es además una concentración histórica, ya que es la primera vez que el independentismo se la plantea. De todas maneras, el independentismo siempre sorprende cuando se trata de movilizaciones y habrá que estar muy atentos en esta nueva oportunidad.


(*) Periodista y ex director de La Vanguardia


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