El nuevo y joven líder del PP Pablo Casado está muy verde y debería
de espabilar y rodearse de gente con talento y experiencia y sobre todo
de dirigentes no manchados con las tramas oscuras del último gobierno de
Rajoy y la anterior dirección PP como se vio con la inefable Cospedal.
Casado tiene dos citas decisivas en las urnas: las elecciones
andaluzas del 2 de diciembre; y las europeas de la primavera de 2019. Y
si el PP sale mal parado en estas citas, e incluso se ve superado por
C's, en ese caso serán muchos los dirigentes y militantes del PP que
exigirán primarias para elegir candidato a las elecciones generales (del
otoño de 2019) y en eso caso las miradas se volverán hacia Galicia en
busca de Alberto Núñez Feijóo.
Lo de Cospedal ha sido tremendo. Una mezcla de idiotez y temeridad.
Lo que ha tenido un pésimo final por no salir Cospedal huyendo de la
política cuando aparecieron los audios de Villarejo sobre Corina y
Delgado lo que anunciaba que sus audios y la revelación de su afición
por el espionaje (que le inculcó López del Hierro) estaban a punto de
estallar en la opinión pública como luego ocurrió.
Y ante semejante espectáculo Pablo Casado fue incapaz de cortar por
lo sano de manera inmediata y fulminante para apartar a Cospedal. Y
luego tarde y mal ha querido colocarse esa medalla que no le
corresponde.
Además Casado acaba de cometer otro serio error como fue el proponer,
vía Catalá (el exministro íntimo de Ignacio González y otro que debería
de estar fuera de la política), al magistrado Marchena para presidir el
Poder Judicial, cuando este juez es inamovible porque está designado ni
más ni menos que para presidir el juicio del golpe de Estado catalán.
Y ahora, mientras Sánchez les llama ‘pendencieros’ a él y a Albert
Rivera, Casado reconocerá el grave error que cometió cuando meses atrás
tildó a Rivera y Arrimadas de provocadores por retirar lazos amarillos
de las calles de Cataluña en defensa de la democracia y la libertad.
El
lugar, Cataluña, donde un ciudadano que llevaba una bandera de España
fue agredido por un fascista secesionista, lo que prueba la escalada de
la violencia que no cesa en territorio catalán.
Demasiado rápido va Casado buscando titulares con la escasa ayuda de
su ‘gracioso’ secretario general Teodoro García Egea que no sabe hacer
la O con un canuto y cuyas obras completas en política española nadie
conoce.
Aunque Casado pide tiempo pero de eso ya no queda porque las
elecciones en Andalucía están al llegar. Y ese será su primer examen
para ver si obtiene el máster en liderazgo político nacional. Aunque el
examen final será durante la primavera en las elecciones europeas que
son y serán el primer gran test nacional.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés
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