martes, 19 de diciembre de 2017

Buscan investigadores para explorar el potencial de la ganadería extensiva, la trashumancia y las vías pecuarias de nuestro entorno


MURCIA.- El pastoreo es uno de los responsables de la conservación de la biodiversidad, permite la lucha contra los incendios y favorece una alimentación natural. Por su repercusión, el grupo de investigación Sanidad de Rumiantes de la Facultad de Veterinaria de la UMU quiere reclutar un equipo multidisciplinar con el objetivo de poner en el foco de mira el estudio y la protección de la trashumancia, así como de las vías pecuarias de nuestro contexto geográfico.

Este proyecto busca que se abarque dicho tema tratando diversos enfoques de investigación como Biología, Botánica, Ingenierías o Geografía a campos generalmente más alejados de la Veterinaria como la Historia, Filología, Derecho, Turismo, Economía, Filología e incluso Ciencias del Deporte, por el uso de las vías para actividades deportivas como el senderismo o ciclismo. En definitiva, implicar a todas las disciplinas que afectan al entorno.
Su objetivo es sacar a relucir la importancia de la ganadería extensiva y contribuir a recuperar gran parte de los caminos de trashumancia de ganado que se encuentran en la Región, un total de 2.750 kilómetros lineales y una extensión 7.360 hectáreas que, además de contener otras infraestructuras como abrevaderos y descansaderos, nos conectan con el pasado histórico de los trashumantes que, desde los Montes Universales (Teruel) venían a la invernada a Murcia o Alicante a través del Cordel de los Valencianos. 
Una vía que forma parte de la Red Nacional de Vías Pecuarias, y que se suma a las que canalizaban la producción de cordero segureño, desde el Noroeste y la Sierra del Segura hacia el Mercado de Alcantarilla o el Puerto de Cartagena.
Además, este año se ha declarado la Trashumancia "Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial (Real Decreto 385/2017)" y, entre otros detalles, se destaca que "la actividad ganadera trashumante ha aunado históricamente el aprovechamiento de los recursos naturales y el ganado mediante la denominada "cultura pastoril trashumante", produciendo interrelaciones familiares, sociales, económicas, patrimoniales y biológicas y modelando y contribuyendo a la cohesión y vertebración del paisaje peninsular."
"La imponente red de vías pecuarias es un fabuloso patrimonio protegido por la Ley 3/1995, de dominio público y único en el mundo, que debemos conservar por su valor patrimonial, ecológico y económico y, dada su prioridad para el tránsito ganadero recogida en la ley, para permitir su utilización a los escasos rebaños que aún practican esta ganadería sostenible y que cada vez tienen más problemas para desplazarse" explica Antonio Contreras, responsable de la iniciativa.
Estas vías forman parte del legado de la Corona de Castilla, que mantuvo la hegemonía del comercio mundial de la lana durante siglos. Fue Alfonso X el Sabio quién impulsó su protección en Castilla en el siglo XIII, siguiendo la iniciativa de Jaime I, quién les dio amparo legal en Aragón medio siglo antes. Esta protección ha permitido su conservación durante más de 8 siglos, y actualmente nuestras vías pecuarias se extienden por más de 125.000 kilómetros de longitud y 400.000 hectáreas, según cifras de 2012.
"Pese a ello, en la Región de Murcia la protección de estas vías es muy precaria y la Comunidad Autónoma apenas ha deslindado un 1% de los kilómetros totales de su extensión" explica el investigador. Este camino de recuperación sí ha sido recorrido por otras provincias como Extremadura, la cual mantiene protegido más del 60% por ciento de sus caminos según Ecologistas en Acción.
Aunque en Murcia se explota mayoritariamente una ganadería intensiva, existen extensas áreas de pastoreo para su aprovechamiento por parte de rumiantes, sobre todo ovino, junto a un destacable censo de ovino segureño, especialmente en el Noroeste de la comarca con 990 explotaciones y 388.246 cabezas en la región. 
Debido a la marcada estacionalidad, estos rebaños aprovechan los pastos de la Sierra del Segura durante el verano y trashuman en otoño, a pie, hacia las zonas de invernada, dehesas en Sierra Morena. Este núcleo de trashumantes, junto a los de los Montes Universales (Teruel), constituyen los mayores contingentes de ganaderos que mantienen la trashumancia viva en nuestro país.
La conservación de estas vías de pastoreo, y en especial la ganadería extensiva, aporta numerosos beneficios a la sociedad más allá de la obtención de carne, leche, lana y pieles de mejor calidad, disminuyendo la disminución de residuos ambientales, aumentando la seguridad de los consumidores; obteniendo recursos sostenibles de zonas despobladas y favoreciendo el mantenimiento del medio rural. 
Asimismo, estos espacios albergan "especies protegidas como la avutarda, aves necrófagas entre las que destaca el quebrantahuesos o incluso el lince ibérico; estas últimas en vías de extinción y protegidas por proyectos Life, que tienen en el rebaño un importante sustento al aprovechar sus cadáveres o depredar sobre sus corderos" comenta el investigador de la UMU.

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