MADRID.- La ministra de Economía, Nadia Calviño, como buena funcionaria
internacional maneja el lenguaje con soltura, dice lo que quiere decir
en cada momento y sabe escaparse de las preguntas que le resultan
incómodas con palabras y frases que finalmente no responden a la
cuestión planteada. Por eso mismo sorprende que, a la hora de hablar de
Bankia en público, haya abierto la posibilidad de que su privatización
no continúe, cuando sea, a través de la venta de paquetes sino en
bloque, concluye hoy Expansión.
Ayer, en un desayuno informativo organizado por Europa Press,
la ministra no quiso dar respuesta concreta a una pregunta acerca de si
el precio de referencia para una eventual privatización futura de
Bankia podía ser el de la última venta, que fue inferior al de la
primera, e introdujo en su contestación algo que hasta ahora no se había
planteado nunca por parte de los responsables económicos al decir que
"no es lo mismo vender un 7% que el control sobre Bankia".
Calviño
no quiso entrar en la discusión del precio exacto al que el Gobierno, a
través del Frob, podría desprenderse de acciones de Bankia, más allá de
que en las condiciones actuales de mercado no es conveniente, entre
otras cosas porque ello supondría empezar a aceptar que con este
Gobierno también se materializaría la no recuperación de parte de las
ayudas dadas a las entidades financieras en crisis.
Pero abrió la
puerta, no se sabe si con intención o no, a que, si alguna entidad
hiciera una oferta atractiva por el 67% de Bankia que hoy controla el
Estado, éste la aceptara.
Los actuales gestores de Bankia, con su
presidente José Ignacio Goirigolzarri a la cabeza, se han manifestado
siempre a favor de que la salida del Estado de Bankia se haga a través
de paquetes de acciones puestos en el mercado, de forma que la entidad
pueda seguir siendo independiente dentro del sector financiero español.
La
venta en bloque supondría cambiar drásticamente la estrategia seguida
hasta ahora y defendida por los gestores. Otra cosa sería que se buscara
un camino, difícil, que permitiera una operación corporativa con otra
entidad al tiempo que el Estado perdiera presencia en la resultante, de
forma que ésta fuera testimonial y durante un corto periodo de tiempo.
La declaración de Calviño podría estar dando ciertas alas a algo
parecido. Además, podría servir para cerrar la periódica discusión sobre
la recuperación de las ayudas dadas y la posible transformación de
Bankia en una entidad pública.
Todo
esto salió a colación porque la ministra dijo que "lo ideal sería
recuperar todo (las ayudas), pero somos conscientes de que el objetivo
de las mismas era garantizar la estabilidad del sistema financiero para
que éste pueda realizar su función esencial que es canalizar crédito a
empresas y familias".
Más adelante señaló que "Bankia aún no debe
privatizarse por el precio actual de sus acciones", y fue entonces
cuando introdujo el matiz de que "no es lo mismo (respecto al precio)
vender el 7% que el control sobre Bankia".
La ministra terminó diciendo
que el plazo de venta límite, fijado para finales de 2019, puede
retrasarse y que "no se ha descartado ninguna opción".
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