El Presidente del Gobierno cuando nadie se lo esperaba y tras su
peor semana desde que accedió a la Moncloa hace poco más de cien días,
ha propuesto este Lunes, en una intervención perfectamente preparada
por sus asesores, una reforma express de la Constitución para eliminar
cierto tipo de aforamiento. La propuesta será estudiada este mismo
viernes en Consejo de Ministros para que esté lista en el plazo de
sesenta días y para que salga adelante necesita el apoyo del Partido
Popular.
Arropado por representantes de la sociedad civil, del mundo de la
cultura y por los principales responsables del Ibex 35 y empresarios del
país, en un acto puramente mediático, el presidente del Gobierno, Pedro
Sánchez, ha intentado con el anuncio de esta medida recuperar la
iniciativa política que la ha tenido desde que inició su mandato, hace
poco más de cien días, con la moción de censura que supuso la caída del
ex presidente Rajoy y su llegada a la Moncloa.
La perdió la semana pasada, tras la polémica sobre su tesis doctoral-
a la que algunos siguen acusando de plagio, aunque no hay pruebas
contundentes del mismo, pero sí de su mediocridad- y la ha intentado
recuperar este lunes (ver en republica.com “Este lunes, tras su peor semana, Sánchez intenta tomar la iniciativa”)
con el acto mediático de hoy, a pesar de sus escasos 84 diputados y
unos apoyos parlamentarios muy puntuales y complicados, pero con una
oposición que todavía no se ha recuperado de esa censura y del cambio
producido al frente de la presidencia del Gobierno.
Horas antes del acto presidencial celebrado en la Casa de América, en
una entrevista en la Sexta, en el programa “El Objetivo” que presenta y
dirige Ana Pastor, el presidente que apareció tenso y, en algunos
momentos, contradictorio, iniciaba esa ofensiva política, anunciando que
no se querellaría contra los que atentan contra su honorabilidad
insistiendo en el plagio de su tesis y que además se niegan a
rectificar; que no comparecería en el Parlamento para explicar detalles
de esa tesis; que no convocaría elecciones porque la mayoría de los
partidos representados en la Cámara no las quieren y abrió todo un
futuro debate sobre las “Faces neas” en nuestro país. De su intervención
puede deducirse que aunque no se querelle contra periodista y medios
que siguen insistiendo en el plagio de su tesis doctoral, si acudirá a
la figura de demanda de defensa del honor…
Horas después, y tras anunciar la Moncloa a bombo y platillo, desde
poco antes de las seis de la mañana que se iba a hacer pública, a partir
de las doce de la mañana, una noticia importante, se anunciaba esa
noticia que afecta a la Reforma de la Constitución, un tema pendiente
desde hace años. Pero se trata de una reforma parcial, tan parcial que
sólo afecta a los aforamientos y tan parcial que no afectara a los
políticos en el ejercicio de su cargo, es decir, incluso a los que hayan
sido encausados por temas de corrupción si esas decisiones se han
tomado en el ejercicio de su cargo. Es decir una reforma “sui generis”…
El aforamiento supone la alteración de las reglas de competencia
judicial penal en “beneficio” de determinadas personas, que no pueden
ser investigadas en los Juzgados de Instrucción correspondientes y si
ante Tribunales Superiores. En España, al margen de lo que pueda afectar
a las fuerzas de orden público, los aforamientos afectan a más de
18.000 personas, algo tan desproporcionado que no existe en ningún otro
país del mundo.
Para esa reforma que tienen que votar los dos tercios de la Cámara,
Sánchez tendría que contar con el apoyo del Partido Popular, cuyo
presidente Pablo Casado, por ser aforado, está pendiente de una decisión
del Supremo sobre su Máster.
Igualmente esos cambios en los
aforamientos, teóricamente afectarían también a los políticos presos en
Cataluña ya que, todos estaban igualmente aforados, en el momento del
“procés”, con lo que no serian juzgados por el Tribunal Supremo, sino
por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Toda una jugada que no
saldrá pero que supone un golpe de imagen: Lo hemos intentado pero nos
lo han impedido. Sin tener en cuenta que la reforma de la Constitución
tiene que ser mucho más profunda que eso, aunque eso sea muy popular…
Por lo demás, parecidas promesas y objetivos conocidos ya sobre
desempleo, transición ecológica, igualdad de oportunidades de género,
cambio climático…Todo, ha repetido, para una España de 2030.
(*) Periodista y economista
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