La acalorada competición entre las dos derechas para ver
cual de las dos utiliza munición de mayor calibre contra el Gobierno de
los 84 está dando alas a Vox, el partido de extrema derecha todavía
acampado fuera del Parlamento. A medida que el ruido aumenta, Vox sube. Y
en la Moncloa lo saben.
Ya son diversos los sondeos que señalan la posibilidad de
que el partido fundado en el 2013 por Santiago Abascal, José Antonio
Ortega Lara, Cristina Seguí, Ignacio Camuñas, con la pronta colaboración
de Alejo Vidal-Quadras, obtenga representación parlamentaria en las
próximas elecciones generales y asome la cabeza en algún ayuntamiento
importante.
La organización política que se anuncia como referente
español de Steve Bannon, el ideólogo de la victoria de Donald Trump en
Estados Unidos, podría obtener diputados por las provincias de Madrid,
Valencia, Alicante y Murcia.
No hay sillas vacías en sus actos públicos. Esta semana, una conferencia
de Abascal abarrotó el auditorio del periódico La Nueva España en
Oviedo. Aspiran a llenar hasta los topes la antigua plaza de toros de
Vistalegre el próximo domingo 7 de octubre. Y se harán notar en la
procesión cívica del Nou d’Octubre en València, abroncando, como cada
año, a las izquierdas.
Vox se alimenta del fenomenal ruido que en estos momentos emiten el
reencuentro del Partido Popular con José María Aznar y las ansias de
Albert Rivera para mantenerse en punta después del inesperado cambio de
escenario que trajo consigo la moción de censura a Mariano Rajoy.
En la
medida que la competición entre Casado y Rivera acentúa los mensajes
derechistas del Partido Popular y Ciudadanos, Vox gana esmalte. Sólo les
ha faltado proclamar que son el referente de Bannon en España. El
desgastado PP percibe el aliento de Vox en la nuca y ello explica, entre
otras cosas, el reciente apoyo de Casado al populista húngaro Víktor
Orbán, icono del nuevo autoritarismo europeo. A su vez, Rivera se ha
movido hacia la frontera de Ciudadanos con Vox para no dejar espacio de
recuperación al PP casadista.
“La liguilla entre las dos derechas alimenta a Vox y
compacta al centroizquierda; el ruido de las dos últimas semanas no ha
hecho perder apoyos electorales al presidente”, aseguran fuentes de la
Moncloa, con datos recientes sobre la mesa. La fuerte presión política y
mediática sobre Sánchez habría alertado a los electores de izquierda
del riesgo de un KO. fulminante de la nueva etapa política.
El analista electoral Jaime Miquel, el primero en
pronosticar el desmayo del bipartidismo, antes de que ese se hiciera
evidente en las elecciones europeas del 2014, viene advirtiendo desde
hace meses que Vox se encamina hacía los 800.000 votos, alimentándose
principalmente de desengañados del Partido Popular, abstencionistas y
jóvenes votantes atraídos por el lenguaje rompedor de la extrema
derecha.
Vox asoma por la esquina, pero no está del todo
claro que vaya a ser el único referente de Bannon. Los radares han
detectado al fundador de The Movement, la naciente coordinadora de
movimientos populistas europeos, sobrevolando el espacio aéreo de
Barcelona. Bannon siente interés por el independentismo catalán, en la
medida que podría ayudarle a poner en jaque a la Unión Europea. En estos
momentos busca interlocutores en Catalunya.
(*) Periodista y director adjunto de La Vanguardia
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