La Rusia de
Putin estaba al acecho desde hace mucho tiempo. La máquina de
propaganda del Kremlin venía sembrando cizaña, suavemente pero sin
solución de continuidad. Y ahora, en estos momentos cercanos al
desenlace, sea cual sea, ya ni siquiera aparenta: se frota las manos
por los beneficios que puede obtener de la crisis catalana. Lo
constata esta frase: ‘El aparato estatal de propaganda de Rusia,
incluyendo su portavoz Julian Assange, ha apoyado enérgicamente a
los separatistas’.
El
entrecomillado pertenece a un editorial que publica este jueves The
Washington Post. El diario de la capital de EEUU que hundió al
presidente Nixon en 1974 tras destripar el Watergate es actualmente
propiedad de Jeff Bezos, el dueño de Amazon. Es uno de los grandes
periódicos que se suma en su página noble a otros medios para pedir
cordura a Puigdemont y sus compis secesionistas. Estos últimos días se
han pronunciado en el mismo o similar sentido Financial Times, The
Economist, Le Monde y The Wall Street Journal, entre otros.
No sólo se lleva Puigdemont el rapapolvo. También hay para Rajoy, y
se ve en el mismo título del editorial: ‘Toda la crisis catalana es
gracias a dos dirigentes inflexibles’. Pero no es lo mismo reaccionar
con dureza contra la ilegalidad, como la actuación de la policía el 1-O,
que la ilegalidad misma. También aquí hay niveles de insensatez, y el
WP lo deja meridianamente claro.
Como en este párrafo: ‘Puigdemont persiste en su amenaza de que el
Parlamento catalán vote sobre una declaración formal de independencia.
Eso agradaría complacería a sus socios de coalición, la izquierda
radical de la CUP’. Eso ‘explica en parte’ la entrada en liza de Rusia,
según el periódico. Y añade: ‘Moscú celebraría que el choque entre Rajoy
y Puigdemont desestabilice la democracia española’.
¿El pecado de Rajoy? Eso, su intransigencia. Lo malo es que el WP,
igual que otros medios internacionales, no acaba de distinguir entre
dialogar para solucionar algo y ceder al chantaje del Govern, que sólo
ha querido dialogar con la condición previa de hacerlo únicamente sobre
la modalidad y plazos de la independencia. Por eso el editorial censura
lo que llama ‘remedio drástico’: activar el artículo 155 de la
Constitución. Pero no sopesa cómo actuarían los tribunales
norteamericanos y la Casa Blanca si hubiera un caso de ese tenor en
Texas, California o cualquier otro estado.
No obstante, el WP pone el acento sobre el president de la
Generalitat: ‘Insistió en ir adelante con un referéndum de independencia
contra el dictamen del Tribunal Constitucional y el sentimiento de la
mayoría de sus conciudadanos, y ahora se niega a renunciar a la
declaración de independencia’.
Y sigue: ‘Hay pocas dudas de que el Govern, una coalición de
nacionalistas y de extrema izquierda elegida con menos de la mitad de
los votos, se saltó la Constitución’. Más aún: el resultado oficial del
1-O es ‘un mandato hueco’, y toda Europa, y la Administración Trump en
EEUU, ‘se han alineado con el Gobierno de Madrid’.
(*) Periodista
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