sábado, 11 de noviembre de 2023

Los nuevos lobos controladores de la revuelta / Claire Gruié *

 


Ya la fama se les está subiendo a la cabeza, a Alvise Pérez, a Daniel Esteve, neofascista de la empresa Desokupa y a Vito Quiles, que cumplen el mandato (dado por sus superiores) de armar un golpe de Estado en España. Han ganado mayor protagonismo en las manifestaciones que lidera la plataforma de ultraderecha Revuelta, brazo de Vox, de tan solo un mes de vida. 

La presentación pública de esta plataforma tuvo lugar el 29 de octubre, en la madrileña plaza de Colón y corrió a cargo de César Pintado Planell, supuesto disidente que se informa en el medio Russia Today controlado por el Kremlin e impulsor de la página HerQles. Otra plataforma llamada 711 hace referencia al año en el que los musulmanes se enfrentaron a los visigodos y que dio comienzo a la invasión árabe de la Península Ibérica.

En cuanto a Alvise Pérez, comparte con sus seguidores información imprecisa y sospechosa. El 27 de noviembre de 2021, los criptofascistas de Hazte Oír anunciaban a bombo y platillo que lo premiaban por defender la libertad. Lo que en realidad hacía, era difundir las ideas de Ignacio Arsuaga, Marcial Cuquerella, Luis Losada y demás yunqueros que anidaban en 7NN, grupo de trumpistas a los que financia la oligarquía alineada con Putin.

Hay que añadir que uno de los abogados de Alvise fue Juan Garcia-Gallardo, actual Vicepresidente de la Junta de Castilla y León, cuyo bufete defendía los intereses de la familia Ruiz-Mateos, la cual proporcionó la infraestructura necesaria para que la secta paramilitar “católica ” Yunque se instalase en España.

Otro de los aliados de Alvise en su batalla cultural, al que acudió cuando buscaba información sobre la ex Fiscal General del Estado Dolores Delgado, es el “matarife” Álvaro Uribe, expresidente de Colombia, paramilitar que supuestamente facilitaba a Pablo Escobar las licencias de vuelo en la mayor red de tráfico de cocaína de la época entre Colombia y Estados Unidos. 

De hecho, en su viaje a Colombia, aparte de reunirse con Uribe y su corte, Alvise mantuvo contacto con miembros de la inteligencia colombiana, dirigida entonces por Rodolfo Enrique Amaya, antiguo jefe de la casa militar del “matarife”. Estos contactos fueron facilitados por miembros de Vox y de la secta Yunque, con la intervención del abogado Juan Gonzalo Ospina, cuya familia está vinculada presuntamente al cartel de Medellín (y al propio Uribe), quien, al parecer, da cobertura a la organización “Unidos por la Vida”, una de las plataformas colombianas del Yunque

Ospina es un viejo conocido de Alvise: ambos participaron en uno de los programas de Javier Negre, otro agitador trumpista que dio cobertura a la movilización GobiernoDimisión durante la pandemia. Estos golpistas siempre han contado con la red internacional de neoliberales ultra capitalistas (Escuela de Chicago) de la Organización Atlas Network que ya han patrocinado varios golpes en Latinoamérica. 

En España, la FAES, el laboratorio de ideas del PP, dirigido por José María Aznar, los representa, así como las asociaciones Foro España Cívica y Foro Libertad y Alternativa.

En lo referente a La pelea de Dani Esteve como valetudo hace años, aún está en las redes sociales. Tras hacer un KO a su oponente (se enfrentaba a un hombre de 110 kilos mucho más corpulento que él), le propinó una patada en la lona. Al público no le ha gustado eso de golpear a un rival en el suelo.

 Su empresa Desokupa, conocida por irrumpir a la fuerza en viviendas ocupadas, ha sido acusada de organización criminal, cuyos miembros tienen antecedentes policiales por amenazas, extorsión, estafa, detención ilegal, robo con violencia y lesiones. Al menos seis trabajadores de la empresa paralela de Desokupa, DEM Urbanas, denunciaron a Daniel por irregularidades en sus contratos.

 Según un ex-trabajador: “engaña a las cuatro partes: al cliente, al okupa, a la Policía y a los trabajadores. Se enzarza a discutir por teléfono, es una persona agresiva, nerviosa y apenas duerme”. 

De hecho, se hace pasar por policía. De los pisos controlados, dicen que se lleva dinero, drogas, subrayando el hecho de que la Policía se lo permite y le deja carta blanca en este asunto (ilegal), lo que hace suponer que es un informante de la Policía. “A su alrededor, han caído todos, menos él”.

Ahora me hago la pregunta siguiente: ¿Vale la pena reunirse con estos delincuentes y seguirlos en su violenta revuelta para defender España? 

 

(*) Maestría en Lengua Española por la Universidad de La Sorbona

 

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