domingo, 22 de marzo de 2009

El problema del agua, sin solución: el trasvase Tajo-Segura no es factible a medio plazo

MADRID.- “Precisamente, esta marcha no es parte de la solución, sino del problema”. De esta manera un ciudadano de a pie, Jesús Sánchez, economista, interpretó el miércoles por la mañana en un diario local murciano la manifestación que se preparaba para esa misma tarde y a la que asistieron 200.000 personas, según cálculos independientes, 400.000 según la Policía Local, y 500.000 según el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS), según recoge 'El Confidencial'.


La convocatoria para defender la continuidad del trasvase del Tajo al Segura y pedir la no aprobación del nuevo Estatuto de Castilla La Mancha, que prevé su final para 2015, no aportó nada nuevo. Ni siquiera la confrontación del número de asistentes. Ni la división intrapartidaria que no sólo divide a socialistas y populares murcianos, valencianos y almerienses, de un lado, y manchegos, de otro, sino también a las sociedades civiles de sus respectivas regiones.


Pero sí confirmó que unos y otros prefieren aferrarse a posiciones ya sabidas e inefectivas en vez de plantear alternativas posibles de futuro para solucionar un problema conocido. Pues conocido es que, desde su inauguración, el Tajo sólo ha podido en un año, el 2000, aportar al Segura los 600 hectómetros cúbicos fijados por ley. Los pantanos de Entrepeñas y Buendía no almacenan en la historia reciente del acueducto agua suficiente para abastecer a la cuenca del Sureste de acuerdo con las previsiones legales.


Y esa carestía viene agravándose y haciéndose más patente según avanza el tiempo. Así, la sequía que en este año hidrológico 2008/2009 parece acabarse ha sido más grave que la que agostó España y especialmente el Mediterráneo entre 1993 y 1998. Las previsiones en función del cambio climático inexorable no son halagüeñas para quienes confían en seguir abasteciéndose desde la cabecera del Tajo.


Sorprendentemente, desde el Partido Popular valenciano y murciano se han metido todos los palos que se han podido en las ruedas del carro de una posible alternativa, que era el Plan AGUA del Ministerio de Cristina Narbona, al tiempo que se clamaba por la recuperación de lo imposible -el trasvase Ebro-Segura- y el mantenimiento de lo difícil, el Tajo-Segura. En esto último han encontrado colaboración contradictoria incluso de PSOE e IU locales.


Y, eliminada Narbona del Gobierno, no está claro que la ministra Espinosa esté tan decidida como lo estaba su antecesora a ejecutar rápida y eficientemente esa red de desaladoras, desalinizadoras, nuevas conducciones, explotación de nuevos acuíferos -que haberlos, haylos- etc, prevista en el AGUA y apoyada solamente y sin muchos ambages por ecologistas en general.


Innegable es, por otro lado, que en Murcia y en Valencia, en la cuenca del Segura en especial, se ha avanzado mucho en el aprovechamiento y ahorro de hasta la más mínima cantidad de agua. Los Gobiernos regionales del PP y la administración central tanto popular como socialista han trabajado duro en ello.


Pero no se ha puesto el más mínimo coto al uso indiscriminado de agua para el macronegocio inmobiliario ahora hundido de complejos residenciales vacacionales con campos de golf incluidos, provocando que existan serias y muchas dudas acerca de la utilización del agua trasvasada desde el Tajo para los fines que marca la ley del Trasvase.


Curiosamente, en la manifestación multitudinaria del miércoles en Murcia no hubo ni una sola referencia a este problema real, constatado y grave. Ni tampoco a la única supuesta alternativa al Tajo-Segura que ha vuelto a alinear a socialistas y populares en función de su procedencia geográfica y no en razón de sus discursos políticos: un posible canal desde el Tajo extremeño hasta la cuenca del Segura. Más de lo mismo.


Con este panorama radicalizado en lo insoluble -el Tajo-Segura- e ignorante de lo necesario -una alternativa real y factible- la solución a los problemas hídricos no es factible a medio plazo. A ello contribuye además, la falta de coherencia del Gobierno actual de Rodríguez Zapatero con respecto a sus políticas hidráulicas pasadas y su inoperancia para trazar el futuro. La pregunta sigue siendo la misma: ¿Se puede cimentar el desarrollo sobre un recurso del que no se dispone?

5 comentarios:

TARIN MARIN dijo...

Acertadísimo el análisis: No se puede administrar lo que no hay.
Estoy totalmente de acuerdo. O tomamos conciencia de que los recursos naturales no son mercaderías o estamos listos. España es un pais semiárido en su mayor parte. Esa semiaridez es lo que habrá que administrar más que soñar con paisajes imposibles tipo "Heidi".
La naturaleza nos lo dice cada día, pero nuestros dirigentes no la escuchan. Y... es que como decía Ortega para que haya una discusión verdadera, un auténtico debate todas las parte deben buscar la VERDAD, no su conveniencia partidaria o tribal.
Además, por favor, que dejen ya de hablar de "agricultores". En Europa, como diagnosticó certeramente John Berger, ya no quedan campesinos.Paradójicamente han acabado con ellos las "empresas agrárias". Lo rural vive sólo en el recuerdo y en la marca de un negocio turístico nada rural. ¿no sé si me entiende?

Anónimo dijo...

¡Esto es Murcia!, más protagonismo para Vidal Coy, ya que es el que escribe este artículo.

Anónimo dijo...

El problema de fondo es que los "agricultores" creen que el agua les pertenece y es suya por derecho. Ahí empieza la ráíz del problema. Esto es cierto por los derechos históricos existentes en el regadío tradicional. Pero lo del trasvase, que no es todo el regadío de Murcia, sino un regadío industrial, es otra historia. Por tanto, parece lógico priorizar la asignación de dotaciones en caso de escasez a los usos más rentables socioeconómica y ambientalmente hablando. Y en esto se ha de ver muy mucho la creación de empleo y la sostenibilidad del uso del recurso.

Anónimo dijo...

¿Porqué no se publica la cifra de asistentes por alguien que no sea el PP o los lacayos que fueron detrás de ellos? Vergonzoso ver a la cúpula del PSOE detrás de pancartas comparando a Zapatero con Hitler. Están donde les corresponde: en el fondo. Parece que estudiando seriamente la participación en la "cabalgata" no había ni la cuarta parte que dicen.

TARIN MARIN dijo...

¿Qué tiene que ver que "esto" sea Murcia, Zamora o Badajoz, para el asunto que nos ocupa?. La cuestión es como administrar la escasez del RECURSO. Así lo entiendo yo, al menos. La alusión a Murcia, Cuenca, Soria o Castellón es, en este caso, adjetiva.