miércoles, 30 de agosto de 2017

El Gobierno sigue sin aclarar el coste para el Estado del rescate de las autopistas en quiebra

MADRID.- El Gobierno man­tiene sus plan ori­ginal para que las nueve au­to­pistas que­bradas -fundamentalmente las de­no­mi­nadas ra­dia­les- re­viertan al Estado el 15 de enero de 2018. En cam­bio, resta por di­lu­cidar la parte esen­cial del pro­blema del res­cate: el coste que el Estado de­berá pagar a los fondos que com­praron la deuda (reclaman más de 3.000 mi­llo­nes) y la com­pen­sa­ción que re­claman las cons­truc­toras afec­ta­das, otros 2.000 mi­llo­nes. En esen­cia, queden mu­chos flecos pen­dien­tes, de los que al­gunos pueden acabar en los tri­bu­na­les. 

El gran dilema por resolver está en la cifra que los hedge fund reclaman -más de 3.000 millones de euros-, y la cantidad que el Ministerio de Fomento admite abonar y que no supera los 2.000 millones. Este el principal punto en discordia y que, por supuesto, más quebraderos de cabeza va a dar al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y al titular de Fomento, Íñigo de la Serna.
Desde el estallido de la amenaza de quiebra, la compensación económica que, primero, reclamaban los bancos, y ahora los fondos de inversión adquirientes de dicha deuda, ha sido y es el gran caballo de batalla. En los dos últimos años, se ha producido un baile de cifras que van, desde los 2.200 millones que ha fijado la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), los 3.500 millones que estima el Tribunal de Cuentas y la cifra de 5.500 millones que considera la patronal de la construcción Seopan.
Esta es la madre del cordero de todo el proceso y el punto clave de la negociación con las partes afectadas. El resto, tal y como ha quedado publicado en el Boletín Oficial del Estado, queda muy claro. La Sociedad Estatal de Infraestructuras Terrestres (Seittsa) asumirá el 100% de las obligaciones de conservación, explotación y licitación de las nueve autopistas que saldrán a concurso.
Las nueve autopistas que se hallan en concurso de acreedores son las cuatro radiales de Madrid, 2, 3, 4 y 5, la M-12 de acceso a Barajas, la AP-36 Ocaña-La Roda, el tramo de la AP-7 Cartagena-Vera, la circunvalación de Alicante y la autopista Madrid-Toledo. Las ocho primeras pasarán en enero próximo a depender de Seittsa, mientras que la de Madrid-Toledo lo hará en abril.

Privatización por bloques
El Ejecutivo quiere que las nueve autopistas vuelvan a manos privadas antes que concluya 2018. En un principio, la relicitación de cada una de ellas se hará por separado pero la intención del ministro Íñigo de la Serna es colocarlas en paquetes para que la venta sea más atractiva.
Fomento estima que, el conjunto de carreteras generen en 2018 un beneficio neto de 34,4 millones de euros, una cifra que no llega para cubrir el coste que el Estado deberá asumir, unos 3.000 millones de euros, en concepto de Responsabilidad Patrimonial de la Administración (RPA). Los ingresos previstos para el próximo año ascienden a 103,7 millones de los que 93,5 millones corresponden a peajes y 10,2 millones a ingresos de explotación de las áreas de servicio.
Por esa razón, el Ejecutivo quiere cerrar todo el proceso de privatización en el ejercicio 2018 para que así no afecte al déficit público, ya que generaría un grave problema ante Bruselas. El Estado deberá añadir otros 550 millones en concepto de préstamos participativos, que se concedieron para construir las citadas vías y que la Administración Central no cobrará.

Las exigencias de la oposición política
Por otro lado los tres grandes partidos de la oposición, PSOE, Podemos y Ciudadanos, se han mostrado muy duros con el Gobierno y le exigen responsabilidades por el rescate de las nueve radiales en quiebra. Los tres partidos quieren saber por qué se construyeron unas infraestructuras basadas en “cálculos erróneos” en cuanto a previsiones de tráfico y por las que se tuvieron que pagar elevados “sobrecostes” en la expropiación de los terrenos para su construcción.
El PSOE ha demandado que el Gobierno explique “cómo aquellos gobiernos tomaron decisiones en las que se pudieron equivocar tanto”, como para que suponga un coste a los ciudadanos de más de 5.500 millones de euros”. En el caso concreto de Ciudadanos, pide se realice una auditoría de las empresas concesionarias, con el fin de que éstas asuman también parte de ese coste.
Las empresas afectadas reclaman, por su parte, ser indemnizadas por los sobreprecios practicados en la expropiación de los terrenos expropiados. Las constructoras exigen por este concepto unos 2.500 millones que se les adeuda por las expropiaciones que debieron realizar para ejecutar los proyectos.
El plan diseñado en la etapa de Ana Pastor como ministra de Fomento era integrar las nueve radiales en una empresa pública tras aplicar una quita del 50% sobre la deuda que soportan de unos 3.400 millones de euros y convertir el resto del pasivo en un bono con una retribución garantizada durante 30 años del 1%.
A esta propuesta de la primera legislatura de Mariano Rajoy no se llegó a ningún acuerdo por lo que el Ejecutivo ha decidido rescatarlas radiales y volver a privatizarlas, en un momento en el que el tráfico está aumentando gracias al crecimiento económico.

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