Durante todo su mandato, el presidente de los sobresueldos estuvo quejándose de la herencia recibida
de Rodríguez Zapatero. Luego, en la campaña electoral advirtió muy
serio y repetidas veces que votar por el PSOE o por Podemos o por
cualquiera que no fuera él y la partida de presuntos malhechores que
encabeza sería "poner en peligro lo conseguido", dando por supuesto que
se había conseguido algo.
Y, en efecto, algo se ha conseguido.
Esto:
Un déficit del 5% que obligará al siguiente gobierno a un recorte de 24.000 millones de €.
Una deuda pública del 100% del PIB que los españoles tardarán más de veinte años en pagar.
Un fondo de reserva de la seguridad social vacío, esquilmado en 40.000 millones de €.
Un
paro de más del 25%, como cuando este pájaro entró a destrozarlo todo
apoyado en los once millones de votos más estúpidos de la historia del
mundo.
Más de dos millones de emigrantes que han tenido que marcharse del país en busca de trabajo.
Más de dos millones de emigrantes que han tenido que marcharse del país en busca de trabajo.
Entre
otras muestras de su absoluta incompetencia y su infinita capacidad
para el robo y el trinque. Ya que este resultado alucinante no es solo
producto de la inepcia y la estupidez. Su política ha sido de rapiña y
saqueo de todos los caudales públicos en todos los niveles de gobierno,
municipal, provincial, autonómico y central aplicada por un partido que
es más partida de presuntos ladrones que otra cosa. Una banda de
auténticos sinvergüenzas que han estado llevándoselo crudo en estafas,
desfalcos, malversaciones, contrataciones indebidas, financiaciones
ilegales, tarjetas black, comisiones tramposas, subvenciones a los
amigos, enchufes y mamandurrias de todas clases. Unos tipos que han
arruinado el país con sus latrocinios sistemáticos.
Y
esta gentuza tiene el morro de presentarse de nuevo a las elecciones
porque todavía habrá imbéciles que los voten para que sigan robando.
Las dos preguntas inmediatas son:
1ª)
¿qué estaban haciendo los medios en estos años? La vista gorda más
descarada y los ditirambos más vergonzosos porque en su inmensa mayoría
estaban comprados por la partida de facinerosos con dineros públicos .
2ª)
¿y la oposición? Aun menos. Y, encima, no era necesario comprarla dada
su evidente inutilidad. Le bastaba con cobrar su sueldo y pillar alguna
tarjeta black de vez en cuando.
(*) Catedrático emérito de Ciencia Política en la UNED
No hay comentarios:
Publicar un comentario