La prensa de papel tiende a desaparecer en Murcia / Apunte de Argárico

Con la desaparición el mes próximo del gratuito "Nueva Línea" (remedo infumable de aquel gran periódico que resultó ser la mejor escuela local de periodistas murcianos de la segunda mitad del siglo XX) se inicia un doloroso proceso que la prensa digital en Internet y la crisis económica global no hacen más que acelerar por días ante la orientación de la anterior, más al anunciante que al lector, con lo que eso implica de falta de sentido para el rol vital que se le supone en una democracia que fuese de verdad auténtica.

Apenas se vende ahora prensa diaria autóctona de papel y hasta de forma alarmante comienza a dejarse de vender la nacional de más calidad (El País, El Mundo, Abc, La Vanguardia) de modo perfectamente perceptible a pie de kiosco. Esta es la pura realidad ante OJDs y EGMs, que nos hablan, parece, que de otra realidad virtual y mucho más de cara a ingenuos anunciantes, o no tanto.

La lealtad está muriendo por días porque el otro puso los cuernos primero. Las promociones, a modo de forceps de marketing para engordar ventas, ya no funcionan. Y no es una solución, ni estética, falsear tiradas regalando cientos de ejemplares por taxis, hospitales y colegios obviando el precio portada. ¿Se paga el IVA del ejemplar no cobrado y regalado? Es sólo una pregunta al aire a ver qué piensa y dice la Agencia Tributaria ante las trampas del cisne antes de su canto.

El fenómeno no es exclusivamente nuestro pero la debilidad estructural de nuestras empresas informativas localizadas y su excesiva dependencia publicitaria de presupuestos públicos y semipúblicos, así como de oligopolios y entes subvencionados, en tiempos de crisis también fiscal, la exponen ahora a todos los riesgos imaginables hasta por los legos.

Entre otros, fuertes impagados ante una eficacia publicitaria más que discutible y unas tarifas nada en consonancia con los resultados de la inversión. ¿Cuánto debe, es un ejemplo, "Polaris World" a la gaceta decana local? ¿Cuánto "Trampolín Hills" a los advenedizos? El multimedia mal entendido y peor ejecutado se ha visto que no es la solución catódica para contrarrestar la cuasi irreversible agonía del papel-prensa. Y la gratuidad por la gratuidad, tampoco.

Además, la voracidad del canal público de televisión "La 7" va a precisar de todos los recursos públicos disponibles ahora, y más, en detrimento de las necesidades mínimas de financiación de los soportes más obsoletos en descomposición. El dinero parece que ahora solo quiere jugar en casa. Y no servir con tongo para cuentas de resultados foráneas a cambio de favores y silencios calculados.

Internet está siendo, además, el arma con la que rematar unos productos descafeinados de compromiso con la sociedad civil, faltos de suficiente calidad y a la defensiva, elaborados por mileuristas muy mal preparados en el oficio y de una cultura general periodística más que deficiente, que ni siquiera discutible. ¿Merece la pena su rescate o pasamos página histórico-mediática? Todo indica que en 2009 ya no habrá tanto dinero público para moribundos sin horizonte. Porque alguno se llevaba de aquí hasta 18 millones de euros limpios al año, aún siendo enfermo crónico.

Todas las plazas de redactores pre, o jubilados, de cierto perfil profesional, quedan ya amortizadas en nuestra prensa local por un puro ahorro de costes sin pensar en el lector. Y porque precisamente la ausencia de ese horizonte de rentabilidad económica y social se disipa por momentos y aconseja vivir al día hasta que dure la cuerda. Pero, ¿cuánto le puede quedar?

Constatado el fracaso de la prensa de distribución gratuita y su más que baja calidad -hablamos del bodrio anterior, "Crónica del Sureste", "Qué" y "20 minutos"- no cabe achacarle arte ni parte en la lenta agonía de la prensa de pago y papel en nuestra región. Las causas son absolutamente otras y no cabe repartir culpabilidades con terceros sin hacer antes exámen de conciencia. Desaparecerán todos los advenedizos y seguirá inexorable el destino de los otros.

Agonía perfectamente confirmable en los puntos de venta que van quedando -han desaparecido más del 70% en los últimos cinco años ante la ausencia de venta- y se podría explicar, además, bajo dos argumentos de base: incapaz de satisfacer ya las necesidades de la curiosidad del lector inquieto, y por tanto exigente, e incapaz de conjurar los efectos de una cultura general media que tiende a bajar entre la población más joven.

Tras la desaparición gradual, más que previsible, de todos los gratuitos por falta de lectores y anunciantes, entre 2009-2010, cabe preguntar qué puede pasar con "El Faro" (fuertemente apoyado desde San Esteban) y con una tirada más que exigua pese al titánico esfuerzo de sus jovenes y no muy bien pagados redactores. Hay quien se teme lo peor vista la actual deriva del producto y la nula asimilación de la marca por la sociedad regional murciana después de tanto tiempo.

Luego quedan las otras dos gacetas. "La Opinión" acaba de cumplir 25 años en el peor momento posible. Y en "Vocento", la editora de "La Verdad", las aguas societarias bajan turbulentas desde hace muchos meses. El panorama no invita, en ningún caso, a ser optimista ni con el centenario ni con el ya adulto. Pero algo habrá que hacer para evitar la estepa de letras.

Me temo que lo peor, la desaparición de alguno por inviable, está por llegar antes de acabar la década, con lo que eso supone, por residual que sea, para el pluralismo informativo en la Región de Murcia.

Es hora de ir preparando sin nostalgia una tesis doctoral sobre la prensa impresa murciana de la segunda mital del siglo XX y primera década del XXI. Es tan sólo signo de los tiempos que la revolución binaria acabe con el viejo régimen de Gutemberg a estos efectos. La pantallita del PC ofrece ya tal cantidad de alternativas, en calidad y cantidad, que no veo muchos lectores dispuestos a derramar ni una sola lágrima por ninguno de los decesos cantados ya.