A Soraya se le está poniendo cara de chivito expiatorio y perdedor
mientras a su adversario Casado le crece la sonrisa porque acaba de
sumar el apoyo público de Cospedal y le dice a Santamaría que si quiere
unidad pues que se integre en su candidatura.
Al fondo de todo ello aparecen difusas las imágenes de Rajoy y Aznar,
el primero con Soraya y el segundo con Casado, como protagonistas de un
duelo simbólico y sin piedad entre los que fueron últimos presidentes
del Partido Popular.
Cuentan algunos dirigentes del PP como broma que ministros y altos
cargos del Gobierno de Pedro Sánchez se van a concentrar a las puertas
del hotel de Madrid donde este fin de semana se celebrará el Congreso
del PP exhibiendo una gran pancarta donde se podrá leer: ‘Gracias
Mariano’.
Y justo sería ese reconocimiento del PSOE a Rajoy porque el
expresidente le regaló todo el poder a Pedro Sánchez, al no dimitir en
la moción de censura como se lo pidieron muchos dirigentes de su
partido.
Pero a lo hecho pecho, y a Soraya se le saltan las lagrimas cuando
escucha el santo nombre de Mariano, mientras que a Aznar se lo llevan
los demonios cuando alguien le menciona a Rajoy.
Aznar -lo venimos diciendo desde hace meses- vuelve a la política si
gana Casado ‘para ayudar’ como dicen en FAES (por cierto excelente el
artículo de Cayetana Álvarez de Toledo en El Mundo, titulado
‘La mujer va a misa’) y si ganara Soraya volverá con más motivo para
montar otro partido. El que no regresará es Rajoy, que anda por los
montes de Galicia como alma en pena.
O sea que vamos a ver qué pasará el sábado durante la votación de los
compromisarios para saber quién se convierte en el próximo líder del
PP. Algo que no solo interesa a los militantes y votantes del PP sino
también a los del PSOE, C's, Vox y Podemos.
Al principio de las primarias y tras la primera votación parecía que
Soraya iba en cabeza en esta carrera singular. Pero ahora da la
impresión que es Casado quien lleva la delantera y que esa tendencia
puede mejorar a pesar de que el coronel de la reserva Javier Arenas y su
asistente particular el soldado Bonilla no dejan de conspirar.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés
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