domingo, 4 de febrero de 2018

Puigdemont dispuesto a terminar con todos y con todo / José Oneto *

Este domingo se cumplen Cien Días de la intervención de la Autonomía de Cataluña, por la aplicación del artículo 155 de la Constitución, tras la declaración unilateral de Independencia (DUI) por el Parlamento catalán, y no parece que el principal responsable de esa Declaración, el expresidente Carles Puigdemont, tenga el mínimo interés en que desaparezca esa intervención del Gobierno central. 

Es más, parece estar encantado con el bloqueo político en el que se encuentra Cataluña tras su negativa a pronunciar un discurso de investidura presencial por temor a ser detenido según la orden que tiene emitido el juez del Supremo, Pablo Llarena.

Su actitud después de reconocer en unos mensajes de móvil que daba todo por perdido, que había sido traicionado, que tiraba la toalla y se dedicaba a defenderse ante los Tribunales porque había ganado el Gobierno central, ha sido enrocarse e iniciar una guerra individual, dispuesto a llevarse lo poco que queda por delante, tras ese Referéndum ilegal y esa Declaración, que no ha servido de nada y que ha sido ignorada por todas las cancillerías internacionales. 

Su actitud, según fuentes cercanas a él, es de venganza contra quienes le han traicionado, especialmente contra Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), que insiste en que dé un paso atrás y proponga el nombre de un candidato que no esté investigado por el juez Llarena, por graves delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos.

Por lo pronto, ya ha conseguido que todos estén enfrentados con todos. Los de JuntsXCatalunya, la  plataforma impuesta por él para participar en las elecciones, contra  los del PDeCat, que han quedado descolgados y en el aire sin saber si quien manda en el partido es Marta Pascal o Elsa Artadí; los de JuntsXCat contra Esquerra Republicana de Cataluña (ERC); los de Esquerra contra el PDeCat y contra el entorno de Puigdemont; los de la ANC (Asamblea Nacional de Cataluña) cuyo presidente, Jordi Sánchez, va de numero dos con el expresidente fugado, contra los de Ómnium Cultural, que le piden a Puigdemont un sacrificio y generosidad, para encontrar una solución que permita volver a la normalidad. Se ha roto incluso la unidad entre la ANC, que ha sido tomada por los mas anti-sistema y, Ómnium Cultural que quiere la vuelta a la normalidad cuanto antes.

Por eso, enrocado en el legitimismo, todos los intentos de llegar a un acuerdo razonable para terminar con la intervención de la Autonomía han fracasado. El último, el propuesto por Oriol Junqueras desde la cárcel de Estremera, para el que se contaba con el apoyo de un sector del PDeCat. En este sentido, sectores de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC),  y del PDeCat (el partido de Convergencia con el que Puigdemont, prácticamente rompió, al formar una lista bautizada como Junts X Catalunya con la que ganó a Esquerra en las elecciones del pasado 21 de Diciembre) pretendían poner en marcha  una doble investidura en el Parlament catalán ante la actual situación de bloqueo en la que se encuentra la política catalana.

Según este plan antes de la investidura de un nuevo candidato propuesto por Puigdemont, el Parlament aprobaría una proposición de resolución, sin efectos jurídico, ya que, probablemente seria invalidada por el Constitucional, como Presidente legitimo de Cataluña que no puede ejercer por las medidas represivas del Estado y otro Presidente, no contaminado por procesos judiciales que ejercería el cargo plenamente, es decir, un Presidente decorativo, sin poderes en Bruselas, alojado en Waterloo en un palacete que sería su domicilio y también sede de una República en el exilio, y otro, efectivo en Barcelona.

Ese plan fue pronto desbaratado por un Puigdemont avergonzado por la publicación de unos mensajes de móvil en los que se demostraba su doble juego, y su doble lenguaje, con un nuevo video dirigido a la ANC en el que insistía en que no desfalleciera “por mas dificultades que haya, por más represión, por más injusticia y por más gente en la cárcel”, rechazando las peticiones de Esquerra, de muchos militantes del PDeCat, de Ómnium Cultural, y de otros sectores independentistas, parar un desbloqueo de la situación, evitando así unas nuevas elecciones que es lo que, por lo menos su círculo mas próximo, ha empezado a defender.


(*) Periodista y economista


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