Después de una entrevista fallida en La Sexta TV el Presidente
Sánchez ha vuelto a repetir su discurso de la ‘década prodigiosa’ ante
lo más granado del mundo financiero y empresarial español a los que
presentó su particular versión del cuento de la lechera con el objetivo
de alcanzar en 2030 su gran compromiso de ‘Justicia Social’.
Y para demostrar sus habilidades en el escenario el Presidente
cumplió su promesa de aportar una novedad y, ante el asombro de los
presentes, sacó de la chistera el conejo blanco de una reforma express
constitucional para acabar con los aforamientos políticos. Una vieja
cantinela de Cs con la que Sánchez pretende encandilar a su público
electoral como ya ocurre con la exhumación de Franco, o la reforma de
RTVE.
Aunque, dicho sea de paso, a estos tres conejos blancos de Sánchez
les quedan una infinidad de trámites políticos y administrativos para
dejar de ser una realidad virtual y, como en el cuento de Alícia, salir
del árbol encantado para convertirse en palpable realidad.
Luego, Sánchez les leyó a los poderosos caballeros del Don Dinero la
lista completa de sus pretendidas conquistas sociales sin presentar la
memoria económica de ese ingente aumento del gasto público, porque
parece claro que el Presidente no ha hecho las cuentas, ni piensa
hacerlas, lo que pone a los poderosos empresarios los pelos de punta
mientras recuerdan a ZP, el riesgo del déficit y la deuda sin control y
las secuelas de la reciente crisis financiera internacional.
Y los empresarios, ‘los ricos’ dándose codazos, se preguntan ¿de
dónde piensa sacar el Dr. Sánchez el dinero para el aumento de las
pensiones con el IPC, sufragar la pobreza infantil, la pobreza
energética, sanidad universal, más gasto en educación, en inmigración,
en I+D+I, en igualdad salarial, en autonomías, en clima y en ecología y
en la formación profesional, etcétera?
Pues muy sencillo, de ‘los ricos’ y poderosos por la vía fiscal,
piensa y dice Sánchez, como si creyera que el dinero que circula por
España en empresas y sociedades no pudiera fugarse legalmente y cambiar
de sede social (por ejemplo los Bancos), como ha ocurrido en Cataluña.
Y como podría ocurrir en el resto de España rumbo a cualquier otro
país de la UE con mejor fiscalidad como por ejemplo ya está pasando en
Portugal. Sin contar que, además del dinero, hay que contar las
inversiones que dan empleo y que ‘los ricos’ empresariales pueden, o no,
hacer en este país o en otros de nuestro entorno europeo con todas las
de la Ley.
Digamos, para no alarmar, que el discurso de ‘la década prodigiosa’
de Sánchez contra ‘los ricos’ es su punto de partida. Y una obligada
señal a Podemos para que Iglesias le siga apoyando. De la misma manera
que el Presidente hace continuas concesiones a PNVA, PDeCAT y ERC para
seguir dando pedales en su bicicleta de 84 escaños e ir convalidando
decretos, mientras avisa a los soberanistas del riesgo del regreso de la
derecha al poder y la dura respuesta judicial a los golpistas catalanes
que Sánchez, bajo cuerda, les promete rebajar con la ayuda de su
fiscala general.
Y ¿qué piensan los ricos de Sánchez? Pues que el Dr. prodigioso se
caerá de la bicicleta antes de lo que se imagina y que no podrá cumplir
con sus amenazas confiscadoras porque si la desaceleración económica
-que está enseñando las orejas y empieza a enseñar los dientes- avanza,
entonces la derecha española volverá a ganar las elecciones.
Y ganará con el PP y Cs cada uno por su lado salvo que Sánchez pise
por acción u omisión raya roja de la legalidad del desafío ilegal
catalán y en ese caso habrá una coalición de Rivera con Casado en
defensa del Estado y de la unidad nacional. Y, colorín colorado, el
nuevo cuento prodigioso de la lechera de Sánchez se acabará.
(*) Periodista y editor de www.republica.com
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