sábado, 5 de enero de 2019

¿Por quién doblan las campanas? / Guillermo Herrera *

Cada vez que escucho un toque de difuntos en una iglesia, no sólo me apeno por el fallecido, lloro por toda la humanidad dormida e inconsciente, lloro por los niños que desaparecen todos los días para ser asesinados por satanistas (igual que Virtu Pontes, más valiente que yo), lloro por las madres que pierden a sus hijos por el hambre y la enfermedad en África, lloro por las mujeres asesinadas por su pareja y viceversa, lloro por los seres inocentes que pierden su vida en la guerra, lloro por los jóvenes que se pierden en las drogas y en la delincuencia, lloro por las víctimas de los accidentes de tráfico y de las catástrofes naturales, lloro por los miles animales que se asesinan vilmente en los mataderos todos los días, lloro por los bosques que se talan todos los días, lloro por el daño infame que se infringe a nuestro planeta, la ‘Pachamama’, nuestra Madre Tierra Gaia, para explotar sus recursos, y pido todos los días con desesperación ayuda divina para que se acabe con esta pesadilla. 

Como dice la canción ¡yo quisiera no ver tanto verde en la tierra muriendo, ni ballenas desapareciendo por falta de escrúpulos comerciales; yo quisiera ser civilizado como los animales!”.

NADIE ES UNA ISLA
Como dijo Ernest Hemingway, “cualquier ser humano me disminuye porque estoy ligado a la humanidad, por eso nunca preguntes por quién doblan las campanas: doblan por tí.” El título procede del poeta metafísico John Donne, que data de 1.624: Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada ser humano es un pedazo de continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier ser humano me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por tí.”

Por quién doblan las campanas” es una de las novelas más populares de Hemingway. Ambientada en la guerra civil española, la obra es una bella historia de amor y muerte que vuelve a ejercer la seducción intemporal que la convirtió en un clásico de nuestro tiempo. Setenta años después del fin de nuestra guerra incivil, “Por quién doblan las campanas” sigue siendo una de las mejores y más hermosas novelas que se han escrito sobre el conflicto.

SUFRIMIENTO
El sufrimiento es una sensación motivada por cualquier condición que someta al sistema nervioso al desgaste e implica padecimiento, dolor y pena, y el llanto es una efusión de lágrimas acompañada frecuentemente de lamentos y sollozos.

La educación es la forma que tiene el ser humano de adaptarse al sufrimiento e incluso de superarlo, y por eso yo estoy formándome constantemente y tratando de compartirlo con los demás. No es un sacrificio, sino un placer, cuanto te informas de temas que te interesan. El sacrificio es cuando tienes que memorizar temas que no te interesan. En cualquier caso, sufrir no debería ser algo tan natural, a menos que hayamos nacido en un planeta-penal como éste. Por eso Tierra Shan significa “el planeta de las penas” a nivel cósmico. Pero el ser humano no fue creado para sufrir, sino para ser feliz.

Educación es la instrucción por medio de la acción docente o autodidacta, en mi caso. También se define como el proceso de facilitar el aprendizaje o la adquisición de conocimientos, habilidades, valores, creencias y hábitos de un grupo de personas que los transfieren a otras personas, a través de la difusión de artículos, la narración de cuentos, la discusión, la enseñanza, el ejemplo, la formación o la investigación.

Pero el aspecto más importante de la educación, en el buen sentido de la palabra, es que abre la mente, amplía una visión panorámica de la realidad y despierta la conciencia, lo que a su vez nos permite cambiar nuestra realidad de un modo positivo.

INSENSIBILIDAD
Lo que más me revienta es la insensibilidad de algunos seres humanos desalmados que “tienen, por eso no lloran, de plomo las calaveras” como dijo Federico García Lorca. O como se preguntaba Alleng Ginsberg ¿Qué esfinge de cemento y aluminio abrió sus cráneos y devoró sus cerebros y su imaginación?”

¡Moloch! ¡Moloch! ¡Departamentos robots! ¡suburbios invisibles! ¡tesorerías esqueléticas! ¡capitales ciegos! ¡industrias demoníacas! ¡naciones espectrales!”

Los capitales ciegos son los que no tienen conciencia, es decir, que no les importa en qué se invierten con tal de obtener ganancias rápidas, aunque sea dinero negro y podrido.
Las industrias demoníacas son aquellas que producen muerte en lugar de vida, como las fábricas de armas, la fabricación de productos químicos nocivos, o la simple contaminación del medio ambiente.

Un espectro o fantasma es una representación de algo sobrenatural o aterrador. Por lo tanto “naciones espectrales” se puede traducir por naciones aterradoras”:

AULLIDO”
¡Moloch! ¡Soledad! ¡Inmundicia! ¡Ceniceros y dólares inalcanzables! ¡Niños gritando bajo las escaleras! ¡Muchachos sollozando en ejércitos! ¡Ancianos llorando en los parques!”

¡Moloch cuya mente es maquinaria pura! ¡Moloch cuya sangre es un torrente de dinero! ¡Moloch cuyos dedos son diez ejércitos! ¡Moloch cuyo pecho es un dínamo caníbal! ¡Moloch cuya oreja es una tumba humeante!

¡Moloch cuyos ojos son mil ventanas ciegas! ¡Moloch cuyos rascacielos se yerguen en las largas calles como inacabables Jehovás! ¡Moloch cuyas fábricas sueñan y croan en la niebla! ¡Moloch cuyas chimeneas y antenas coronan las ciudades!

(Esta deshumanización de las grandes ciudades modernas me recuerda a “Poeta en Nueva York” de García Lorca.)

¡Moloch cuyo amor es aceite y piedra sin fin! ¡Moloch cuya alma es electricidad y bancos! ¡Moloch cuya pobreza es el espectro del genio! ¡Moloch cuyo destino es una nube de hidrógeno asexuado! ¡Moloch cuyo nombre es la mente! (Mente sin alma, ni corazón, añado yo.)

¿QUIÉN ES MOLOCH?
Moloch o Baal es un dios satánico de los illuminati que pide niños para sacrificios. Así de cruel. Los sacrificios preferidos por Moloch eran los niños, especialmente los bebés, por ser los seres más impregnados de materia, característica que los adultos perdían con el tiempo al desarrollar su espíritu.

Fue un ‘dios’ satánico de origen cananeo que fue adorado por fenicios, cartagineses y sirios. Griegos y romanos lo identificaban con Cronos y Saturno, cuando se tragaba a sus hijos (que posteriormente serían conocidos como los dioses olímpicos para embellecerlos).

Ciertos miembros de la élite occidental, que ha sido influenciada poderosamente por costumbres de esta religión pagana ocultista, aún mantienen viva la adoración a este ‘dios’ demoníaco, al que rinden culto, y muchas representaciones en los principales iconos culturales han sido influenciadas por el poder de estos grupos.

Tanto como la pirámide truncada, venerada por toda la élite mundial, como el búho de la diosa romana Minerva, forma parte del billete de dólar norteamericano, lo que evidencia su importancia para quienes toman las decisiones en Washington.

En la mitología romana Minerva es la diosa de la sabiduría, las artes y la estrategia militar, además de la protectora de Roma y la patrona de los artesanos. Se corresponde con Atenea en la mitología griega.

Los animales consagrados a Minerva eran la lechuza, el dragón, la hormiga y el escarabajo. Se le dedicaban grandes sacrificios, de forma que cada tribu del Ática le dedicaba un buey, cuya carne se distribuía a continuación entre el pueblo. En ocasiones también la serpiente se le relaciona con su astucia y la sutileza de su belleza, con la sagacidad que este animal representa.

Precisamente el sacrificio ritual del toro, heredado de la Atlántida, formaba parte de la religión mistérica de Mitra o Mitraísmo, que era muy practicada por los soldados romanos y que se celebraba en grandes criptas subterráneas llamadas mitreos. La práctica del mitraísmo, como la de todas las religiones paganas, fue declarada ilegal en el año 391 por el emperador Teodosio. Curiosamente, sus ritos de iniciación se parecen mucho a los de los masones actuales.

MITOLOGÍA
Como resultado de una catástrofe ocurrida en el despertar de los tiempos, el espíritu de Moloch se había transformado a sí mismo en oscuridad al convertirse en materia. De acuerdo con las creencias fenicias, el hombre era la encarnación de esa misma tragedia, y para redimirse de ese pecado era necesario ofrecer sacrificios a Moloch.

Si bien las culturas cananeas adoraban a Moloch en la imagen de un Toro con un niño en los brazos, las protoculturas hebreas mantuvieron la tradición, pero cambiaron al toro por un búho, para no volver a adorar al becerro de oro. De modo que para la cultura occidental, este dios pagano esta directamente asociado con la figura de un búho, que representa el conocimiento frío, y sobre todo la vigilancia en forma disimulada que hoy se produce a través de la nueva tecnología electrónica.

RITO SANGRIENTO
Generalmente Moloch se representaba en una enorme estatua de bronce como una figura humana con cabeza de carnero o becerro, sentado en un trono y con una corona u otro distintivo de realeza, como un báculo. Dicha estatua estaba hueca, y la figura de Moloch tenía la boca abierta y los brazos extendidos, con las manos juntas y las palmas hacia arriba, dispuesto a recibir el holocausto.

Dentro de la estatua se encendía un fuego, que la ponía al rojo vivo, y se alimentaba continuamente durante el holocausto. En ocasiones los brazos estaban articulados, de manera que los niños que servían de sacrificio, se depositaban en las manos de los brazos abiertos de la estatua que, por medio de unas cadenas, se levantaban hasta la boca, introduciendo a la víctima dentro del vientre incandescente del ‘dios’ para achicharrarla viva.

Las madres condicionadas por esta religión arrojaban a sus propios hijitos vivos en el incandescente vientre de Moloch, el que esperándolos de brazos abiertos, devoraba por el fuego a sus pobres y pequeñas víctimas. Y para atenuar los llantos, la repulsa y el horror que sufrían los que asistían a tales escenas inhumanas, los inicuos sacerdotes de Moloch hacían tocar trompetas y redoblar tambores para sofocar la infernal melodía de los gritos de los inocentes.

Hay muchas reminiscencias actuales de esta costumbre tan ruidosa. En los templos de la India suena un gran estruendo de instrumentos musicales en el momento de la ofrenda o sacrificio al dios, así como en las ceremonias del budismo tibetano. En el circo romano también sonaba una fanfarria en el momento de la sangre o muerte de los gladiadores o animales, y esta costumbre se ha heredado en las corridas de toros actuales porque la orquesta de la plaza suena con mayor intensidad cuando el torero entra a matar. Hasta en el santo sacrificio de la misa católica sonaba antes un ruidoso racimo de campanillas.

Como se ve, todo hunde sus raíces en el pasado, y no hay nada nuevo bajo el Sol. El mito del eterno retorno. Hasta la elevación de la hostia sagrada ya era una costumbre de los antiguos sacerdotes egipcios, y el traje negro de las monjas procede de las sacerdotisas de la diosa Isis. Hay muchos más paralelismos entre lo antiguo y lo moderno, pero no acabaríamos nunca.

RELATOS ANTIGUOS
Plutarco relata que antes de que la estatua fuese llenada, se inundaba la zona con un fuerte ruido de flautas y tambores, de modo que los gritos y lamentos no alcanzaban los oídos de la multitud.

Diodoro Sículo escribió que había en la ciudad una imagen de bronce de Cronos con las manos extendidas, las palmas hacia arriba y cada niño que era colocado en ellas era subido y caía por la boca abierta dentro del fuego.

Teodoro también relata que los familiares tenían prohibido llorar, y que cuando Agatocles derrotó a Cartago, los nobles cartagineses creyeron que habían disgustado a Moloch, así que sustituyeron a los niños recién nacidos por sus propios hijos para el sacrificio. Intentaron compensar al dios realizando el holocausto con doscientos niños de las mejores familias ininterrumpidamente, llegando a sacrificar trescientos en total. La gigantesca estatua de bronce estaba al rojo, y las tropas que sitiaban la ciudad contemplaban el espectáculo horrorizados desde las murallas exteriores, que ya habían conquistado.

También lo relata Clitarco en un comentario sobre la República de Platón.- Al ver venir al Sumo Sacerdote de Moloch, vestido de túnica púrpura, color de pureza, le pregunté cuál es el origen del culto. Me contestó que en los tiempos primordiales hubo una gran catástrofe, y hoy en día, si no fuera por los sacrificios para fertilizar la tierra, serían piedras lo que se encontrase en ella. 
 
Entonces, en medio de una plataforma había una estatua de Cronos, con las manos extendidas sobre un brasero de bronce, las llamas que engullen a los niños. Cuando las llamas alcanzan el cuerpo, sus miembros se contraen y la boca abierta casi parece reír, hasta que el cuerpo contraído se desliza resbalando al fondo del brasero. Así es que a esta mueca se le conoce como “risa sardónica”, puesto que reíande dolor al morir por la contracción de la cara.

HISTORIA JUDÍA
Moloch aparece en el Primer Libro de los Reyes 11.7.- “Entonces Salomón hizo construir un gran edificio para Quemos, la abominación de Moab, en la montaña que hay frente a Jerusalén, y Milkom, la abominación de los hijos de Ammon.” Y en Levítico 18.21.- “Y no entregarás a nadie de tu descendencia a Moloch, ni profanarás el nombre de tu Dios: yo soy Yahvé.”

Más de quinientos años después de Abraham, Josué guió a los israelitas en el desierto a heredar la tierra prometida. Dios sabía que los israelitas eran inmaduros como niños y fácilmente distraídos de adorar al único Dios verdadero (Éxodo 32). Antes de que los israelitas ni siquiera habían entrado en Canaán, Yavé les advirtió que no participaran en la adoración de Moloch (Levítico 18:21) y repetidamente les ordenaba que destruyeran esas culturas que adoraban a Moloch.

Los israelitas no prestaron atención a las advertencias de Dios. En cambio, incorporaron la adoración de Moloc en sus propias tradiciones. Incluso Salomón, el Rey sabio, fue influenciado por este culto y construyó lugares de adoración a Moloch y otros dioses (1 Reyes 11:1-8). La adoración de Moloc ocurrió en los "lugares altos" (1 Reyes 12:31) así como en un barranco estrecho fuera de Jerusalén llamado el Valle de Hinom (2 Reyes 23:10).

A pesar de esfuerzos ocasionales por reyes piadosos, la adoración a Moloch no fue abolida hasta el cautiverio de los israelitas en Babilonia. (Aunque la religión babilónica era panteísta y caracterizada por la astrología y la adivinación, no incluía el sacrificio humano.) De alguna manera, la dispersión de los israelitas en una gran civilización pagana finalmente logró purgarlos de sus dioses falsos.

Cuando los judíos regresaron a su tierra, ellos se volvieron a dedicar a Dios, y el Valle de Hinom se convirtió en un lugar para la quema de basura y los cadáveres de criminales ejecutados. Jesús utilizó las imágenes de este lugar para describir al infierno -un fuego quemándose eternamente, consumiendo incontables víctimas humanas- donde “aquellos que rechazan a Dios arderían por toda la eternidad” (Mateo 10:28).

Como muchas otras deidades que aparecen en la Biblia, Moloch encontró un lugar en la demonología medieval europea. En ella aparecía como un demonio que encontraba placer en provocar el llanto de las madres, a las que robaba sus hijos. Según las tradiciones demonológicas, su fuerza era especialmente poderosa en el mes de diciembre, (coincidiendo con la Navidad).

EL CLUB BOHEMIO
En el norte de California, una de las ceremonias mas conocidas al culto de este dios se refiere a la que se realiza todos los fines de equinoccios de primavera en conjunción con las antiguas creencias druídas de la Europa Occidental. Esta ceremonia pagana se llama “Cremation of care” (cremación del cuidado o de la preocupación), e incluye un sacrificio humano probablemente.

El Club Bohemio (o “Bohemian Grove”) fue fundado en 1.872, y cuenta con cerca de dos mil miembros, exclusivamente masculinos igual que la masonería regular. Es una organización de tipo esotérico u oculto, donde se reencuentran altos dirigentes de la economía, de las finanzas y de la política.

Ellos discuten allí asuntos del mundo y se habla sobre estrategias políticas o económicas. Pero sobre todo, ellos participan en ceremonias paganas de inspiración druídica y a menudo satánica, particularmente con una hoguera nocturna delante de una inmensa estatua de búho, y que es de hecho una representación de Moloch y de Lilith, una divinidad sumeria. El búho es también el logotipo del Club Bohemio.

Los participantes son en su mayoría estadounidenses, a menudo próximos al Partido Republicano. Pero algunos europeos también fueron invitados, como Michel Rocard (exprimer ministro francés) Valery Giscard d’Estaing (expresidente francés, y diseñador de la Constitución europea), o John Mayor (exprimer ministro británico).

En el año 2.000, el documentalista Alex Jones se infiltró en este evento con una cámara oculta:

Esta reunión posee una seguridad increíble y apretadísima, muy parecida a la que se ve alrededor de eventos como las reuniones del Club Bilderberg.

También Alex Jones confrontó en otro vídeo a un miembro de Bohemian Grove:

ONCE LIBROS
Moloch aparece también en el poema épico "Paraíso perdido" de John Milton y en la novela de Jeff Lindsay "Dexter en la Oscuridad", así como el "El Abismo de Maracot" de Sir Arthur Conan Doyle, en el ensayo "Los demonios de Loudun" de Aldous Huxley, y su nombre lo toma como suyo el personaje antagónico de la novela "El Símbolo Perdido" de Dan Brown.

También aparece en el poema "Los motivos del lobo" del poeta nicaragüense Rubén Darío. Es figura destacada en la novela cartaginesa "Salambó" de Gustave Flaubert.
Se hace una breve mención, con el nombre de Baal, en la novela de Anne Rice "La reina de los condenados".
 
Aparece también en una breve descripción de lo que significa el estado burgués retratado por Herman Hesse en "El lobo estepario".

Moloch hace una aparición en la serie de novelas gráficas de Mike Mignola Hellboy, en la historia corta llamada “En la Capilla de Molloch”, al ser resucitado por un pintor obsesionado con Francisco de Goya al sur de Portugal. (Goya tiene otro estudio por sus dibujos siniestros.)

El nombre de Moloch también aparece en La conjura de los siete genios del Sabio Salomón”, muy utilizada por los gnósticos modernos. 

En “El Anticristo” del filósofo alemán Friederich Nietzsche se hace una referencia a Moloch en los aforismos iniciales.

También el poeta Bertolt Brecht menciona a Baal en su poema “Coral del Gran Baal”. 

OCHO PELÍCULAS
  • Aparece en la película de Fritz Lang denominada ‘Metrópolis’ (1.927) como un monstruo capaz de devorar a los trabajadores encargados de las máquinas de producción.
  • En ‘Cabiria’ (1.914), de Giovanni Pastrone, aparece de forma más similar con el aspecto tradicional del dios y sus sacrificios.
  • En la película del mismo nombre del director de cine ruso Aleksandr Sokúrov, donde el espíritu de Moloch es encarnado por un Hitler megalómano e infantil, aislado de la realidad en su "Nido del Águila".
  • En la película "Howl" del año 2.010, sobre el poema homónimo de Allen Ginsberg, Moloch aparece como una figura esencial en la trama.
  • En la novela gráfica ‘Watchmen’ uno de los personajes tiene el nombre de Moloch.
  • En la película “El Rito”, Baal es el demonio que posee al padre Lucas.
  • En la serie "Sleepy Hollow" (2013), Moloch es quien despierta al Jinete Sin Cabeza, llamando así al resto de los Jinetes del apocalipsis.
  • En la serie "Supernatural" hay un capítulo, el 18 de la temporada 12 (2017), que se centra en este dios.



    (*) Periodista

No hay comentarios: